Agavida confiaba en que el Congreso aprobase las ayudas este semestre, pero las elecciones pueden retrasarlas
A principios de los 90, una plaga mortal sacudió a los antiguos trabajadores de los astilleros. Los fallecimientos se sucedían sin compasión entre aquellos que habían construido los mejores barcos del mundo. Según indicó en una entrevista a este diario la responsable de la consulta monográfica de asbestosis del área sanitaria de Ferrol, Carmen Diego, el 70% de esos obreros de la ría enfermaron por el amianto usado en el naval. En 2004 nació la asociación de afectados Agavida.
Y a día de hoy, la comarca tendría 17.000 enfermos por dolencias derivadas del contacto con amianto. De esa cifra, 12.000 aguardan por el fondo de compensación estatal. «Na comarca podería haber 17.000 candidatos a entrar no fondo, pero 5.000 deles xa foron indemnizados pola vía xudicial polo que quedan fóra desta opción», indica Ramón Tojeiro, presidente de Agavida y tambien afectado por el amianto. Esa cifra de 5.000 corresponde a extrabajadores de empresas públicas que ya recibieron las cantidades reclamadas. Como recuerda, «o fondo de compensación estatal que debe aprobar o Congreso cubrirá casos de toda España, como operarios de empresas privadas que desapareceron e non poden reclamar… ou os que reclamaron fóra de prazo». El Congreso trabajaba hasta ahora en definir con qué recursos compensaría a las víctimas. Y la asociación confíaba en que se lograse un acuerdo en este semestre. Según su responsable, «en Galicia tocará máis cantidade polo número de afectados, cubrirá o baleiro dos que non podían demandar». Pero hay temor a que las elecciones y la disolución de las Cortes alteren esos planes. En los astilleros, ya se ha establecido el amianto (prohibido en España desde 2002) como causa de enfermedades profesionales. Pero los afectados tenían que denunciar antes de un año desde la emisión de los informes médicos. En muchos casos, prescribía el plazo y se quedaban sin indemnización. «Obreiros de compañías que xa non existen ou de fóra do naval non lograban o recoñecemento da enfermidade profesional nin indemnizacións», según Tojeiro.
De todos modos, el fondo indemnizará por daños causados pero no por falta de medidas de seguridad. Es decir, no supondrá un incremento de la pensión en un 30% como sí se lograba con las enfermedades profesionales. Para este reconocimiento, el afectado debe recurrir a la justicia.
Insiste Agavida en que «o máis importante é que todos os enfermos polo amianto teñan dereito á indemnización». Recuerda la agrupación que «empezamos en 2004 con moita xente morrendo por patoloxías derivadas do seu uso no naval». Como señala, «desde o informe médico ata o recoñecemento dos dereitos pode pasar máis dun ano co tema nos xulgados ata prescribir, por iso é tan importante este fondo». Lamentablemente, podría retrasarse con unos nuevos comicios generales.
LOS DATOS
Los efectos El amianto afecta a la pleura (tela que rodea los pulmones). Provoca su engrosamiento, con el tiempo comprime el pulmón y dificulta la respiración. En los casos más graves, llega a provocar asbestosis (fibrosis pulmonar) y cáncer.
Las cifras En los años 70, los astilleros de la ría llegaron a emplear a 15.000 personas. Y entonces se usaba con gran frecuencia el amianto. En el año 2008, Navantia aportó al Sergas una lista con más de 5.000 trabajadores que podrían estar afectados y debían pasar una revisión. La consulta monográfica de asbestosis se creó en 2002 en el hospital Arquitecto Marcide, aunque la unidad se encuentra establecida como tal desde 2008.
Sin protección Las empresas no aportaban las medidas de seguridad necesarias a los trabajadores que manipulaban amianto. Y estos desconocían sus efectos. Casi la totalidad de los enfermos que pasan por la consulta específica (unos 1.200 actualmente) proceden de los astilleros, aunque el material también se usó en el sector de la construcción y perjudicó a personal de la Armada. Incluso se dan casos de mujeres enfermas porque lavaban los buzos de trabajo de sus maridos y sus compañeros.
Muertes En la última década, Ferrolterra pudo registrar la muerte de 200 personas afectadas por el amianto. Cada año, los juzgados celebran una media de 40 juicios de reclamaciones de las víctimas o las familias (en caso de fallecimiento). Las sentencias desfavorables corresponden a operarios de empresas auxiliares que desaparecieron. Además, están los numerosos afectados a los que no les ha dado tiempo de llegar a los juzgados desde el informe médico (con caso prescrito y aspirantes al fondo de compensación estatal).