El Diario Las Américas, de Miami, adquirido por «inversores» venezolanos, encabezados por el banquero prófugo Nelson Mezerhane, es una vieja dependencia de la CIA, cuyo fundador desempeñó tareas de agente activo de la inteligencia estadounidense y siempre se vinculó a los círculos terroristas de Miami contra Cuba. El fundador del Diario Las Américas, Horacio Aguirre […]
El Diario Las Américas, de Miami, adquirido por «inversores» venezolanos, encabezados por el banquero prófugo Nelson Mezerhane, es una vieja dependencia de la CIA, cuyo fundador desempeñó tareas de agente activo de la inteligencia estadounidense y siempre se vinculó a los círculos terroristas de Miami contra Cuba.
El fundador del Diario Las Américas, Horacio Aguirre Baca, fue uno de los más activos colaboradores del coronel Jules Dubois, en la operación realizada por la CIA para secuestrar a la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), entre 1948 y 1950. Su hijo Alejandro garantizaba hasta ahora la permanencia de la colaboración con el Departamento de Estado y sus ramificaciones ocultas.
El banquero corrupto Mezerhane, ex dueño del Banco Federal, de Venezuela, y ex accionista del canal de televisión privado Globovisión, es requerido por la justicia venezolana como cómplice del asesinato del joven fiscal Danilo Anderson que investigaba su participación en el golpe de Estado contra el presidente Hugo Chávez.
El principal promotor de la compra del rotativo de Miami, Mezerhane, involucró en la transacción el diario derechista El Nacional, de Caracas, que se encargará de la «gestión editorial» del periódico que será convertido en órgano de propaganda y desinformación antichavista en el exterior.
Mezerhane, así como la periodista Patricia Poleo, el ex banquero Eligio Cedeño, el general traidor Eugenio Áñez y el ex magistrado Eladio Aponte Aponte, pertenece a la red de prófugos de la justicia venezolana que Capriles Radonski privilegia en sus incursiones en EEUU donde encuentra una importante parte de las contribuciones a su multimillonario fondo de campaña.
VETERANO COLABORADOR DE LA CIA
En el momento de la compra por Mezerhane, la propiedad del Diario Las Américas seguía bajo el control de Horacio Aguirre, un abogado de origen nicaragüense, mientras su hijo se encargaba de su administración.
Nacido en la Nueva Orleans, USA, Aguirre se crió en Nicaragua donde su familia mantenía relaciones con el dictador Anastasio Somoza García, asesino del líder revolucionario Augusto César Sandino. Discrepancias con el dictador lo forzó a exilarse a Panamá, con su hermano Francisco.
Ambos pasaron luego a Estados Unidos donde se vincularon a los circuitos derechistas de Miami, entonces ocupada por la CIA y su gigantesca estación JM/WAVE que llevaba su guerra terrorista contra la Cuba revolucionaria. Ahí fundaron el diario que creció entre los cubanos asociados a la dictadura de Fulgencio.
Hombre de confianza del aparato yanqui de control de la prensa, Horacio Aguirre Baca trabajó con Jules Dubois, «Coronel de las Orejas Peludas» en la recuperación de la SIP, y fue asignado a la junta directiva de la organización a partir de 1964 hasta hoy. Fue presidente de esta asociación y actualmente preside la Comisión de Asuntos Internacionales. Su hijo Alejandro también ocupó la presidencia de este cartel mafioso de la prensa.
En múltiples circunstancias, Horacio Aguirre fue parte de las operaciones de la CIA en organizaciones internacionales. Cuenta en notas publicadas por la SIP, como en 1978 se pasó «cerca de un mes en el Hilton de Paris, trabajando de las 8 am a las 11 pm» para atacar a la Unión Soviética y sus aliados, en especial contra Cuba, ante la UNESCO.
«El hecho es que a mí me tocó el honor providencial de haber sido en esta hermosa batalla, un instrumento operativo esencial», confesó Aguirre en un discurso ante la SIP.
UNA TROPA DE «COLABORADORES»
Muchos de los colaboradores pasados y presentes del Diario Las Américas han colaborado directamente o indirectamente con los servicios de inteligencia estadounidense en algunas oportunidades o han ejecutado trabajo remunerado por cuenta de Radio y TV Martí, sucursales de los servicios de propaganda del Departamento de Estado de EEUU.
Pablo Alfonso, «ilustre» columnista de El Nuevo Herald, cobró casi 175.000 dólares entre 2001 y 2006 para sus escritos contra Cuba. Una vez conocido su militancia remunerada, escogió refugiarse en la cueva de los Aguirre.
El columnista y reportero Ariel Remos está identificado al grupo anexionista Unidad Cubana Unidad, de Armando Pérez Roura, y el connotado terrorista Antonio Calatayud que reúne a numerosas organizaciones que defienden el uso del terror contra Cuba.
El caso más raro de la colusión del periódico con la CIA es la colaboración «histórica» del terrorista Antonio Tang Báez, radicado en Canadá, que confiesa su pertenencia al grupo terrorista miamense Alpha 66, una criatura de la CIA responsable de un sinnúmero de acciones criminales, que sigue manteniendo oficinas en el «downtown» Miami.
HEREDERO DE LA «OBRA» DE «CIA» AGUIRRE
Nelson Mezerhane quien desapareció de Caracas robándose siete millones de dólares, no ha dejado desde entonces de conspirar contra el gobierno bolivariano de Venezuela, vinculándose con los elementos más recalcitrantes del mundo político norteamericano, notablemente con personajes identificados como connotados colaboradores de la llamada comunidad de inteligencia.
Auténtico estafador que arruinó a miles de venezolanos al robarles descaradamente sus ahorros, recibió la mejor de las acogidas del Departamento de Estado cuyos órganos de seguridad lo reclutaron para sumarle a sus operativos públicos o secretos contra Venezuela.
Al estar el Diario Las Américas en una situación desastrosa, tanto en lo administrativo como en sus ventas, Mezerhane y los demás socios de Capriles Radonski, fueron identificados como los herederos idóneos de la «obra» de Horacio Aguirre, veterano combatiente de la guerra sucia contra América Latina.