Nada indica que las estrategias africanas para detener la pandemia del virus de inmunodeficiencia humana (VIH, causante del sida) estén dando resultados, afirman expertos. «No hay nada alentador respecto del sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) en África, 25 años después de su descubrimiento», dijo este mes el ex director de la Comisión de Alto Nivel […]
Nada indica que las estrategias africanas para detener la pandemia del virus de inmunodeficiencia humana (VIH, causante del sida) estén dando resultados, afirman expertos.
«No hay nada alentador respecto del sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) en África, 25 años después de su descubrimiento», dijo este mes el ex director de la Comisión de Alto Nivel sobre VIH/Sida y Gobernanza en África, Nana Poku, profesor del Departamento de Estudios de Paz de la Universidad de Bradford, Gran Bretaña.
«El gran problema que no hemos abordado correctamente es la prevención. La estrategia ABC no funciona», agregó.
ABC (por las siglas en inglés de abstinencia, fidelidad y condones) apunta a tres conductas para evitar el contagio: abstenerse de relaciones sexuales antes del matrimonio, mantener la fidelidad y usar preservativos, especialmente si se tienen varios compañeros sexuales.
Poku habló el 22 de marzo con motivo del lanzamiento de la última edición de la revista publicada por la no gubernamental Chatham House, antes conocida como The Royal Institute of International Affairs (Real Instituto de Asuntos Internacionales), con sede en Londres.
El ejemplar de marzo de la revista International Affairs, editado por Poku, se llama «Gobernando una pandemia: VIH/sida», y fue lanzado en Johannesburgo.
La aplicación de la ABC no ha tenido resultados homogéneos, pero tuvo un papel central en una de las pocas historias africanas de éxito contra el sida: la reducción de la prevalencia en la población adulta en Uganda, que había llegado a 15 por ciento en 1991, y descendió a sólo cuatro por ciento a fin de 2003, según la última cifra dada a conocer por el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (Onusida).
Según el programa, 60 por ciento de las personas que contrajeron el VIH viven en África subsahariana, a pesar de que esa zona alberga alrededor de 10 por ciento de la población mundial. Casi 26 millones de africanos son portadores del virus.
Poku también se mostró pesimista con respecto a las estrategias alternativas a la ABC.
«No sabemos qué funciona. No hemos tenemos suficientes estudios», dijo. «Debemos aprender más sobre la enfermedad».
Sin embargo, no todos los presentes en el encuentro estuvieron de acuerdo.
«Creo que sabemos mucho sobre qué es lo que funciona: sabemos que se contagia a través del sexo, sabemos que los análisis clínicos permiten a las personas a conocer su situación, sabemos que los medicamentos antirretrovirales salvan vidas, y sabemos que la prevención funciona», dijo Mark Heywood, jefe del Proyecto Legal Sida de la Universidad de Witwatersrand, en Johannesburgo.
«Lo que falta es integrar todo este conocimiento en la lucha contra el virus» aclaró. Heywood es miembro fundador de la coalición no gubernamental Campaña de Acción por Tratamientos (TAC por sus siglas en inglés), con sede en la austral Ciudad del Cabo, que lleva años luchando por la universalización de las terapias antirretrovirales en Sudáfrica.
Este país tiene más personas infectadas con VIH que ningún otro: unos 5,5 millones de habitantes. Las últimas cifras de Onusida sitúan la prevalencia entre adultos en 21,5 por ciento del total.
Heywood responsabiliza a la mala gobernanza de la dimensión que ha adquirido el sida en Sudáfrica.
«Si hubiera voluntad política y determinación, podríamos haber evitado millones de infecciones», señaló.
La TAC acusó al presidente Thabo Mbeki de haber agravado la epidemia cuando cuestionó si el VIH era el causante del sida y puso en tela de juicio la seguridad del tratamiento con antirretrovirales alegando que faltaban investigaciones concluyentes.
Los fármacos antirretrovirales son de momento el único tratamiento eficaz contra el sida, pues reducen la carga del virus en el organismo, con el resultado de una gran caída de la mortalidad. Estas medicinas no sólo prolongan la vida, sino que mejoran su calidad. Pero provocan efectos secundarios desagradables, y para ser efectivas requieren una gran disciplina del paciente y una alimentación adecuada.
La TAC logró en 2002 que el Tribunal Constitucional obligara a las autoridades a distribuir en todo el país el medicamento antirretroviral nevirapina, que previene la transmisión de VIH de madre a hijo.
Heywood también expresó preocupación por el vecino Zimbabwe, tras cuatro años de serios conflictos políticos y mala administración que han debilitado gravemente los servicios de salud.
Además, la operación Murambatsvina (que significa sacar la basura, en lengua shona), efectuada el año pasado en ese país, asestó un duro golpe a los esfuerzos contra el sida.
Funcionarios de Zimbabwe se dedicaron presuntamente a erradicar asentamientos y viviendas irregulares de las principales ciudades y a combatir el tráfico de combustible y de otros bienes básicos escasos.
Pero un informe de 2005 del Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (UN-Hábitat) afirmó que esa operación se transformó rápidamente en una «campaña de demolición y desalojo a escala nacional» por la cual 700.000 personas perdieron sus hogares, sus medios de vida, o las dos cosas a la vez.
Otro informe publicado en agosto por ActionAid, con sede en Johannesburgo, afirma que a raíz de la operación, alrededor de 15 por ciento de las familias afectadas entrevistadas por la organización no gubernamental se quedaron sin antirretrovirales a causa de los desalojos y otras medidas.
Onusida indica que la prevalencia de VIH en adultos de Zimbabwe es de 24,6 por ciento.
El fracaso para contener al sida ha costado muchas vidas en África, dijo Poku. «El virus está afectando al sector más productivo de la sociedad. Está matando a personas de entre 15 y 49 años».
Más de 20 millones de africanos murieron a causa de enfermedades vinculadas al sida. «En pocos años habrá más de 30 millones de huérfanos en África. (El continente) tendrá que hacer frente a una sociedad con gente muy joven y adultos mayores», agregó Poku.
«Los gobiernos deben centrarse más en la prevención. Es la clave», afirmó.