Paz Ahora entrevista a Brahim Gali, embajador de la República Árabe Democrática Saharaui en España, en el transcurso de una manifestación ante la delegación diplomática de Marruecos, para protestar por la política del gobierno español respecto de los crímenes de lesa Humanidad llevados a cabo por el ejército alauita contra la población civil saharaui. Julio […]
Paz Ahora entrevista a Brahim Gali, embajador de la República Árabe Democrática Saharaui en España, en el transcurso de una manifestación ante la delegación diplomática de Marruecos, para protestar por la política del gobierno español respecto de los crímenes de lesa Humanidad llevados a cabo por el ejército alauita contra la población civil saharaui.
Julio Rodríguez. Explíquenos, en líneas generales, qué es lo que puede hacer el Frente Polisario en esta situación.
Brahim Gali. Pues, la movida, la manifestación organizada por la Coordinadora Estatal de Asociaciones de Amigos del Pueblo Saharaui, y la sociedad civil simpatizante, solidaria con el Pueblo Saharaui, que ha organizado primero, para solidarizarse con los presos políticos saharuis, y especialmente los huelguistas que llevan desde el 30 de enero en huelga de hambre en la cárcel «Negra» de El Aaiún -una treintena de personas-, y para denunciar la violación de los Derechos Humanos en los territorios ocupados, la violación de los derechos más elementales de la población saharaui bajo la ocupación de Marruecos; para reivindicar el ejercicio del derecho de autodeterminación a las Naciones Unidas y a la comunidad internacional y para denunciar la pasividad de la comunidad internacional frente a los largos sufrimientos que padece el Pueblo Saharaui desde aquel 14 de noviembre de 1975.
Y aprovechamos nosotros y el movimiento de solidaridad para denunciar la venta de armamento que consideramos un acto gravísimo, hostil a la paz, hostil a las reivindicaciones del Pueblo Saharaui, y es una forma de rearmar el ejército de Marruecos que ocupa ilegalmente el territorio del Sahara Occidental en detrimento de la legalidad internacional y consideramos que es un acto irresponsable, un acto que solicitamos de la sociedad española, la sociedad civil española, de todas las fuerzas políticas, que actúen con urgencia para parar la venta de armamento a Marruecos, para que esas armas no se utilicen en el exterminio del Pueblo Saharaui, que desde un inicio, desde aquel 14 de noviembre, Marruecos, su fin, su objetivo, es exterminar este pequeño pueblo, pacífico, que lucha por la existencia, lucha por la democracia, que lucha por un derecho internacionalmente reconocido a ejercer libremente, para lograr de una forma pacífica elegir su futuro de la forma más democrática y requerida, que es a través de un referéndum de autodeterminación.
Entonces, considero, que la venta de armamento y la firma de los acuerdos de pesca con Marruecos viola sistemáticamente todas las Leyes internacionales y el Derecho internacional, y es una forma de apoyo al planteamiento expansionista y la política de hechos consumados del gobierno marroquí.
Claro. Durante muchos años, el conflicto del Sahara parecía que estaba circunscrito sólo a Tinduf, y en todo caso, a esas zonas liberadas al otro lado del muro, sin embargo de un tiempo a esta parte, ustedes hablan de una «Intifada Saharaui» desde el momento en que dentro de los territorios ocupados hay un movimiento popular importante contra la ocupación marroquí.
Pues, hablamos y hablan todos los medios, todos los testigos que han podido -que son muy pocos-, entrar en el territorio, un territorio totalmente aislado de los medios y de los trabajadores internacionales, no se les permite acceso a los políticos, a los medios de comunicación ni a los observadores internacionales. Efectivamente, desde que Marruecos renunció a sus compromisos internacionales, en 2004, y especialmente a partir del 21 de mayo de 2005, y, como respuesta a esa postura que Marruecos ha adoptado, a renunciar a sus compromisos y la indiferencia de la comunidad internacional, los saharauis nos vemos obligados a reaccionar y la reacción se hizo desde los territorios ocupados del Sahara Occidental, iniciando una protesta, una rebelión -o si le queréis llamar «Intifada»-, de denuncia de la pasividad de la comunidad internacional, reivindicando el ejercicio de un derecho internacionalmente reconocido, de acuerdo a las diferentes y múltiples resoluciones de todas las instancias internacionales, denunciando el silencio cómplice a la violación de los Derechos Humanos en el Sahara Occidental, y, para exigir a la comunidad internacional el respeto de sus propias resoluciones relativas al Sahara Occidental, especialmente las contempladas en el Plan de Arreglo y en las últimas resoluciones del Consejo de Seguridad.
Entonces, esto es una protesta, una «Intifada», que se inició en aquel entonces, y sigue actuando diariamente hay eventos, diariamente hay actividades, diariamente hay protestas, hay protestas mítines, y huelgas de hambre de los grupos de los presos políticos que están en las diferentes cárceles de la zona. Y esa es una respuesta pacífica de los saharauis para demostrar a la comunidad internacional que no son solamente los que están en los campos de refugiados -los que llevan 31 años fuera de su patria-, sino aquellos incluso que han nacido después de la entrada en vigor del cese del fuego del 6 de septiembre de 1991, están saliendo hoy a las calles tanto en El Aaiún, Smara, Dajla, Bojador… o en las ciudades del sur de Marruecos, o allí donde se encuentran saharauis para denunciar esa presencia colonial de Marruecos en los territorios del Sahara Occidental y la respuesta de Marruecos es una respuesta que consiste en una brutal represión a los presos políticos, a los manifestantes pacíficos, a aquellos que salen para protestar en las calles, su único crimen es que quieren expresar un derecho internacionalmente reconocido.
Entonces evidentemente la respuesta marroquí a esta protesta popular no-violenta, pacífica con ustedes está siendo una represión brutal, continua un in crescendo de los atentados a los Derechos Humanos en las prisiones, pero también en las calles, de Smara, de El Aaiún, etc. y sin embargo, esto que llaman «la comunidad internacional», no está respondiendo, es lo que los organismos de Derechos Humanos, ni españoles ni del resto de la Unión Europea están dando ninguna respuesta a esas denuncias de violaciones constantes de los Derechos Humanos que ustedes documentan continuamente con fotografías, con expedientes, con testimonios, etc.
Yo no puedo generalizar, porque Amnistía Internacional ha denunciado, Human Rights Watch ha denunciado, el último informe de una comisión del Alto Comisionado de los Derechos Humanos -que visitó el territorio en mayo, junio del año pasado- lo han denunciado, aunque tímidamente porque no publicaron el informe elaborado por esta comisión, aunque fue solicitado por el propio Secretario General de las Naciones Unidas, Francia amenazó con su opción de veto en el Consejo de Seguridad en el caso de que se publicara ese informe que relata las sistemáticas violaciones de los Derechos Humanos. Y la comunidad internacional, efectivamente, hay un silencio cómplice, lo he manifestado y miran a otro lado porque los medios, las televisiones no están sacando fotografías o imágenes de esa agresión, no hay sangre ahora mismo en los territorios ocupados y el Polisario, los saharauis no hemos recurrido a actos violentos o actos de terrorismo. Somos un Pueblo que lucha pacíficamente, hemos luchado militarmente, pero ahora mismo buscamos una solución pacífica y seguiremos insistiendo, seguiremos haciendo llamamientos a la comunidad internacional, a las conciencias de las diferentes personas sensibles al Derecho internacional, el derecho del Pueblo Saharaui a la autodeterminación y sensibles a las violaciones de los Derechos Humanos. Continuaremos en este camino, hasta llegar a los objetivos de la autodeterminación y la independencia. Yo estoy seguro de que llegaremos, es una cuestión de tiempo.