Por tercer día consecutivo, los combates continuaron hoy viernes en Somalia en el frente de Baïdoa (al sudoeste del país), sede de las débiles instituciones de transición y de las tropas gubernamentales, apoyadas por Etiopía. El gobierno afirmó que también luchaba contra las milicias musulmanas en la tercera ciudad del país, Dinsoor, situada 120 km […]
Por tercer día consecutivo, los combates continuaron hoy viernes en Somalia en el frente de Baïdoa (al sudoeste del país), sede de las débiles instituciones de transición y de las tropas gubernamentales, apoyadas por Etiopía.
El gobierno afirmó que también luchaba contra las milicias musulmanas en la tercera ciudad del país, Dinsoor, situada 120 km al sur de Baïdoa y controlada por los islamistas desde principios de diciembre.
De confirmarse esta información, se trataría de una escalada bélica, un día después de la declaración de guerra contra Etiopía lanzada por el jefe de los islamistas somalíes, el jeque Hassan Dahir Aweys.
El líder musulman declaró ayer que «todos los somalíes deberían comprometerse en la guerra contra Etiopía».
Los combates en Dinsoor también probaría el progreso de las fuerzas leales desde el inicio de los enfrentamientos, en la madrugada del miércoles tras finalizar el ultimátum de las milicias musulmanas para que las tropas etíopes abandonaran Somalia.
Duros bombardeos estarían sucediendo en Deynunay, a unos treinta kilómetros al sur de Baïdoa, donde se halla una importante base del gobierno.
Ayer por la tarde, habitantes de Baïdoa aseguraron que un convoy de blindados etíopes tomaban la dirección de Deynunay. «Vi diez vehículos etíopes en la ciudad y tomaban la dirección de Deynunay», contó uno de ellos, Mohamed Sahal.
Desde el principio de los combates, gobierno e islamistas afirmaron haber infligido duras pérdidas a sus enemigos.
En este sentido, el ministro de Información afirmó que las fuerzas leales habrían matado a «cerca de 200» combatientes islamistas y herido a un centenar. «Los islamistas sufrieron daños importantes. Perdieron cerca de 200 hombres, entre los que había combatientes extranjeros», aseguró.
Ningún balance de los enfrentamientos de fuente independiente está disponible y ambos bandos afirman haber tomado los mismos sitios.
Somalia carece de una autoridad central desde que en 1991 fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barré, lo que desató una lucha por el poder entre los «señores de la guerra», a la que se han vinculado en los últimos meses los milicianos islámicos.
Las cortes islámicas controlan Mogadiscio y amplios sectores del centro y sur del país, mientras que el Gobierno de transición, elegido en Kenia en 2004, está concentrado en la ciudad de Baidoa, a 245 kilómetros al noroeste de la capital.
El portavoz de las cortes islámicas, Mohamoud Sheikh Ibrahim Suley, acusó a las tropas de la vecina Etiopía de fomentar las hostilidades para frustrar las gestiones de un alto emisario de la Unión Europea que busca la reconciliación en Somalia.
El comisario europeo de Desarrollo y Ayuda Humanitaria, Louis Michel, se reunió ayer miércoles con representantes de los dos bandos y, en principio, se había aceptado reanudar las negociaciones de paz que comenzaron en julio pasado y que han vivido más tropiezos que éxitos.
«Las fuerzas etíopes comenzaron la lucha cuando la UE estaba intentando persuadir a las partes para relanzar el diálogo político. Etiopía está intentado evitar la paz en Somalia», agregó el portavoz islámico.
El principal aliado que tiene el Gobierno de transición es Etiopía, que ha enviado a este país millares de soldados, según expertos regionales, aunque el Gobierno etíope sostiene que sólo son centenares y que cumplen labores de asesoramiento.
Desde que en los últimos meses se han hecho presentes estas tropas etíopes en Somalia, los milicianos islámicos han incrementado sus operaciones y los líderes religiosos han lanzado la «guerra santa» para combatir a las «fuerzas invasoras».