Recomiendo:
0

La fiebre del coltan

Genocidio en la Republica Democrática del Congo

Fuentes: Rebelión

Una producción del tercer mundo que nos habla de cómo una de las principales materias primas de la producción capitalista actual se encarga de la muerte de millones de personas, muchos de ellos apenas niños, mientras el occidente venturoso maquina sobre su crisis de superproducción de riquezas y tecnologías «postmodernas». «Si no podéis eliminar la […]

Una producción del tercer mundo que nos habla de cómo una de las principales materias primas de la producción capitalista actual se encarga de la muerte de millones de personas, muchos de ellos apenas niños, mientras el occidente venturoso maquina sobre su crisis de superproducción de riquezas y tecnologías «postmodernas». «Si no podéis eliminar la injusticia, por lo menos contádsela a todo el mundo» [Alí Shariati, sociólogo iraní] «Grandes Lagos: Semana del 25 de junio al 1 de julio de 20111 

En RDC, mientras que el proceso de registro continúa con dificultades e irregularidades, el CENI, que destaca más de 28 millones de electores inscritos, ha decididó prorrogar 10 días el plazo de inscripción de los electores en seis provincias, es el caso de Kinshasa (más de 70 % de registradios a 26 de junio) antes de ser discutida posteriormente.

Por otro lado, la CENI2 y las embajadas de los países occidentales invitan a los medios de comunicación a comprometerse en el proceso de sensibilización de las elecciones (de las que se puede temer que den lugar a una abstención fuerte), mientras que el gobierno otorgó 80 millones de dólares a la CENI en apoyo de estas elecciones y prometió otros 20 millones en julio. Del lado de la toma de posiciones occidentales, señalaremos que la subsecretaria de Estado americana para los asuntos africanos, de paso en Kinshasa, ha sido categórica sobre el papel de la MONUSCO3 que podrá jugar sólo un papel de apoyo logístico a las elecciones, mientras que el gobierno americano declara que la RDC debe tener la libertad de determinar» la naturaleza precisa del proceso electoral» que debe sin embargo ser «libre, transparente y democrático».

Del lado europeo, se ha firmado un convenio de financiación de 47, 5 millones de euros en el marco del apoyo a las elecciones por la UE que confirma el despliegue de una misión de observación electoral en RDC. Por fin, el Senado belga invitó al gobierno a mantener el buen desarrollo del proceso electoral, particularmente por el envío de observadores del Parlamento y de la sociedad civil belga: ha hecho hincapié en el respeto de los derechos humanos y de la seguridad en RDC.

Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.

Siempre en el dominio político, el discurso del presidente Kabila en las fiestas del aniversario de la independencia, celebradas en Lubumbashi, donde hubo un ataque a un depósito de minerales la víspera del 30 de junio, se refirió a la satisfacción de la evolucion de la RDC en todos los campos desde 2006, mientras que estas fiestas dieron lugar a una sentada de 200 actores de la sociedad civil de Kivu Sur para protestar contra la persistencia de la inseguridad y de las violaciones.

En el dominio de la seguridad, el Consejo de Seguridad adoptó una resolución que prorroga un año el mandato de la MONUSCO, con un acento puesto sobre la organización de las elecciones.

Sobre el terreno, el número de violaciones perpetradas por las tropas del comandante, que recientemente desertó de las FARDC4 en territorio de Fizi y que es buscado para ser llevado ante la justicia, ha alcanzado a más de 120 personas: este asunto hace mucho ruido y provoca reacciones tanto de Amnesty International como del gobierno americano que piden que los culpables sean identificados y perseguidos. En Kivu Norte, dónde se observan más de 4.000 hogares desplazados en Masisi, la MONUSCO lanzó una operación conducida por cascos azules indios y nepaleses para la pacificación de las zonas revueltas en territorios de Beni y Lubero por la organización de patrullas permanentes, mientras que la sociedad civil de Beni pide la intensificación de las operaciones contra los rebeldes de la ADF-NALU5. Señalaremos también que un informe de PAM6 aporta el testimonio de jóvenes que combatieron en las bandas armadas «para poder encontrar que comer».

En la provincia Oriental han tenido lugar combates en territorio de Bafwasende entre las FARDC y grupos armados que siembran el terror en los cuadrados mineros de la región, mientras que dos elementos de un grupo Maï-Maï que crea inseguridad en el parque de Maiko han sido hechos prisioneros y presentados a la prensa en Kisangani.

En el dominio de la justicia y de los derechos humanos, las ONG tienen sentimientos encontrados con relación al veredicto del proceso Chebeya (ver cuadro aparte) que será objeto de apelacion y donde el responsable del asesinato no ha sido perseguido, mientras que la Unión Europea, los Estados Unidos y la MONUSCO están satisfechos con el resultado del proceso. Por otro lado, el proceso del jefe de la rebelión de los Enyele y de su padre, ambos perseguidos por violación, prosiguió en Kinshasa, mientras que diez de 28 expedientes de violaciones han sido sentenciados en el Juzgado de Primera Instancia de Kivu Norte. A propósito de las violencias sexuales, una ONG congoleña lamenta que, en la mayoría de los casos, las condenas son sólo penas de tres o seis meses mientras que la ley preve cinco años por lo menos. Señalaremos al respecto que ha tenido lugar una marcha entre París y Bruselas para hacer justicia a las mujeres violadas en RDC.

El dudoso proceso Chebeya llega a su fin en la República Democrática del Congo

6 de mayo de 2011. http://www.africafundacion.org

En la República Democrática del Congo, el día 5 de mayo, han tenido lugar los alegatos de la defensa del proceso Chebeya, ante el tribunal militar de Kinshasa. Los abogados de los cinco policías acusados de haber asesinado al militante de derechos humanos, Floribert Chebeya, han basado toda su defensa en la ausencia de pruebas. Otros tres policías acusados están en paradero desconocido, salvo uno que fue detenido el mes pasado por la policía, pero que no está compareciendo en el proceso, para disgusto de los abogados de la parte civil.

El pasado 14 de abril, uno de los tres acusados en fuga, el capitán Paul Mwilambwe fue visto en la inspección general de la policía. Después fue detenido en secreto. Este oficial está acusado de haber formado parte del comando que eliminó a Floribert Chebeya y a su chófer, Fidèle Bazana, el 1 de junio de 2010.

Desde esta fecha, en cada audiencia, la parte civil reclama su comparecencia. Invariablemente, el tribunal responde que no tiene constancia de su detención. ¿Qué sucede con este acusado? El abogado Kabelenga Ilunga tiene una idea precisa de la cuestión: «Está oculto en cualquier parte, donde estará siendo preparado para asegurarse de que en un interrogatorio no pueda decir cosas contra ciertas personas que no se quieren ver implicadas en el proceso. Si ya se ha comprobado que es muy frágil personalmente, y que puede implicar a ciertas personalidades con sus declaraciones, pues se le ha mantenido lejos del tribunal que lo está juzgando. Ustedes ya saben, estamos en un sistema en el que ciertos servicios de seguridad tienen ventajas sobre los tribunales».

Este asunto hace que se ponga en duda el proceso de Chebeya, en el que muchos habían puesto su esperanza en que se esclareciera la verdad.

(Congo Planète, RDC, 06-05-11)

En el dominio económico, dos toneladas de cobre han sido robadas en Gécamines lo que dio lugar a la detención de una decena de personas.

Por otro lado, un funcionario de la BAD pone en tela de juicico el proyecto faraónico de Inga 3 juzgado arriesgado en términos de costes y de tiempo.

En el terreno social, la situación de la RDC es considerada poco prometedora por la presidenta del Sindicato nacional de los cuadros y agentes del sector de los servicios que señala las carencias en términos de empleo, de vivienda, de acceso a la energía y al agua, mientras que el ministro del Plan se muestra confiado en cuanto a la consecucion de los objetivos del milenio para el desarrollo.

En Burundi ha tenido lugar un enfrentamiento entre dos líderes de un partido de la oposición. Por otro lado, la independencia de la magistratura es puesta en tela de juicio en un estudio redactado por un profesor burundés.

En Ruanda, el TPIR reenvió por primera vez a un acusado, un pastor metodista, a la justicia ruandesa cuyo juzgado de primera instancia saluda esta vez la «buena fe y las capacidades». Por otro lado, tres mujeres tutsi presentaran denuncia por violación contra militares franceses que han participado en la operación Turquesa en 1994.»

Las imágenes 3, 2 y 1 respectivamente se refieren a las represas Inga I7, y a los proyectos de ampliación de represas (Inga II e Inga III8) en la zona de los Grandes Lagos. Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen. 1 Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen. 2 Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen. 3

Este dinámico y diferenciado informe de UMOYA, organización de solidaridad con el África Negra, muy poco conocida por otra parte en nuestras pampas de sudamerica, nos presenta un panorama muy interesante a quienes pretendemos conocer los resultados que viene teniendo la explotación imperial y capitalista de la República Democrática del Congo. Digo, más bien, que nos presenta una puerta para entrar a un mundo que, lejos de lo novelado y de la literatura de ficción, termina siendo por dónde se lo mire, la masacre más aterradora quizás de todo el último siglo, en competencia directa con las masacres llevadas adelante por el nazismo.

Y quizás aún más aterradora la presencia de compañías capitalistas militares en un «culo del mundo», consentida por un mundo occidental y cristiano que vive tranquilizadoramente sus republiquetas democráticas y pequeñas masacres contemporánemente al genocidio de más de 5 millones de personas (por contar sólo la RDC), muchos de ellos niños, durante la última década.

Por lo que hemos visto, los mecanismos de disfraz que integran todo Estado Nacional están presentes en la RDC en plena situación de dominio extranjero militar directo. Ambas presencias, la de un Estado débil, maniatado y cómplice, y la de las potencias imperiales a través de sus gendarmes protectores, pretenden darle a la explotación de la población local un tono de inevitabilidad y condicionamiento ajeno a las propias voluntades institucionales. Lo que hacen en realidad es convivir con el desastre y darle «legitimidad frustrada» a la masacre que se produce cotidianamente.

¿Pero cómo ha sido el recorrido de personas y empresas, de políticos y milicias armadas hasta hoy?

La narración que nos muestran los propios hechos tiene su dinámica y sus recónditos aspectos. Incluyendo la terrorífica explotación de los recursos hidráulicos de la región apoyada en la masacre de un pueblo que a su vez dispersa un Estado enclencle y desactivado como poder autónomo.

Habrimos entonces esta puerta que ha fabricado Umoya hace unos pocos días, en este mismo mes de julio de 2011, y los invitamos, una vez más, a entrar.

Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen. En la región centro-este del Congo, encuadrada en la más que formal República Democrática, se hallan alrededor del 80% de las reservas mundiales del coltán. La mascarada burguesa nos presenta las cosas, sin embargo, con algunos amplios matices.

«Según un informe de la Universidad de Michigan, los principales productores mundiales de coltan son Australia, Brasil, Canadá, China y algunos países africanos, sobre todo la República Democrática del Congo, pero también Ruanda, Burundi y Etiopía. Las reservas base de coltan en estos países, no obstante, no se conocen. Otros países como Rusia también son ricos en este recurso, aunque sus depósitos no han sido explotados todavía, que se sepa.»

Pero las grandes reservas mundiales de este material -entre el 64 y el 80%, según distintos informes- se encuentran en la República Democrática del Congo.

La geografia fisica y económica de la región nos conduce por la senda que comunica el lago Kivu hacia el interior del Congo, a través de parajes que todos claman supieron destacarse por un verde intenso, hasta la región de tantas potencialidades que conocemos como los Grandes Lagos. Toda esta zona de clima benigno, montañas novelísticas y variada flora han deslumbrado los ojos de tantos orientalistas europeos que ahora no sabrían como explicar (salvo quizás como una elocuente muestra contemporánea de la incapacidad de los africanos por escribir su propia historia) la destrucción de aquel verde paisaje de los Alpes, su pasaje al infierno más desenfrenado del capital moderno que no templado su carácter frente a estas tierras de la denominada suiza africana.

Mucho tendríamos aquí para aplicar de aquellos conceptos de una geografía radical que nos proponía Kirk Mattson con su «revolución cualitativa». Pero dejómoslo en todo caso para un relato posterior y más específico.

Ya hemos hecho, hace algunos años, un primer recorrido por las ineluctables fondas del centro de África, rastreando las huellas de este «mágico» mineral de extraordinarias cualidades mercantiles. Ahora por tal caso pondremos sobre la actualidad del conflicto algunas reflexiones de índole marcial y socio-histórica, pues todo relato cineado tiene, por otra parte, su recuento cronológico, o por lo menos en este caso.

La historia contemporánea del Congo nos muestra en un plano de abstracción el dominio permanente de los poderes extranjeros. La región que dio lugar a uno de los mayores reinos de África, ha sido sistemáticamente explotado desde el S. XVII, desde los portugueses, los holandeses y los santos británicos. Pero la clave tiene que ver con el desarrollo del imperialismo a escala planetaria, específicamente como forma de organización internacional de la producción, el comercio, la financiación y el consumo. Allí reside la clave hasta el día de hoy.

A partir de la Conferencia de Berlín, en 1884-85, dominaron allí la monarquía belga y sus gobiernos «por medio de la brutalidad y el terror». El imperio colonial de centralidad belga fue organizado a la usanza de un dominio personal de aquel tal Leopoldo II hasta los primeros años del siglo XX. Pero más allá de los ataques a las libertades individuales y las prácticas autoritarias que negaban de hecho las proclamas de la revolución francesa, supuestamente hegemónicas, y más allá de la formalidad del dominio político administrativo (y moral!), la explotación de las riquezas del Congo

«fue confiada a los agentes y burócratas belgas instalados en el territorio y a varias empresas concesionarias, cuyas exacciones y crímenes contra la población congoleña se volvieron tristemente célebres

Un colonialismo tercerizado que fue la impronta singular en las colonias belgas. Allí se explotaban el caucho, las piedras preciosas que usaban las damas europeas, y en especial los diamantes, el oro y el rey de los fetiches marfil. Para que quede claro hablamos de entre 7 y 11 millones de personas acribilladas por la forma de trabajo semiservil impuesta por las empresas concesionarias autorizadas por el Estado belga y el régimen imperialista en pleno florecer.9

«El cambio llegó con la independencia y las primeras elecciones democráticas, en 1960. Patrice Lumumba, el carismático líder de la resistencia congoleña contra la dominación extranjera, fue elegido presidente, convirtiéndose en una astilla en el ojo para los occidentales

Lumumba recelaba de los EE. UU. y de las potencias europeas que antes dominaron en la zona, con mayor motivo después de haber criticado públicamente a Bruselas por los crímenes cometidos en la época colonial.

«Lumumba, la esperanza para Congo y para muchos movimientos de liberación africanos, fue asesinado en enero de 1961 por órdenes provenientes de Bélgica y con conocimiento de Balduino I

Le sucedió en el gobierno Joseph Mobutu, apoyado entre otros por Washington, París y Bruselas, y más tarde llamado «mi distinguido amigo» por George Bush padre.10 Lumumba, mal parido, acerca sin embargo la historia de África con la de América Latina.

«Como escribe Aleida Guevara, la hija del Che, en el prólogo de este libro, la publicación de Pasajes de la guerra revolucionaria: Congo es «un gran compromiso con la historia». El diario es el relato y el análisis crítico de la primera misión internacionalista de Cuba y del sueño incum- plido de ayudar a algunas naciones africanas a liberarse del colonialismo.

Después del asesinato de Patricio Lumumba, primer ministro del Congo, el Consejo Supremo de la Revolución, dirigido por Gastón Soumialot, solicita el apoyo de los cubanos contra el ge- neral Mobutu, quien, aprovechando la guerra civil, ha tomado el poder con el beneplácito de Bélgica y de Francia. Ernesto Guevara, que ve en esta operación una ocasión histórica para atacar las raíces del imperialismo acepta, en los primeros meses de 1965, la propuesta de Fidel Castro de guiar un centenar de combatientes cubanos para instruir y coordinar las tropas de la resistencia organizadas por Kabila, Mulele y Gizenga.»11

Allí no había comenzado la relación de Guevara con el continente paria. Antes de poner el pie en el Congo (Leopoldville), el Che ya había demostrado su solidaridad con el África en lucha contra el colonialismo y el neocolonialismo de la época. Numerosos discursos y escritos lo demuestran.12

El más destacado es un discurso que expuso personalmente en la Asamblea General de las Naciones Unidas del 11 de diciembre de 1964 donde dice exactamente:

«Los pueblos de África están obligados a soportar que todavía sea oficial en el continente la superioridad de una raza sobre otras y que se asesine impunemente en nombre de esta superioridad. ¿Las Naciones Unidas no van a hacer nada para impedirlo? Quiero hablar muy especialmente del doloroso caso del Congo, único caso en la historia mundial que demuestra cómo se pueden atropellar los derechos del pueblo con la impunidad más absoluta y el cinismo más insolente. Las inmensas riquezas que posee el Congo y que las naciones imperialistas quieren conservar bajo su control son los motivos directos. […] Pero la filosofía del saqueo no ha cesado; incluso es más salvaje que nunca y por eso los mismos que utilizaron el nombre de las Naciones Unidas para perpetrar el asesinato de Lumumba asesinan en nombre de la raza blanca a millares de congoleños. ¿Cómo podremos olvidar la forma en que se ha traicionado la esperanza que Patrice Lumumba depositó en las Naciones Unidas? […] Es necesario vengar el crimen del Congo. […] Un animal carnicero que se alimenta de los pueblos indefensos, […] ésta es la definición del ‘blanco’ imperial».

Siguió en el Congo a su independencia y a la intervención paramilitar del imperialismo una crisis primaria de la economía que afectó grandes porciones del continente y puso en duda la continuidad de su ubicación en la división internacional del trabajo de la segunda postguerra.

Para muchos países africanos, a finales del siglo XX, la devaluación de los productos agrícolas, y la desertificación, provocaron una fuerte revalorización de sus recursos mineros, nueva fase del errante camino para relacionarse con el mercado internacional.

Hemos visto que en las provincias del este de la República Democrática del Congo (RDC, Zaire), consideradas por la UNESCO reservas ecológicas de gran importancia, se encuentra el 80 % de las reservas mundiales de coltan. Allí han puesto sus ojos, desde la década de 1990, las grandes multinacionales y se han formado en la zona toda una serie de empresas (muchas de ellas «fantasmas») asociadas entre los grandes capitales transnacionales, los gobiernos locales y las fuerzas militares (estatales o «guerrilleras») para la extracción del coltan y de otros minerales como el cobre, el oro y los diamantes industriales. Las grandes marcas comenzaron la disputa por el control de la región a través de sus aliados autóctonos, en un fenómeno que la misma Madeleine Albright llamó «la primera guerra mundial africana».

En 1997 fue derrocado el presidente congoleño Mobutu Sese Seko, de estrecha relación con los capitales imperialistas de origen francés. Kagame (sic), en tal momento presidente de Ruanda, quién estudió en centros militares de EE.UU. e Inglaterra, y Museveni, presidente de Uganda, país considerado por Washington, un ejemplo para las naciones africanas, lideraron la conquista de la capital de la RDC, Kinshasa, y pusieron a cargo de este país a un amigo, Laurent Kabila. En un nuevo reparto se dispusieron concesiones mineras para empresas varias entre las cuales figuran la Barrick Gold Corporation, de Canadá, la American Mineral Fields (en la que Bush padre tenía intereses) y la surafricana Anglo-American Corporation, todo ello en desmedro de las antiguas «concesionarias» francesas.

En el este del país, sobre todo en la provincia de Kivu del Norte, siguen produciéndose hoy en día violentos combates entre el ejército congoleño, las milicias Mai-Mai y los grupos rebeldes procedentes de Ruanda. Desde hace tiempo se acusa al ejército congoleño de colaborar con grupos hutu implicados en el genocidio ruandés de 1994.

Por otra parte grupos rebeldes de Ruanda y Uganda pretenden acceder a los recursos naturales de la zona fronteriza de R. D. del Congo. Financian la lucha mediante la extracción y el comercio ilegales, sobre todo de oro y coltán, y compran armas a los traficantes internacionales.

En 1999 se establecieron las líneas divisorias entre las fuerzas opuestas, en el Acuerdo de Lusaka, una suerte (siempre provisional) de reparto del territorio, a la usanza de la Conferencia de Berlín, donde las potencias europeas se distribuyeron el continente para facilitar el saqueo y explotación.

«El Acuerdo de Lusaka, aunque exija la retirada de las tropas extranjeras, establece la línea divisoria entre las fuerzas rebeldes (apoyadas por Ruanda y Uganda) y las tropas gubernamentales (que reciben ayuda de Angola, Zimbabwe, Namibia y Chad), santificando de cierto modo la partición del país, quedando las regiones mineras más ricas en territorio rebelde.«13

Las tropas y los mercaderes ruandeses se focalizan en el este y controlan especialmente el coltán, mientras que la avanzada ugandesa se da también en el norte y nordeste y posee el monopolio de la comercialización de los diamantes industriales.14 Además de organizar campamentos para la extracción de los minerales, las tropas extranjeras roban cargamentos ya preparados para la exportación por grupos de trabajadores o milicias congoleñas.

En 2003 la situación geoestratégica, referidas a las zonas de control de las guerrillas (este), las fuerzas «de paz» (norte) y del ejército oficial de la RDC (suroeste), estaba planteada de la siguiente manera:

Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.

De tal forma comenzó a plantearse en los hechos, como una de las posibilidades de acuerdo a esta repartija, la partición de la RDC.

«Hay que subrayarlo una vez más: estos oscuros negocios son, en primera instancia, los culpables de una guerra no por olvidada menos dramática y bochornosa. Con un agravante: se teme que sobre el mismo territorio de la República Democrática de Congo pesa la amenaza de la fragmentación. Es decir, la división en varios estados, lo que facilitaría aún más la explotación de los recursos. Ya lo presintió y denunció -y por eso lo asesinó el ejército ruandés – Mons. Christophe Munzihirwa, arzobispo de Bukavu15

Tal situación se fue presentando en los hechos hasta que en la actualidad se reconoce la partición del territorio en dos esferas de «soberanía», tal como podemos ver en la siguiente imagen ilustrativa.

Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.

Recordemos que este comienzo de la política a través de las armas y después del derrocamiento en 1997 de Mobutu Sese Seko en 1997 y el posterior arribo al poder de Joseph Desire Kabila (el asesinado padre del actual presidente) la guerra en la extensa zona del Kivu ha tenido dos bandos: Por un lado Ruanda, Uganda y Burundi, apoyados por los Estados Unidos, el FMI y el Banco Mundial, y ligados a varias milicias «rebeldes» como el Movimiento de Liberación del Congo (MLC), Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP) del general renegado Laurent Nkunda y la Coalición Congoleña para la democracia (ACD). Por el otro, la RDC que obtuvo ayuda para mantener su integridad por parte de Angola, Namibia, Zimbabwe y Chad y las milicias hutus y mai-mai. Tal polarización ha sido radicalizada luego del arribo formal de la ONU hasta el reconocimiento actual (aunque no diplomático de la partición). ¿Faltará mucho para alguna de las potencias en juego – en el sentido más amplio del término potencia declare la necesaria formación de dos «Estados»?

El Imperio suele, sabemos, poner fin oficial a los conflictos para prolongar allí el saqueo y la masacre sin hacer sentir mal a la gente. Así se dictaminó en 2003 y a traves del «Acuerdo de Pretoria»16 el fin oficial de la «guerra mundial africana», como denominó la ex ministra de Exteriores estadounidense Madeleine Albright a las matanzas que allí se produjeron entre 1998 y 2003:

«Entonces murieron millones de personas, cuando diversos grupos rebeldes, pero también tropas regulares de los Estados vecinos de Ruanda, Burundi y Uganda hacían de las suyas. Era la época de una lucha abierta para obtener el control de las inmensas y valiosas riquezas naturales existentes en las provincias orientales de Congo. Hoy siguen resultando muy atractivas. Ni el frágil acuerdo de alto el fuego de 2003, ni las primeras elecciones más o menos «democráticas» de 2006 han puesto fin a cuarenta años de combates.»

La espectativa en las elecciones tiene estrecha relación con la excesiva debilidad del estado de la RDC.

«La gente depositó sus esperanzas en las elecciones, de cuya seguridad se encargaron tropas armadas de la UE. Pero pronto las esperanzas se transformaron en una gran decepción», dice Gregor. Sabe de qué habla. Vive aquí desde hace más de diez años. La economía y las infraestructuras de la zona están destrozadas. El país está hundido, a pesar de las riquezas que se encuentran en la tierra. La lucha por el poder y el control, por la tierra, por las minas, alcanza dimensiones terribles. La corrupción está tan a la orden del día como la violencia. Los sectores políticos y económicos en pugna, y también los diversos grupos paramilitares, se encargan de mantener un clima de inseguridad permanente.»17

¿Cómo han venido estableciendose las relaciones de fuerza desde hace más de una década hasta hoy? ¿Qué intereses se hallan en juego? ¿Por qué se combate en Congo?

Es necesario destacar cómo, para este negocio, se relacionan estrechamente los grandes capitales monopólicos de las grandes potencias con los poderes y capitales locales, a través de las formas típicas del capital imperialista: las asociaciones monopolistas de comercio, industria y bancos (organizadas a través del mecanismo de la participación, que ya destacara el propio Lenin) y la vinculación entre empresas privadas, estados y familiares del gobierno.18

Las empresas que se disputan ‘el tesoro’. No son pocas tampoco las empresas trasnacionales que se nutren de las variadas derivaciones del coltan: Alcatel, Compaq, Dell, Ericsson, HP, IBM, Lucent, Motorola, Nokia, Siemens utilizan condensadores y otros componentes con tántalo, metal derivado del tratamiento de la tantalita.

Pero hay muchas más compañías que fabrican componentes y desde 10 años de disputan el oro del siglo XIX: AMD, AVX, Epcos, Hitachi, Intel, Kemet, Nec… según datos del Comité de Solidaridad con África Negra, con sede en Madrid. A las que habría que sumar Sony, Bayer, Motorota, o IBM, a través de aliados autóctonos.

Alcatel, Compaq, Dell, Ericsson, HP, IBM, Lucent, Motorola, Nokia, Siemens, AMD, AVX, Epcos, Hitachi, Intel, Kemet, Nec, Sony, Bayer, Motorota, IBM…

Tras el velo de la «guerra del Kivu», se desarrolla la explotación y el extraordinariamente lucrativo comercio de distintos minerales y en especial del coltán, explotación y comercio organizados por numerosas multinacionales que han prosperado gracias al pillaje de los recursos minerales de esta región del este de la Repíblica Democrática del Congo (RDC). Una ONG sudafricana, SARW, nos indicó a fines del año 2008 los nombres de estas empresas en un completo informe. El Informe de South Africa Resource Watch (SARW) expone publicamente las entidades empresarias que se benefician del comercio ilegal del coltán. Las sociedades son americanas, alemanas, belgas, británicas, chinas y ruandesas. Pongamos entonces sus nombres por escrito para sostener el registro: 1. Commet Uganda coltan trading Mr. Salim Saleh 2. Afrimex idem Grande Bretagne 3. Amalgamated Metal Corp. id. Grande Bretagne 4. Cabot Corporation tantalum processing USA 5. Cogecom coltan trading Belgique 6. Euromet id. Grande Bretagne 7. Finconcord SA id. Suisse 8. Finmining id. Saint Kitts (Antilles) 9. H.C. Starck GmbH & Co coltan processing RFA 10. Kemet Electronics capacitor/manufacture USA 11. Malaysian Smelting Cor. coltan processing Malaysie 12. Nac Kazatomprom tantalum processing Kazakhstan 13. Ningxia Non Ferrous Metals id. Chine 14. Pacific Ores Metals coltan trading Hong Kong/Chine 15. Raremet Ltd id. Saint Kitts (Antilles) 16. SLC Germany GmbH id. Allemagne 17. Sogem id. Belgique 18. Speciality Metals Company SA id. Belgique 19. Trademet SA id. Belgique 20. Trinitechinternational Inc. id/exploitation USA 21. Vishay Sprague manufacture USA/Israel 22. Eagle Wings Resources coltan exploitation Rwanda.

Y finalmente promediando el corto: «Tenemos razones para creer que (los soldados de la ONU) han sido enviados por las multinacionales«, ha advertido el prelado católico, quien también añade. «La ONU quiere que fracase el diálogo intercongoleño para dirigir el país como un protectorado. Creo que la ONU está hoy al servicio de una gran potencia y hace lo que ella quiere». Por supuesto a Occidente le interesan más las valiosas materias primas que la estabilidad del «país».

En las diferentes resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CS), repetidas año a año, los representantes internacionales han venido haciendo llamamientos grandilocuentes que apuntan no tanto a frenar la catástrofe como a regularizar la situación. Así mientras exclamaban la ilegalidad de las intromisiones ruandesas y ugandesas, convocan a la resolución consensuada de la guerra, perspectiva en la cuál se aceptan de antemano los intereses contrapuestos y la posibilidad de una repartija territorial, jurisdiccional y mercantil. El CS

«Reafirma que, llegado el momento oportuno, se debería organizar una conferencia internacional sobre la paz, la seguridad, la democracia y el desarrollo en la región africana de los Grandes Lagos, con la participación de todos los gobiernos de la región y todas las demás partes interesadas y bajo los auspicios de las Naciones Unidas y de la Unión Africana, a fin de afianzar la estabilidad de la región y propiciar condiciones que permitan a todos ejercer el derecho de vivir en paz dentro de las fronteras nacionales..»19

Orden y progreso capitalista como perspectiva, y reparto geopolítico por parte del imperialismo es lo que tenemos ante nuestros ojos. Si todas estas «naciones» se disputaron el control del territorio, desde otra perspectiva son las propias corporaciones las que están repartiéndose la zona. Se han creado distintas empresas mixtas con este fin, la más importante de las cuáles es la SOMIGL (Sociedad Minera de los Grandes Lagos) que está integrada por tres sociedades: la Africom (belga), la Promeco (ruandesa) y la Cogecom (surafricana).

«Treinta y cuatro empresas están acusadas de importar coltán y casiterita del Congo; de ellas, 27 son occidentales, la mayoría belgas holandesas y alemanas […] existen cinco o seis comisionistas hasta que el mineral llega a manos de los comerciantes regionales; entre estos intermediarios están los mandos de los ejércitos ocupantes …»20

Hace algunos años comentábamos de que forma fueron suprimidas todas las licencias para la compra-venta del coltán a fines del 2000. Las fuerzas militares ruandesas ligadas a la SOMIGL lograron de tal manera evitar el «gasto» de intermediarios y controlar monopólicamente la comercialización del coltán.

«El Ejército ruandés traslada en camiones el mineral a Kigali, capital de Ruanda, donde es tratado en las instalaciones de la Somirwa (Sociedad Minera de Ruanda), antes de ser exportado.»21

Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen. Sus camiones y helicópteros hacen el traslado interno. Poseen, por supuesto, sus propias compañías de transporte que son propiedad de parientes cercanos a los presidentes de Ruanda y Uganda. Utilizan los aeropuertos de Kigali y Entebe (de Ruanda) entre otros. En estas verdaderas zonas militares las compañías aéreas privadas (una de las cuales – Sabena – de origen belga, está asociada a American Airlines) ingresan armas y se llevan minerales. Las cosas no han cambiado significativamente desde entonces según la información con que contamos desde estas pampas gringas. Recordamos en tal sentido que la mayor parte del coltán extraído (luego de ser acumulado hasta subir los precios) tiene como destino los EE.UU., Alemania, Bélgica y Kazajstán. La filial de Bayer, Starck, es la productora del 50% del tantalio en polvo a nivel mundial. Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen. Tal como vemos, están vinculadas con el tráfico y la elaboración decenas de empresas, con participación en grandes corporaciones monopólicas de diversos países.22 Las grandes empresas financian, por supuesto, a las distintas fuerzas militares, que montadas en los preexistentes conflictos interétnicos, sostienen una guerra por el control de las minas, en la que, sólo entre los años 1998 y 2002, han muerto más de 3 millones de personas. Ruanda y Uganda han diseminado en la zona este y nordeste de la RDC (en especial en los Parques Nacionales donde se hallan la mayor parte de las reservas) unos 40.000 soldados, que cuentan con los mejores equipos y con el apoyo logístico de los gobiernos. La situación militar puede ser pensada como una cuadrícula en la cuál se posicionan y movilizan las distintas fuerzas; en ella encontramos a las tropas gubernamentales de la RDC (muchos de sus soldados están desertando desde hace un tiempo por la intensidad de los combates), los Cascos Azules de la ONU (que intentan conformarse en los controladores generales de la región), los ejércitos ruandeses y ugandeses (entre los cuáles contamos a los antiguos rebeldes «guerrilleros» – UCD) que controlan, como vimos antes, zonas relativamente diferenciadas, y finalmente, los autoorganizados «movimientos de autodefensa» de los lugareños (autodenominados «mai-mai»). Entre todos ellos circulan algunos (cada vez menos) voluntarios de Organizaciones Humanitarias (Médicos sin Frontera, etc.). La situación, por tanto, es considerablemente compleja. Los actores que se han sumado al elenco principal desde hace ya varios años son las diferentes ONG’S que tratan, a su modo, de modificar y «normalizar» algunos aspectos de la vida cotidiana en el Congo.

«Aquí serían útiles los aviones de vigilancia del sistema AWACS. Pero nadie quiere emplearlos. Con su ayuda podría controlarse todo el espacio aéreo de la República Democrática del Congo (RDC), un país seis veces mayor que Alemania. Y eso permitiría impedir al menos una parte de la importación ilegal de armas.»

Hablan miembros de la Deutsche Welthungerhilfe (Agro Acción Alemana) organización humanitaria que atiende diversos proyectos en el este de Congo.

«- Construimos escuelas y calles. Ayudamos en la agricultura, repartimos semillas y proporcionamos asistencia médica. – Por las mañanas, antes de ponerse en marcha para atender sus proyectos, Gregor y Sylvia se coordinan vía Internet con sus colegas de la DW y de otras organizaciones humanitarias presentes en la zona. Se ponen al día de la situación y los posibles peligros. Como es natural, los cooperantes extranjeros dependen muchas veces de la información que reciben de la población. Es importante que las autoridades locales, los señores de la guerra y sus combatientes estén informados de los desplazamientos y la presencia de los grupos occidentales y de sus diversos proyectos. De otro modo, sería visto como una injerencia; sólo la comunicación reduce el riesgo.»

Pero volvamos al asunto pues mucho de humanidad no hallamos en el cerco que tiende la explotación capitalista de las riquezas naturales del este del Congo. La situación militar aun reconocidos el fin de la guerra abierta y aceptada informalmente la partición del país sigue siendo triangular. En esa tríada recordemos se hallan las milicias irregulares apoyadas por las multinacionales y por países vecinos (en especial Uganda y Ruanda), las tropas mal pertrechadas, mal orientadas y poco numerosas del «Estado Soberano» de la RDC, y finalmente las pacíficas y pacificadoras tropas de la ONU.

Veamos que nos dicen los propios partícipes un situ de la Ong alemana antes citada:

«Los cascos azules de la ONU (MONUC), que con alrededor de 18.000 soldados constituyen su mayor contingente mundial, apenas han contribuido hasta ahora a poner fin al conflicto. En las ciudades de la región están presentes el ejército y el MONUC, pero quien se adentra en las zonas rurales se topa indefectiblemente con paramilitares e incluso niños armados con Kalashnikovs que, en el mejor de los casos, sólo quieren robarte. Hasta hace poco, las tropas de paz no disponían siquiera de helicópteros equipados para la visión nocturna. La ONU estaba ciega por la noche. El número de soldados es escaso para la enorme extensión del país.»

Señalan también que

«debido a la mala preparación y al pobre equipamiento, la misión de la MONUC está casi condenada al fracaso. No es ningún secreto que los cascos azules a menudo llegan tarde y actúan sin coordinación; no es raro que para confirmar una orden tengan que telefonear a Nueva York. Eso lleva tiempo, un tiempo que del que quizá las víctimas ya no disponen […] Además de sufrir la ira de los nativos, decepcionados por su pasividad ante el acoso de militares y guerrilleros, los cascos azules han protagonizado escándalos relacionados con abusos sexuales y el tráfico ilegal de oro.»

Más de 5 millones de muertos y 1 millón de desplazados actuales, aceptados oficialmente desde mediados de la década de 1990. ¿De qué se trata este desastre sistemáticamente ocultado en nuestro querido planeta?

El final de esta historia cinematográfica (cómo para hacerla un poco menos angustiante) la protagonizan los niños del Congo, aquellos que allí han tenido que nacer. Se trata de lo que en términos académico-políticos podemos conceptuar como «La ‘organización’ de la producción y el mercado de trabajo». Veamos.

En las minas aluvionales de las regiones mencionadas trabajan diariamente decenas de miles de mineros, bajo un sistema represivo organizado por las fuerzas militares y los poderes locales (jefes consuetudinarios locales y regionales) – de los dos bandos en disputa. Estos pagan a los trabajadores entre diez y doce dólares por kilo de coltán (que en el mercado de Londres cotiza entre 300 y 600 dólares el kilo)23 y les exigen además para «permitirles» trabajar que se pongan con una cucharada diaria del mágico mineral (una para la milicia y otra para los jefes civiles), modo muy especial de tributo en especie, con el que recaudan alrededor de un millón de dólares mensuales.

La fuerza de trabajo aquí utilizada está compuesta fundamentalmente por ex campesinos y ganaderos (luego de que se devaluara la producción agrícola congoleña para la exportación – algodón y otros productos), que se alejan por largos períodos de sus comunidades y familias, además de refugiados, prisioneros de guerra (sobretodo hutus) a los que se les promete una reducción de la condena, y de miles de niños de la región, cuyos cuerpos pequeños pueden fácilmente adentrarse en las minas a ras de tierra.

Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.

El reclutamiento de esta mano de obra opera en una doble dimensión, mercantil y coercitiva, en un doble mercado de trabajo. Las zonas mineras y las zonas de operación militar terminan por confundirse. Las migraciones frecuentes desde otras regiones hambreadas son, muchas veces, definitivas, si observamos el número de muertos. Las poblaciones vecinas reclutadas a trabajar y trasladadas por la fuerza, sirven de cantera de mano de obra para esta empresa capitalista; hostigadas por grupos armados han abandonado sus residencias o se han convertido en mineros. Estos trabajadores rescatan coltán de sol a sol, y duermen y se alimentan en la selva montañosa de la zona. Se reproducen en las comunidades y en la selva por sus propios medios, alimentándose de elefantes y gorilas autóctonos, mientras las guerrillas comercializan cueros y marfil. En otros términos: el capital no se encarga de la totalidad de la reproducción de esta fuerza de trabajo, que además de aportar en la producción de plusvalía (del coltán), aporta una especie de renta en trabajo metamorfoseada. Superexplotación: los mineros dan valor al coltán con su trabajo, pagan un tributo al estado local y además trabajan para conseguir los medios de supervivencia, alimento y refugio. Superbeneficio para el capital invertido que obtiene tasas de ganancia exorbitantes, realizadas con el sustento indispensable de la represión y el trabajo forzado. Como es tradicional en África, el racismo, la xenofobia y la ideología discriminatoria en general, son esenciales para el funcionamiento de este doble mercado de trabajo (asalariado y forzado – no libre). Aquí se monta específicamente en los conflictos interétnicos: son reclutados en especial los pigmeos y los hutus.

El capital imperialista que desde siempre (sobretodo desde la colonización de África a fines del siglo XIX) contó con el poder local, sostenido «consuetudinariamente», para la provisión y reproducción de mano de obra barata, encuentra a través de los mecanismos descriptos, una forma de su «actualización» (neocolonización dicen algunos). El trabajo forzado fue abolido por ley luego de la independencia, en la mayoría de los países africanos, pero como está sostenido en las particulares relaciones de poder consuetudinario de obediencia al jefe local, continúa existiendo. Salongo lo llaman en el Congo actual. Los funcionarios de los estados locales asumieron históricamente, por supuesto, funciones de policía. Cuando los campesinos o los niños no acuden a las minas por el simple atractivo de los dólares, allí está la compulsión estatal-policial como forma alternativa de reclutamiento. Mercado y fuerza no son aquí contradictorios.

El coltan es la conjunción de dos minerales considerados materias primas estratégicas para el desarrollo de las nuevas tecnologías. De acuerdo a lo que parecen ser propiedades fisico-químicas «mágicas», este mineral es fundamental para las industrias de aparatos electrónicos, centrales atómicas y espaciales, misiles balísticos, video juegos, aparatos de diagnóstico médico no invasivos, trenes sin ruedas (magnéticos), fibra óptica, etc. Sin embargo el 60 % de su producción se destina a la elaboración de los condensadores y otras partes de los teléfonos celulares. El coltan permite que uno de los sueños occidentales se haga realidad, con él las baterías de los minicelulares de bolsillo mantienen por más tiempo su carga, ya que los microchips de nueva generación que con él se elaboran optimizan el consumo de corriente eléctrica. Después de ser usado en un principio para los filamentos de las «lamparitas», luego fue reemplazado en esta función por el más barato y accesible tugsteno, y parecía condenado al olvido. Sin embargo en las últimas décadas el valor volvió a preñar al coltan, volvió a darle vivacidad, a convertirlo en mercancía. Mucho más cuando se produjo el boom comercial de los teléfonos móviles que inundaron el mercado desde el año 2000. Nótese el resultado de esta nueva «fuerza del mercado»: 5 millones de muertos reconocidos oficialmente en una década.

Las minas aluvionales donde se extrae este mineral que la propia organización imperialista del capital mundial ha hecho «maldito», han provocado «desastres medioambientales» y sobre todo novedades «interesantes» que han sido expuestas en los últimos años: las minas también producen graves problemas de salud asociados con la radioactividad que el coltan puede desprender, lo que es causa de enfermedades irreversibles entre los trabajadores.

Según explican los investigadores Lunar y Martínez Frías,

«elementos como el uranio, el torio y el radio, entre otros, pueden aparecer formando fases minerales exóticas, asociadas al coltan, o estar incluso presentes en la propia estructura cristalina de la columbita y tantalita. En el último número de 2007 de la revista Journal of Radiological Protection, científicos del Departamento de Física y del Instituto de Ciencias Nucleares de la Universidad de Nairobi han evidenciado dosis de radiación en los trabajadores congoleños que se dedican de forma artesanal a la extracción de coltan de hasta 18 mSv por año».

La ausencia total de condiciones de seguridad reina en estas explotaciones irregulares, a menudo situadas en la selva, en regiones de difícil acceso por las que sólo se mueven militares y grupos armados. La desertificación, unida a la guerra y a la pobreza, es lo que lleva desde hace años a los campesinos de la región a abandonar sus tierras para trabajar en las minas.

«Los mineros, si así puede llamárseles, se alejan de sus comunidades por mucho tiempo, deslumbrados por los 10 dólares que pagan por kilo de mineral extraído, que luego cotiza a más de 300 en el mercado. El problema es que no todos vuelven, y que, en la mayoría de las ocasiones, según denuncian distintas organizaciones internacionales, «si acudieron voluntariamente a las minas terminan como esclavos».»

Esta película no tiene fin real porque la historia que relata tampoco va a tenerlo en los próximos años. Se trata de uno de los negocios más importantes de la locomotora formidable que mueve los destinos de todos, viajamos en este tren de alta velocidad que es el capitalismo y los frenos, ¿quién los tiene?

En el centro de África se desarrolla desde hace más de una larga década esta que hemos podido caracterizar como sigue: guerra múltiple (económica, civil, interétnica, regional pero también solapadamente interimperialista o intraimperio como dirían algunos) y saqueo sistemático, nos hablan de un proceso de expoliación y proletarización (muchos no han conservado ni siquiera la vida), de acumulación primitiva de capital, continuamente renovada, que asume formas específicas en los países del tercer mundo: trabajo forzado, reclutamiento, endeudamiento, doble mercado de trabajo, propiedad de la tierra de hecho garantizada por las fuerzas armadas. Las multinacionales no han necesitado aquí muchos planes de modernización, se benefician de la fuerza de trabajo casi gratuita, un ejército industrial de reserva que vive en una pauperización absoluta en muchos casos. Esto, sumado al estricto control que llevan a cabo las mismas empresas extranjeras, limita, como es evidente, las posibilidades de desarrollo de un mercado interno y de una burguesía industrial local o «nacional». Sólo quedan para ésta el control del comercio ilegal de armas y materias primas. La llamada transferencia de valor de la periferia hacia el centro significa que de la totalidad de la plusvalía producida en estos países, a costa de millones de muertos, las grandes multinacionales, acaparan la mayor parte, justificadamente de acuerdo a la concentración de sus capitales. Tal como explicaba Paul Sweezy a fines de la década del 60′: el imperialismo establece en los países periféricos, a través de inversiones e invasiones extranjeras «una gigantesca bomba de succión de excedente de los países subdesarrollados y la transferencia del control de una gran parte de sus recursos productivos a las grandes corporaciones imperialistas.»

«Las crecientes necesidades de la industria tecnológica del mundo han creado graves conflictos en los países menos desarrollados» nos comentaba el rotativo canadiense The Industry Standart, algo que es aplicable a cualquier época por lo menos desde el siglo XIX. Los países capitalistas periféricos reciben en el reparto mundial funciones específicas en beneficio de los grandes capitales monopólicos. La tasa de ganancia media se regula a nivel del Mercado Mundial, y para cada época, depende en especial de las ramas industriales de punta, que funcionan como motor de la acumulación del resto.

Hoy el coltán es fundamental para que muchas de estas industrias «de punta» rindan sus frutos. En este sentido la explotación de las minas africanas, que el mismo Pentágono considera estratégicas, son fundamentales para la reproducción del capital imperialista globalmente considerado. Esta forma monopólica del capital, que en una lectura atenta del libro de Lenin, constituye el rasgo más importante en la definición del Imperialismo, organiza en la República Democrática del Congo y en muchos otros países, militar, política y económicamente, la vida de las masas proletarias de ayer y de hoy.

Aquí reside, a nuestro entender, la clave de la actualidad y la pertinencia del concepto. El imperialismo es fundamentalmente una forma específica de organización de la producción y reproducción del capital y del trabajo, y no tanto la hegemonía de una nación sobre otras. En el sentido destacado el Imperialismo necesita del Estado (de los estados) más allá de si éstos asumen o no, rasgos nacionales.

Sobre la tumba de los 2000 niños y campesinos africanos que mueren por día en el Congo, podemos, distraídos, seguir usando nuestros celulares.

BIBLIOGRAFÍA DE CONSULTA

1. Mahmood Mamdami; Ciudadano y súbdito. África contemporánea y el legado del colonialismo tardío; en especial, Capítulo V: «La autoridad nativa y el campesinado libre»; Editorial Siglo XXI, 1996. Y también «La violencia política en el Africa Postcolonial».

2. Walter Rodney; Cómo Europa subdesarrolló al Africa. S/d.

3. Claude Meillassoux; Mujeres, graneros y capitales; en especial Segunda Parte: «La explotación de la comunidad doméstica. El imperialismo como modo de reproducción de mano de obra barata.»; Editorial Siglo XXI.

4. Rodolfo Stavenhagen; Las clases sociales en las sociedades agrarias; Editorial Siglo XXI, 1969.

5. V. I. Lenin; Imperialismo, fase superior del capitalismo (1917); Editorial Anteo, octava edición, 1974.

6. Carlos Marx; El Capital (1867); Editorial Ciencias del Hombre, 1973.

7. Joseph Ki-Zerbo; Historia del Africa Negra y «De Vasco da Gama al 2000». S/d.

8. Fuentes documentales e informativas: Rebelion.org; Umoya.org; Documentos oficiales de la ONU; Recortes periodísticos de los diarios El Pais (España); Artículos y notas periodísticas de AfrolNews, Kaos en la Red, WebIslam, Revista Pueblos (España) y RadioNoticias.eu.

ANEXO

DEFINICIÓN QUÍMICA DEL COLTAN. LAS EXTRAORDINARIAS CUALIDADES DEL TÁNTALO

«El coltan no es realmente ningún mineral establecido. Es un término que no se utiliza en el lenguaje científico y que responde a la contracción de dos minerales bien conocidos: la columbita, óxido de niobio con hierro y manganeso (Fe, Mn), Nb2O6, y la tantalita, óxido de tántalo con hierro y manganeso (Fe, Mn), Ta2O6. Estos óxidos constituyen una solución sólida completa entre ambos minerales; son escasos en la naturaleza y un claro ejemplo de cómo el avance tecnológico contribuye a que materiales considerados simples curiosidades mineralógicas sean cruciales debido a sus nuevas aplicaciones». (Lunar y Martínez Frías)

El tántalo -así denominado porque se disuelve difícilmente en los ácidos, lo cual recuerda el suplicio de Tántalo, el dios griego que no podía alcanzar nunca agua que beber ni fruto que comer- es un metal refractario que presenta cualidades muy valoradas hoy día: es tan resistente como el vidrio; extremadamente dúctil y maleable, permite ser doblado, enrollado, soldado; además se utiliza en aleaciones, con objeto de obtener materiales resistentes a muy altas temperaturas.

A todas esas cualidades se añade su densidad, que lo hace muy deseable para fines militares, porque permite penetrar los blindajes. Entra también en la composición de piezas electrónicas y de equipamiento de la industria química; en la tecnología de los misiles y de los reactores nucleares, y es utilizado en cirugía. El Pentágono lo clasificó hace tiempo como «materia prima estratégica».

Para contactarnos: [email protected]

Licencia: Creative Commons: http://es.creativecommons.org

Ramiro Sebastián de Altube

Cátedra de historia de Asia y Africa

Universidad nacional de Rosario  

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.