La semana pasada un nuevo intento de golpe de estado en el Congo terminó en un fracaso. El mayor Eric Lenge, de la escolta del Presidente Joseph Kabila, logró controlar la radio gubernamental pero fue sobrepasado por las fuerzas leales e intentó huir por el aeropuerto de Kinshasa. Rodeado, logró escapar y no se sabe […]
La semana pasada un nuevo intento de golpe de estado en el Congo terminó en un fracaso. El mayor Eric Lenge, de la escolta del Presidente Joseph Kabila, logró controlar la radio gubernamental pero fue sobrepasado por las fuerzas leales e intentó huir por el aeropuerto de Kinshasa. Rodeado, logró escapar y no se sabe su paradero actual. Unos días antes, la conspiración había logrado controlar el poblado de Bukavu, al este del país, que fue recapturado dos días después por el gobierno.
Las inmensas riquezas mineras del Congo han sido calificadas como un «escándalo geológico». Bajo su suelo hay cantidades extraordinarias de oro, diamantes, cobre, cobalto, manganeso, zinc, cadmio, plata, uranio y otros minerales escasos en el planeta y de gran valor estratégico como coltán, casiterita, europio, thorio, niobio y pirocloro. La media mundial de extracción de oro por tonelada de tierra removida está en 11 gramos y en el Congo está entre 6 y 7 kg. Incluso se llega a los 16 kg. Se calcula que con la mitad de las reservas de oro estimadas en la mina de Sezere se tendría para pagar toda la deuda externa del Congo.
El cobre y el cobalto presentes en los residuos de la mina de Kolwezi se valoran en unos 16.000 millones de dólares. El coltán es un mineral escaso en el planeta compuesto por colombio y tántalo. El tántalo es tan resistente a la corrosión como el vidrio, muy resistente a las temperaturas, de muy poco peso, y es superconductor. Es indispensable para la fabricación de teléfonos móviles, satélites, reactores nucleares, misiles, se emplea en ciertas piezas de las naves espaciales.
Desde 1876 el rey Leopoldo II de Bélgica mantuvo esa región en condición de propiedad privada. En la lucha por la independencia de la sujeción colonial se destacó Patrice Lumumba, quien comenzó la lucha armada y cuando se obtuvo la soberanía fue nombrado Primer Ministro del gobierno de la nueva nación. Pero la Union Minière maniobró para desgajar la provincia de Katanga, que aportaba la mitad de los ingresos nacionales.
Kasavubu, el nuevo Presidente de la República, enemigo de Lumumba, lo obligó a replegarse hacia Stanleyville, donde contaba con mayor apoyo. Fue destituido. Estalló una guerra civil y las Naciones Unidas intervinieron. Joseph Mobutu, antiguo agente de la seguridad belga, luego coronel y jefe del estado mayor dio un golpe de estado y se apoderó del poder. Lumumba fue atrozmente torturado, humillado y asesinado. Tras la fuga de Mobutu, y el triunfo de Laurent Kabila, una nueva era comenzó en la ahora República Democrática del Congo. El triunfo de Lumumba, aunque tardío, se produjo al fin.
El asesinato de Laurent Kabila por un guardaespaldas planteó un nuevo giro en el atribulado Congo. Tras su asunción del poder, y para evitar una nueva desestabilización en el sur de África, se convocó, una cumbre de jefes de Estado, en Zimbawe que fue un fracaso. Las contradicciones entre el Congo y Uganda, Burundi y Ruanda, fueron muy fuertes. Kabila acusó a sus vecinos de haber promovido incursiones armadas dentro de su país. Estas contradicciones eran el resultado de una larga sucesión de enfrentamientos motivados por rivalidades entre las etnias.
Ruanda y Burundi son dos pequeños países que albergan a las minorías étnicas de los hutus y los tutsis. Ambas tribus tienen largas raíces históricas. Hay rastros de esos reinos hasta ochocientos años antes de nuestra era. Los colonizadores europeos favorecieron a los tutsis y aplastaron con impuestos y trabajos pesados a los hutus. Divide y vencerás. Ambos países obtuvieron su independencia en 1962 y alentaron su guerra permanente. Los tutsis siempre ocuparon posiciones administrativas, fueron profesores, intelectuales. Los hutus se dedicaban a las agotadoras labores del campo. O sea que el conflicto no es solamente tribal, también es socioeconómico. El odio entre ambas etnias es un legado del pasado colonial.
Laurent Kabila contó con el apoyo de Nelson Mandela. Ambos hombres se habían formado dentro de la izquierda africana. Kabila tuvo contactos con el Che Guevara, cuando su malograda expedición en el Congo. Kabila era un veterano luchador con más de treinta años de presencia en las luchas políticas africanas. Sufría la antipatía del gobierno francés, que tuvo en Mobutu un cómodo aliado. La hostilidad tribal que enfrentó Kabila era muy antigua, no se podía atribuir a su régimen.
Si a todo ello se añade la posición estratégica del Congo, que posee fronteras con nueve países, se comprenderá los ingentes esfuerzos del gobierno de Estados Unidos por recolonizar ese infortunado país, dentro de los cuales seguramente se halla este nuevo golpe de estado.
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