Guinea Ecuatorial, país rico en petróleo, cuenta con que la cumbre de la Unión Africana, que alberga a partir del día 30 de junio, limpie su imagen manchada por constantes acusaciones de graves violaciones de derechos humanos. Su presidente, Teodoro Obiang Nguema, que ha gobernado el país desde que se hizo con el poder mediante […]
Guinea Ecuatorial, país rico en petróleo, cuenta con que la cumbre de la Unión Africana, que alberga a partir del día 30 de junio, limpie su imagen manchada por constantes acusaciones de graves violaciones de derechos humanos.
Su presidente, Teodoro Obiang Nguema, que ha gobernado el país desde que se hizo con el poder mediante un golpe de estado, en 1979, fue nombrado presidente de la UA, en la cumbre del organismo celebrado en Addis Abeba, en enero de este año.
«Antes, nadie conocía Guinea Ecuatorial, pero ahora, todo el mundo lo conoce. No ha sido una elección fortuita [la de Obiang], sino que ha sido porque los líderes africanos tienen fe y confianza en Guinea Ecuatorial», dijo el presidente tras su elección.
«Hace unos años, no podría ni soñar con albergar esta cumbre. Ahora tiene los medios, y quiere impresionar», ha declarado un diplomático de Gabón.
La cumbre completa de la UA se inauguró el día 22 de junio y durará hasta el 1 de julio, [la de jefes de estado se celebra los días 30 de junio y 1 de julio], en la ciudad de Sipopo, una ciudad de lujo construida especialmente para la cumbre, cerca de la capital, Malabo.
Obiang inauguró la ciudad de Sipopo hace tres semanas, felicitando a su gobierno y a las compañías que participaron en su construcción de esta «emblemática ciudad construida en el tiempo récord de dos años». Sipopo tiene 52 villas presidenciales de lujo, un salón de conferencias, una playa artificial, un campo de golf y un hotel de lujo, el francés Sofitel. El pequeño país del África occidental es el tercer productor de petróleo de África y ha lanzado un ambicioso programa de construcción, financiado por sus petrodólares. También albergará el próximo año la Copa Africana de Naciones.
Medidas preventivas
En Guinea Ecuatorial viven unas 700.000 personas, pobres en su mayoría, a pesar de la riqueza petrolera del país.
Obiang ha sido acusado durante mucho tiempo de abusos de los derechos humanos.
Hace una semana, Amnistía Internacional acusó a Malabo de represión de la libertad de expresión, de cara a la cumbre de la UA, con arrestos y detenciones de unos 100 estudiantes y diversos oponentes políticos, en los últimos meses.
Amnistía dice que estos arrestos parecen «medidas preventivas para evitar cualquier manifestación durante la cumbre».
Pero Obiang siempre ha mantenido que no existen violaciones de derechos humanos en su país, recordando que ha firmado un acuerdo con el Comité Internacional de la Cuz Roja para monitorear los derechos humanos. También calificó de «irracional» la decisión de la UNESCO de suspender, el pasado mes de octubre, un premio que él mismo patricinaba y llevaba su nombre.
Activistas por los derechos humanos y contra la pobreza habían presionado a la UNESCO para que no prestase su apoyo a un premio con el nombre de un corrupto dictador.
100 años de presupuesto nacional para educación
El principal disidente del país, Placido Mico, secretario general del partido Convergencia para la Democracia Social, CPDS, dice que a pesar de los esfuerzos del presidente por dar «una imagen positiva», la cumbre es totalmente negativa para la población».
«Se ha gastado el equivalente de 100 años de presupuesto nacional de educación para construir Sipopo, se ha acortado el curso escolar un mes, por causa de la cumbre, se ha cortado la electricidad de Malabo para iluminar Sipopo y se ha arrestado a ecuatoguineanos e inmigrantes por causa de la cumbre», cuenta.
«Y se nos dice que Sipopo se convertirá en un punto turístico, mientras que el país no concede visados, esto es como Corea del Norte», exclama Mico.
Mientras tanto los asesores del presidente dicen en los medios rutinariamente que se está implementando una serie de reformas, para combatir la pobreza y conceder más libertades individuales. A finales de marzo, Obiang puso en marcha una reforma constitucional, que dará «más participación al pueblo y limitará los mandatos presidenciales».
Mico y otros disidentes, ven esto como un «fraude» y demandan una amnistía general que permita a «todos los exiliados políticos volver a su país y que todos los prisioneros de conciencia sean puestos en libertad». A principios de este mes, un grupo de televisión, de la cadena alemana ZDF, fue obligado por las autoridades a borrar todas sus grabaciones, alegando que pretendían dar mala imagen del país y los expulsaron a Alemania.
Traducido por Rosa Moro, de Fundación Sur.