Mientras Somalia sufre su peor hambruna en seis décadas y Yemen se desliza hacia una guerra civil, el gobierno de Estados Unidos expande su red de bases para realizar ataques con aviones no tripulados contra sospechosos de terrorismo en ambos países. Basándose en parte en nuevos cables diplomáticos estadounidenses publicados por el grupo WikiLeaks, el […]
Mientras Somalia sufre su peor hambruna en seis décadas y Yemen se desliza hacia una guerra civil, el gobierno de Estados Unidos expande su red de bases para realizar ataques con aviones no tripulados contra sospechosos de terrorismo en ambos países.
Basándose en parte en nuevos cables diplomáticos estadounidenses publicados por el grupo WikiLeaks, el diario The Washington Post informó el jueves que las fuerzas estadounidenses habían lanzado ataques con aviones no tripulados sobre esos dos países desde una instalación militar en Djibouti, y planeaban construir una segunda en Etiopía.
The Washington Post y The Wall Street Journal también informaron que una base en Seychelles que las fuerzas estadounidenses habían utilizado para enviar aviones de vigilancia ahora contaría con naves armadas capaces de llevar su carga mortal a lo largo de los más de 1.500 kilómetros que separan esa isla del océano Índico del Cuerno de África, y regresar.
La nueva «constelación» de bases de aviones no tripulados también incluirá una de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) que la administración anunció a comienzos de este año se ubicaría en la Península Arábiga.
Esa instalación sería construida en Arabia Saudita, según un «alto funcionario militar estadounidense» citado en un informe de la cadena Fox News el jueves.
«Las operaciones en Arabia Saudita son la única nueva expansión de este plan», dijo la fuente. «El resto han estado funcionando desde hace más de un año, cuando nos dimos cuenta del peligro que representaba AQPA (Al Qaeda en la Península Arábiga)», añadió.
AQPA es una célula terrorista yemení que habría consolidado sus vínculos con el grupo radical islámico somalí Al Shabaab.
IPS llamó al Departamento de Defensa estadounidense para confirmar si se instalaría una nueva base en Arabia Saudita, pero no recibió respuesta.
No obstante, Chas Freeman, ex embajador estadounidense en Riyadh y quien mantiene buenos vínculos con el gobierno saudita, dijo que la versión era «altamente plausible» dada la «estrecha y robusta» cooperación contraterrorista entre los dos países y la proximidad geográfica de Arabia Saudita con Yemen.
Según uno de los autores del informe de The Washington Post, la expansión de la red de bases aéreas tenía el fin de «evitar los errores del pasado».
«Cuando Al Qaeda huyó de Afganistán a Pakistán en 2001 y 2002, pasaron años antes de que la CIA pudiera armar un programa de aviones no tripulados capaz de poner bajo presión a la red terrorista», escribió Greg Miller en el sitio web del periódico. «Esa demora, junto a los costosos acuerdos para acceder a bases aéreas en países vecinos, permitió el florecimiento de Al Qaeda».
Los informes llegaron en medio de una considerable polémica sobre el creciente uso de la administración de Barack Obama de aviones no tripulados, que según su alcance pueden llevar el siniestro nombre de Predator («Depredador») o de «Reaper» («Segador» o «Parca», la muerte).
En Pakistán, donde la CIA incrementó drásticamente los ataques con aviones no tripulados (a casi 200) contra objetivos de «alto valor» de Al Qaeda y del movimiento islamista Talibán en los primeros dos años del gobierno de Obama, la estrategia contribuyó a un aumento del sentimiento antiestadounidense en la población local.
Una abrumadora mayoría de 97 por ciento de los consultados en una encuesta del Centro Pew de Investigación realizada recientemente en Pakistán expresaron una opinión negativa de los ataques con aviones no tripulados.
De hecho, nada menos que el ex alto jefe de inteligencia del gobierno estadounidense Dennis Blair dijo en una reunión con expertos en política exterior y seguridad nacional en julio que era un error dejar que la campaña militar dominara las relaciones con Pakistán, Yemen y Somalia.
«Estamos alienando a los países involucrados porque los tratamos solo como lugares donde vamos a atacar a grupos que nos amenazan, porque estamos arriesgando las perspectivas de una reforma de largo plazo», señaló.
Además, sostuvo que esas operaciones bélicas deberían contar con el consentimiento de las autoridades de los países donde se llevan a cabo.
Pero el nuevo jefe del Pentágono y ex director de la CIA, Leon Panetta, rechazó esas críticas, insistiendo en que la estrategia ha sido y continuaría siendo «efectiva para socavar Al Qaeda y su capacidad para planificar… ataques» contra Estados Unidos.
Panetta y el Pentágono también estarían liderando un debate en Washington para ampliar la actual lista de objetivos, hasta ahora integrada solo por altos líderes de las redes terroristas, y poder así atacar también a combatientes de a pie.
Los aviones no tripulados se han convertido en la principal arma de Estados Unidos en sus esfuerzos para derrotar a Al Qaeda y sus aliados, aunque ha sido usada con menos frecuencia contra objetivos en Yemen y Somalia que en Afganistán, Pakistán e Iraq.
Al menos seis ataques fueron perpetrados con aviones no tripulados contra supuestos combatientes islámicos en Yemen en 2010 y en 2011, pero ese número podría haber crecido en los últimos meses debido al colapso de la autoridad del gobierno en varias partes de ese país.
Combatientes islámicos que Washington cree están relacionados con AQPA han tomado control de ciudades cerca del golfo de Aden.