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Intervención del Partido Comunista Obrero de Túnez ante el Parlamento Europeo

«Hay que ir más allá de las libertades individuales y plantear las grandes cuestiones económicas y sociales»

Fuentes: Frente 14 Enero

Intervención del Partido Comunista Obrero de Túnez (PCOT), durante la conferencia del grupo GUE-NLG en el Parlamento europeo, el 29 de marzo de 2011.  Traducido para Rebelión por Jorge Aldao y revisado por Marina Almeida

Les voy a hablar de la revolución tunecina, de sus causas, su actualidad, sus experiencias, de lo que todavía no se ha logrado y de la esperanza inmensa que conlleva.

Las causas de la revolución

Los medios de comunicación occidentales presentan la revolución tunecina como la revolución Facebook. Un levantamiento simpático de estudiantes e internautas, reprimido con sangre por la dictadura. Este análisis no es correcto o, por lo menos, es incompleto. La revolución tunecina tiene causas económicas y sociales profundas y antiguas. Y no comenzó con la inmolación de Mohamed Bouazizi. El primer gran levantamiento popular se efectuó en la región minera de Gafsa a principios de 2008. Este levantamiento comenzó el 5 de enero de 2008 por la publicación del resultado del concurso para el contrato de la sociedad minera «Phosphate Gafsa». Los habitantes de esa región se rebelaron contra un resultado amañado, marcado por el usual clientelismo del régimen de Ben Alí. Así, una huelga sin precedentes duró meses y centenares de diplomados sin trabajo llenaron las calles. La represión mostró una violencia inusitada: la ciudad de Redeyef fue cercada por la policía, los sindicalistas fueron detenidos y torturados y muchos manifestantes fueron heridos. Vemos que los problemas laborales y la corrupción son el eje central. Cuando, dos años más tarde, Mohamed Bouazizi se quemó a lo bonzo, no lo hizo para reclamar por la libertad de prensa o el multipartidismo, sino porque quedó desempleado, sin perspectiva de futuro y a merced de policías corruptos. Si tantos tunecinos se identificaron con él y si se convirtió en un símbolo, es porque muchos pudieron comprender su desesperación, por haberla vivido cotidianamente. El levantamiento actual comenzó en las regiones más desfavorecidas: Sidi Bouzid, Kasrine, Redeyef, Gafsa. La diferencia con los sucesos de 2008 es que este levantamiento no permaneció circunscrito a estas zonas, sino que ganó las grandes ciudades y Túnez, la capital. Entonces, a la reivindicación por trabajo se unieron las voces de la sociedad civil que luchaba desde hace tiempo por los derechos democráticos. La conjunción de estos dos movimientos es lo que llevó a la caída de Ben Ali.

 La revolución continúa

Ben Ali huyó del país el 14 de enero. El dictador se fue pero no se fue la dictadura. El régimen intentó quedarse en el poder por todos los medios. Primero, Mohamed Ghannouchi se proclamó presidente, garantizando un interinato en una vacante que definió como temporal y que duró 24 horas. Luego, la vacante se transformó en vacante permanente y Fouad Mebaaza, presidente del Parlamento, se convirtió en presidente de la república y Ghannouchi en primer ministro.

Breve «Currículum Vitae» de ambos : Fouad Mebaaza fue presidente del Parlamento desde 1997 y Mohamed Ghannouchi primer ministro desde 1999. Durante todos sus años de buenos y leales servicios, los dos más altos funcionarios del Estado, justo después de Ben Ali, no se habrían dado cuenta de nada. Su inocencia y su dimisión del RCD (N.deT.: Agrupación Constitucional Democrática) no convencen a nadie. Ghannouchi fue sin embargo vicepresidente hasta el 18 de enero. Y los manifestantes de la plaza de la Kasbah obtuvieron la dimisión de este primer gobierno de transición. Luego, se anunció un segundo gobierno de transición. Mohamed Ghannouchi fue nuevamente primer ministro y fue depuesto por los manifestantes. Luego llegó el tercer gobierno de transición. Su Primer ministro, Beji Caïd Essebsi, es un veterano del régimen de Bourguiba. Lo que actualmente está en juego es la Asamblea Constituyente. El tercer gobierno de transición aceptó rápidamente la idea de una Constituyente, pero pretende nombrar a sus miembros. La comisión Ben Achour ha sido encargada de revisar la Constitución. Pero los manifestantes han exigido una Constituyente por elecciones. Beji Caïd Essebsi ha cedido. Sin embargo, organizar una elección no es simple. Las reglas de la dictadura fueron concebidas de tal manera que el RCD siempre terminaba ganando, por consiguiente, es necesario cambiarlas. El gobierno designó a una Instancia Superior para alcanzar los objetivos de la revolución*, encomendándole redactar un nuevo código electoral, pero los nombramientos para esta Instancia Superior son violentamente criticados. Ésta es la situación actual.

Logros en las libertades pero nada en lo socioeconómico

Se han obtenido logros innegables: libertad de la prensa, reapertura de Internet, autorización de los partidos políticos (el PCOT ha sido legalizado la semana pasada), el retorno de los opositores, la liberación de los presos políticos … En cambio, a la revolución le cuesta obtener cualquier cambio económico y social. No obstante, hay que dar respuesta a las primeras reivindicaciones del movimiento que eran trabajo y mejores condiciones de vida. La dictadura de Ben Ali fue ante todo una dictadura neoliberal. Fue la minuciosa puesta en práctica de las políticas de liberalismo del FMI lo que le valió la aprobación de Europa durante 23 años y que tanto empobrecieron a amplias capas de la población. No hace mucho tiempo atrás, Europa no calificaba a Túnez de «dictadura» sino de «milagro económico». Sin embargo, las regiones del Centro y del Sur, están muy lejos de un milagro cualquiera. Esa es la cuestión principal: ¿Vamos a ir más allá del tema de las libertades individuales (por importantes que sean)? ¿Vamos a llegar a plantear el problema de los derechos económicos y sociales? ¿Vamos a avanzar hasta impugnar el carácter capitalista de la economía tunecina? En todo caso, éstos son los términos en los que el PCOT quiere plantear el debate político.

La esperanza es grande

La revolución tunecina trae una esperanza inmensa para el pueblo tunecino y para todos pueblos de los países árabes. Demostró que la calle podía derribar a un dictador. A todos aquellos que dijeron que manifestar no sirve para nada, los jóvenes tunecinos les demostraron lo contrario. El pueblo tunecino hizo su revolución y ha cambiado radicalmente. Ahora sabe que tiene el poder de hacer caer un gobierno. Lo hizo tres veces. Y otros siguieron su ejemplo. El gobierno también lo sabe y avanza con grandes precauciones. Un pueblo que es consciente de que puede cambiar las cosas, las cambiará. Ésa es mi íntima convicción.

NOTA

* Instancia Superior para la Realización de los Objetivos de la Revolución, de la Reforma y de la Transición democrática. Se trata de una comisión, compuesta de 140 miembros, elegida por el gobierno y encargada de elaborar la ley electoral. Contestada inicialmente por el Consejo Nacional de Protección de la Revolución, la ampliación de su composición tras diferentes protestas no acaba de satisfacer las demandas de todos los frupos y fuerzas del país.

Fuente: http://front14janvier.net/Intervention-du-Parti-communis