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Ante el II Congreso del SAT

Hay que recuperar el proyecto de Somonte

Fuentes: Rebelión

Somonte fue ocupado por los jornaleros/as de SAT el 4 de marzo de 2012, el mismo día que la Junta de Andalucía tenía prevista su privatización completa, vendiendo la segunda parte de las tierras de la finca. Los jornaleros decidían esta vez no hacer una ocupación simbólica sino ponerse a trabajar la tierra y demostrar […]


Somonte fue ocupado por los jornaleros/as de SAT el 4 de marzo de 2012, el mismo día que la Junta de Andalucía tenía prevista su privatización completa, vendiendo la segunda parte de las tierras de la finca. Los jornaleros decidían esta vez no hacer una ocupación simbólica sino ponerse a trabajar la tierra y demostrar que la tierra en manos de los trabajadores/as es el futuro que puede permitir salir adelante a los más de 700.000 jornaleros/as desocupados que hay en Andalucía.

La decisión de este grupo de jornaleros i jornaleras, que aguantó la presión permanente de la Guardia Civil y un desalojo, nos causó profunda admiración. Allí conocimos a Lola, a Javier y tantos otros compañeros y compañeras que iban transformando la finca con tesón e ilusión. En condiciones extraordinariamente precarias la tierra se ponía en movimiento, crecían las primeras semillas, volvían los pájaros y con ellos la vida. Cientos de trabajadores/as y jóvenes iban llegando desde Andalucía, desde otros puntos del estado español o más allá de las fronteras para conocer, convivir unos días, en los «domingos verdes», para trabajar y apoyar la lucha emprendida. Desde Lucha Internacionalista hubo dos compañeros trabajando y más tarde un comité de apoyo que se desarrolló en Catalunya, con dos giras de los dirigentes de la ocupación y finalmente con una campaña unitaria y la entrega de una furgoneta que les permitiera vender lo producido.

El proyecto de Somonte era avanzar en las tierras de regadío que eran las que podían crear empleo, esto se traducía en la necesidad de ampliar la balsa, en sembrar espárragos y tantos otros proyectos. Pero, quizás porque la política era la de las ocupaciones simbólicas que daban proyección mediática, quizás por la enorme represión que sufrió el sindicato y la larga lista de multas y compañeros/as procesados, quizás porque Somonte era una piedra en el zapato en el acuerdo PSOE-IU para gobernar la Junta, el caso es que el proyecto de Somonte no estuvo entre las prioridades de la dirección del SAT (con la CUT entonces dentro de IU-CA). Lo pudimos comprobar en varias visitas a Catalunya de Cañamero que, aun coincidiendo con campañas de solidaridad con Somonte, no hacía referencia a esa lucha jornalera.

Pasaron 16 meses y cuando ya se vendía parte de la producción en cestas que se distribuían en pueblos cercanos, cuando la tierra empezaba a dar sus frutos, llegó una crisis que tendría efectos catastróficos para Somonte. Quizás entonces era cuando más se necesitaba la ayuda de la dirección del SAT para fortalecer el proyecto, con cuadrillas de jornaleros de otros lugares de Andalucía, porque ya en ese momento Somonte era un referente que había que cuidar como oro en paño. Porque era vital demostrar que la tierra rinde cuando está en manos jornaleras. Era vital para reivindicar con más fuerza y autoridad otras ocupaciones como Las Turquillas (Sevilla) que con 1.200ha es tres veces mayor, La Rueda (Jaén) y Lebrija (Sevilla).

Pero la intervención de la dirección del SAT no fue en ese sentido y llevó a que los compañeros/as que encabezaron la ocupación de la tierra finalmente abandonaran la finca. La dirección del sindicato creó una comisión gestora, repartió una parte de las tierras de secano entre cooperativas y dejó a varios compañeros a cargo de los animales y las tierras. Un mes después pudimos visitar la finca y hablar con estos compañeros. Una de las decisiones era la reducción de la tierra de regadío.

Han pasado dos años con la gestión asumida por la dirección del SAT, y el abandono total de la finca ha llegado al límite. La verdad es revolucionaria, decía Lenin, y querer ocultar los problemas se nos gira en contra. Esta situación, en manos de la Junta o de la propia burguesía terrateniente, a quien a buen seguro no le faltan informes detallados, es un descrédito absoluto para la lucha jornalera, y va más allá de un tema interno del sindicato sobre la gestión de las tierras ocupadas, porque cuestiona un pilar esencial de la lucha en Andalucía: ¿de qué reforma agraria hablamos? ¿Acabarán teniendo razón los terratenientes y la burguesía que dicen que sin ellos las tierras y las fábricas no tienen futuro?

Pero además hay un problema añadido que duele aún más. En lugar de reconocer las dificultades honestamente y ver cómo se rectifican decisiones que fueron equivocadas, resulta indignante para cualquiera que se creyera sinceramente la ocupación de Somonte, que lo primero que se haga después del abandono total de las tierras y la finca, sea repintar las fachadas para que el 20 de julio Cañamero y Teresa Rodríguez hagan una rueda de prensa de Podemos, en la que reivindicaban las ocupaciones de tierras y ponían a de Somonte de ejemplo de cómo la tierra en manos jornaleras tiene futuro.

Pocos días después, a principios de agosto estuve en la finca, con compañeros que estuvieron en la ocupación desde el inicio. Efectivamente las paredes estaban recién pintadas, pero los campos y la finca daban pena cómo habían quedado, y para completar 1.800 ovejas terminaban de deteriorar buen parte de lo que quedaba. Hablamos con los compañeros que estaban ahora a cargo y nos comentaron que había voluntad de retomar el proyecto. Ojalá sea así, pero ¿por qué se ha esperado tanto en reaccionar?

Estamos a pocos días del II Congreso del SAT. La política con las ocupaciones de tierra y con Somonte en particular parece que debería ser motivo de balance y reflexión. Esta no es cualquier discusión táctica para el campo andaluz, es una piedra angular y está en el origen de la propia constitución del SOC. Lo que significó Somonte no está olvidado y aún hay compañeros aquí en Catalunya que nos preguntan y que en su momento pusieron su grano de solidaridad.

Pero tan importante es aprender y discutir del pasado como resolver cómo recuperar la experiencia de Somonte. La que había abierto ilusiones y esperanza. En la rueda de prensa de Cañamero y Teresa Rodríguez se denunciaba que la UE había transferido a la Junta de Andalucía un mínimo de 300.000 euros por la finca que nunca llegaron a la tierra ocupada. ¿Quizás la campaña política para recuperar los 300.000 euros podría ser el inicio de un nuevo plan de producción en Somonte? Sería necesario volver a dar la palabra a los compañeros y compañeras que con tanto esfuerzo pusieron a andar aquella ocupación para dar ahora un salto cualitativo. En todo caso si se reactiva la ocupación de Somonte, desde aquí toda la predisposición para volver a establecer todos los lazos de solidaridad que en su momento se forjaron.

Josep Lluís del Alcázar. Militante de Lucha Internacionalista

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Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.