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Hillary Clinton: Ante todo, Israel

Fuentes: CounterPunch

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández

Aunque a EEUU le faltan aún diez meses para el próximo ejercicio de futilidad electoral, la mayoría de las encuestas no indican lo que más le gustaría ver a la ex Secretaria de Estado Hillary Clinton: una victoria desmesurada de su candidatura. Es una buena señal que, a pesar del hecho de que no tiene ningún oponente real que se le diferencie por el lado demócrata, la gran coronación que espera no parece que vaya a producirse.

Podría decirse que este escritor va a centrarse en la adoración que la Sra. Clinton siente por Israel y, viendo sus comentarios acerca de esa nación de apartheid, puede sacarse una visión clara de algunas perspectivas más amplias y muy preocupantes que la Sra. Clinton parece tener muy asumidas.

El 6 de enero, apareció en The Jewish Journal un artículo de opinión escrito por la Sra. Clinton. Se trata de un ensayo servil, sensiblero, típico de la narrativa de alguien que trata de ocupar el gran puesto político nacional en EEUU y que sabe que debe rendir homenaje a su amo y señor israelí. Hay varios puntos en este ensayo que dicen mucho sobre la Sra. Clinton:

«Estoy especialmente preocupada por la nueva oleada de violencia dentro del mismo Israel: apuñalamientos brutales, disparos y ataques con vehículos que tratan de sembrar el miedo entre los inocentes.»

El número de palestinos asesinados en Cisjordania sólo por los colonos y las fuerzas de la ocupación israelíes terroristas es la más alta en diez años. ¿Por qué la Sra. Clinton no está ‘especialmente preocupada’ por la continuada oleada de violencia contra los palestinos, en una zona que incluso EEUU dice que Israel ocupa de forma ilegal? ¿Acaso no buscan esos brutales ataques ‘sembrar el temor’ entre los inocentes?

«Sólo la solución de dos Estados negociada entre las partes puede proporcionar a los palestinos independencia, soberanía y dignidad, y aportar a los israelíes las fronteras seguras y reconocidas de un Estado democrático judío.»

¿Por qué, oh, por qué, la Sra. Clinton continúa haciendo esta ridícula declaración? Las fronteras del Estado judío han sido reconocidas por la mayor parte del mundo, incluidas las Naciones Unidas, que son las determinadas con anterioridad a 1967. No hay nada que negociar. ¿Desprecia acaso la Sra. Clinton el derecho internacional? Parece sentir que Israel, como EEUU en sus acuerdos internacionales, está realmente por encima de la ley.

Y este escritor debe señalar, una vez más, que las negociaciones que se han venido celebrando de forma intermitente a lo largo de veinte años, sólo pueden ser eficaces si cada parte quiere algo que la otra tiene, que sólo podrá obtener entregando algo de lo que ella tiene. Israel quiere Palestina entera, y de ella se va apoderando trozo a trozo con total impunidad. ¿Por qué debería Palestina aceptar más negociaciones inútiles?

La Sra. Clinton se refiere a las fronteras ‘seguras y reconocidas’ de un Estado judío, pero no parecer considerar en absoluto las fronteras ‘seguras y reconocidas’ de un Estado palestino.

«Tenemos que continuar luchando contra los esfuerzos globales para deslegitimar a Israel. El Movimiento a favor del Boicot, la Desinversión y las Sanciones, conocido como BDS, es el último frente de la batalla. El BDS demoniza a los intelectuales y científicos israelíes -incluso a los jóvenes estudiantes- y compara Israel con el apartheid sudafricano. Esto es un error y hay que poner fin a esta campaña.»

Los esfuerzos más significativos para deslegitimar Israel son los que hace el mismo Israel. Su sociedad racista, donde los judíos israelíes tienen más derechos que cualquier otra persona; su sistema de segregación propio de un apartheid; su total desprecio por los derechos humanos de los palestinos; las declaraciones homicidas y racistas hechas por las autoridades de su gobierno, todo ello deslegitima aún más al país, demonizándolo, y con razón. Israel es a menudo comparado con el apartheid sudafricano y la comparación es válida.

Y no es sólo en el contexto de Palestina e Israel en el que la Sra. Clinton demuestra una gran ignorancia o una gran deshonestidad. Su ensayo también contenía estas perlas de sabiduría:

«Tenemos que trabajar con nuestros amigos y socios para privar al ISIS de territorio en Oriente Medio, desmantelar la infraestructura global del terror y reforzar nuestras defensas en casa. No podemos limitarnos a contener al ISIS, tenemos que derrotarle.»

¿Es ese realmente el objetivo de EEUU? Garikai Chengu, investigador en la Universidad de Harvard, sugirió en septiembre de 2014 que el ISIS «es un producto made in USA, un instrumento de terror diseñado para dividir y conquistar el Oriente Medio rico en petróleo y contrarrestar la creciente influencia de Irán en la región».

En junio de 2015, en una columna de The Guardian, el editor asociado Seumas Milne expuso lo siguiente: «EEUU y sus aliados no sólo estaban apoyando y armando a una oposición que sabían estaba dominada por grupos sectarios extremos; estaban dispuestos a consentir la creación de algún tipo de ‘estado islámico’ -a pesar del ‘grave peligro’ que suponía para la unidad de Iraq- como amortiguador suní para debilitar a Siria.

Asimismo, la Sra. Clinton no comentó dónde o cómo el ISIS había llegado a obtener parte de su sofisticado armamento. En 2014, el Departamento de Defensa emitió un comunicado de prensa donde se hablaba de algunos avances para destruir el ISIS. El comunicado de prensa decía: «…Los tres ataques destruyeron tres vehículos armados del ISIL, una artillería antiaérea montada en un vehículo del ISIL, un puesto de control del ISIL y un emplazamiento de dispositivos explosivos improvisados (IED, por sus siglas en inglés)…».

Alex Kane, comentando esta información en Alternet, dijo lo siguiente: «Lo que el Pentágono no mencionó es que esos vehículos armados y la artillería que bombardearon había sido probablemente pagada con dólares de los impuestos estadounidenses. Las armas que el ISIS posee son otra forma sombría de contragolpe por la invasión estadounidense del país (Iraq) en 2003. Algo parecido a la intervención de EEUU en Libia, que derrocó al dictador Muamar Gadafi pero desestabilizó también el país, facilitando todo un flujo de armas a los combatientes en Mali, donde Francia y EEUU emprendieron la guerra en 2013». Por tanto, la Sra. Clinton, que no sólo está en deuda con los lobbies israelíes sino también con los denominados contratistas de la defensa en EEUU, utilizará el poderío militar estadounidense para destruir lo que tal poderío militar estadounidense ha proporcionado al ‘enemigo’.

«Tenemos que enviar un mensaje inequívoco a Irán. No pueden tener dudas en Teherán de que sus dirigentes violan sus compromisos buscando, desarrollando o adquiriendo cualquier arma nuclear, ni de que EEUU les parará. Pondrán a prueba nuestra resolución con acciones como sus provocativos test con misiles balísticos, por los cuales deberíamos imponer nuevas sanciones. Tienen que comprender que EEUU actuará con decisión si Irán viola el acuerdo nuclear, incluyendo la acción militar si fuera necesaria.»

Uno tiene que preguntar, una vez más, por qué Israel puede tener armas nucleares pero Irán no. Parece que, en el retorcido punto de vista sobre el mundo de la Sra. Clinton, algunos países pueden tener capacidades para defender a sus ciudadanos de fuerzas exteriores y otros no. Y parece que los que pueden, son precisamente quienes no respetan el derecho internacional.

«Necesitamos asegurar que Israel continúe manteniendo su ventaja militar cualitativa.»

EEUU envió a Israel casi 4.000 millones de dólares en ayuda en 2015, gran parte de la misma de índole militar, que utilizó para matar a más de 2.000 palestinos, incluyendo más de 500 niños. Israel bombardeó hospitales, centros de refugio de las Naciones Unidas, escuelas, mezquitas y edificios residenciales, todo ello violando el derecho internacional. Eso es lo que consigue que se mantenga la ‘ventaja militar cualitativa de Israel’.

Continuar con el artículo es una tarea sólo para estómagos fuertes; como ha hecho anteriormente en muchas ocasiones, la Sra. Clinton se crece casi románticamente cuando habla de Israel.

«Para mí, esto es algo más que política, es algo personal. Nací pocos meses antes de que Israel declarara la independencia. Mi generación alcanzó la mayoría de edad admirando el talento y tenacidad del pueblo israelí, que convirtió un sueño en realidad en el duro suelo desértico. Observamos a una pequeña nación luchar sin miedo por su derecho a existir y construir una floreciente y enérgica democracia. Y, a través de todo ello, la búsqueda de la paz de Israel fue tan inspiradora como su habilidad para la guerra. Es por eso que, como muchos estadounidenses, siento una profunda conexión espiritual con Israel. Somos dos naciones entrelazadas, dos territorios levantados por emigrantes y exiliados que buscaban vivir y rezar en libertad, animados por principios democráticos y sostenidos por la labor y sacrificio de generaciones de patriotas.»

El pueblo israelí ‘convirtió un sueño en realidad’ sobre la expulsión forzosa de más de 700.000 palestinos desplazados y las tumbas de al menos 10.000 asesinados para hacer espacio y que ese ‘sueño’ se convirtiera en realidad.

Israel es sólo una democracia en la visión de la Sra. Clinton y otros políticos que dependen de las muy generosas donaciones de los lobbies israelíes para comprar sus puestos poderosos. Con sólo votaciones periódicas un país no se convierte en una democracia.

La Sra. Clinton alaba la búsqueda de la paz de Israel, ignorando la continua construcción de asentamientos condenada por todo el mundo. ¿Acaso no sabe la Sra. Clinton que es una violación del derecho internacional que una potencia ocupante traslade permanentemente a sus ciudadanos a las tierras ocupadas? ¿No ha escuchado al Primer Asesino israelí Benjamin Netanyahu afirmar categóricamente que no va a sacar a ningún colono de los ilegales asentamientos en Cisjordania? Esta es sencillamente una prueba más de que el derecho internacional no tiene significado alguno para la Sra. Clinton.

Y ahí tenemos a la mujer que va a ser, que muy bien podría ser, presidenta. ¿Qué significará todo ello? Más opresión para los palestinos; más guerra; más desestabilización en Oriente Medio; más invasiones estadounidenses allá donde EEUU decida que sus intereses, o los de su amado Israel, están amenazados, condenando el derecho internacional y la diplomacia. Más de aquello de ‘no hay razón como la del bastón’; menos atención a los derechos humanos por todas partes y más ayuda para que los ricos se hagan más ricos.

Uno busca en vano un demócrata o un republicano que se diferencia de la Sra. Clinton. Pero no hay un ‘mal menor’ a quien votar; el mal es universal en los dos principales partidos políticos estadounidenses, que parecen clones el uno del otro. Ya es hora de que aparezca un tercer partido viable en lo que pasa por ser una democracia en EEUU. Hasta que eso ocurra, el negocio será tan sangriento como de costumbre.

Robert Fantina es un activista y periodista que trabaja por la paz y la justi cia social. Su libro más reciente es Empire, Racism and Genocide: a History of US Foreign Policy (Red Pill Press).

Fuente:

http://www.counterpunch.org/2016/01/15/hillary-clinton-israel-first/

Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, la traductora y a Rebelión como fuente de la traducción