Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández
Hace tiempo que escuché a Hillary Clinton dar en una universidad el mismo discurso que pronunció ante el Comité de Asuntos Públicos Estadounidense-Israelí (AIPAC, por sus siglas en inglés). No cambió muchas cosas, al igual que la política estadounidense hacia Oriente Medio no ha cambiado prácticamente. Entonces era todavía senadora. Gran parte de la audiencia estaba compuesta por expertos en Oriente Medio, que apenas podían contener los chascarrillos.
Clinton utilizó su discurso en la reunión del AIPAC , la concurrencia de algunos de los más poderosos lobistas en Washington, para arremeter contra Donald Trump por decir que iba a tratar de ser neutral al liderar las negociaciones entre Israel y Palestina. Hay que fustigar a Donald Trump. Se equivoca en todo la mayor parte de los días. Pero, como un reloj, tiene razón en algún momento del día y ese es un punto en el que acierta. EEUU no puede ser un intermediario honesto en el conflicto de Oriente Medio si es más israelí que los israelíes, como en efecto sucede. A lo largo de los años, los negociadores palestinos se han venido quejando de que cuando conseguían alguna propuesta israelí, iban después a EEUU para modificarla y se encontraban con que Dennis Ross, o algún otro partidario estadounidense de Israel colocado ahí para influir en las negociaciones, les presentaba esa misma propuesta por parte estadounidense.
Para Clinton, que Trump dijera que quería ser neutral en las negociaciones indicaba que si se comprometía con la historia de la seguridad israelí no iba a ser honesto. No estoy seguro de cuáles son las amenazas convencionales de seguridad que tiene Israel. Líbano es débil y un caos. Siria es un desastre total. Jordania y Egipto tienen tratados de paz con Israel. Esos son los vecinos inmediatos. Libia está desbaratada. Túnez le trae sin cuidado y en cualquier caso es también pequeña y débil. Turquía e Israel tienen tensiones, pero hacen gran cantidad de negocios entre ellos, incluidos los de orden militar. Iraq vive una debacle. Irán está tan distante que no supone una amenaza convencional y no tiene armas nucleares, que sí tiene Israel. Así pues, ¿cuál es la amenaza a la seguridad de Israel de la que habla Clinton? ¿Que los niños palestinos puedan no tener que vivir bajo la Ocupación?
Clinton perpetúa los puntos centrales de la propaganda israelí de que son ellos los oprimidos y que las medidas imparciales por la paz amenazan su seguridad, que pretenden es precaria.
Esta propaganda tiene tanto éxito que es muy probable que la mayoría de los estadounidenses no sepan que Israel, un país de ocho millones de habitantes, está ocupando a cuatro millones y medio de palestinos que carecen de Estado.
Pérdida de territorio de Palestina desde 1946 al 2000
El fracaso del proceso de paz y el apartheid actual en una Palestina totalmente ocupada por el ejército extranjero israelí no es culpa de los palestinos, que están indefensos y no tienen Estado. Desde Oslo no se les ha ofrecido acuerdo escrito alguno y el actual primer ministro Netanyahu ha prometido pública y abiertamente destruir Oslo; así lo ha hecho. Por ahora no ha cumplido ninguno de los compromisos que Israel aceptó en la década de 1990. EEUU ha posibilitado activamente el continuado encarcelamiento del pueblo palestino en la jaula de hierro de la ausencia de estatalidad. Como Warren Burger observó, la ciudadanía es el derecho a tener derechos. El poderoso Estado nuclear israelí puede romper a voluntad cualquier acuerdo alcanzado, algo que no se ha privado de hacer. El único freno en la opresión de todo un pueblo sería el Consejo de Seguridad de la ONU, que es muy consciente de esta serie histórica e interminable de errores. Pero EEUU vetó todas las Resoluciones aprobadas por el CSNNUU (incluidas las defendidas por nuestros aliados, el Reino Unido y Francia).
Ahora que Hillary Clinton ha rechazado contundentemente la idea de que EEUU nunca podría ser imparcial con los palestinos, ¿no debería al menos recusarse a sí misma en esta cuestión ante el Consejo de Seguridad de la ONU?
Otra de las propuestas de su plataforma política fue la de combatir el derecho de la gente a negarse a comprar productos hechos en Israel, de negarse a tener acciones de las compañías que posibilitan la Ocupación y buscar sanciones contra Israel por incumplir los Convenios de Ginebra inundando ilegalmente las tierras palestinas con sus propios ciudadanos. Es extremadamente inquietante tener a alguien que probablemente sea la próxima presidenta de EEUU declarando en contra de los derechos de los estadounidenses enumerados en la Carta de Derechos. Yo mismo no estoy de acuerdo con el boicot a Israel propiamente dicho, pero me gustaría tener la conciencia tranquilar para boicotear a las instituciones ocupantes ilegales existentes en Cisjordania. Pero es absurdo interferir en las decisiones de otras personas acerca de si comprar, por ejemplo, vino hecho por los ilegales ocupantes israelíes del Golán sirio.
Hillary siguió diciendo:
«Mientras nos reunimos aquí, hay tres amenazas desarrollándose -la continuada agresión de Irán, una corriente en alza de extremismo a través de un arco amplio de inestabilidad y el creciente esfuerzo para deslegitimar a Israel en el escenario mundial- que están convergiendo para hacer que la alianza entre EEUU e Israel sea más indispensable que nunca.»
Bien, Irán es más fuerte en la región porque cogió a Iraq como aliado después de que Clinton votara para derrocar allí al gobierno sunní. Para ella resulta enriquecedor ir por el mundo invadiendo países ilegalmente y después acusar a Irán de la agresión. (Los 2.500 efectivos de operaciones especiales de Irán en Siria estaban allí a instancias de un gobierno que controla el 75% del país y no pueden equipararse al envío de 120.000 soldados para derrocar un gobierno extranjero. No me gusta ninguno de esos regímenes, pero rechazo tener que volver a sumar inevitablemente peras con manzanas).
Clinton acaba de incorporarse al campo republicano prometiendo echar a perder y deshacerse de la apertura del presidente Obama hacia Teherán (niega, de hecho, que haya incluso una apertura diplomática). Apoya el acuerdo nuclear del CSNNUU pero dice que las relaciones con Irán no van más allá de eso. Teniendo en cuenta que Trump dice que sólo quiere modificar ese acuerdo, la posición de Clinton sobre Irán es seguramente más dura que la suya.
Del mismo modo, gran parte de la creciente ola de extremismo proviene de la destrucción del Estado iraquí y la disolución de su ejército. En cuanto a Siria, se había visto parcialmente afectada por el boicot económico estadounidense contra ese país a través del Acta de Responsabilidad Siria de 2003. Esta ley fue copatrocinada por… Hillary Clinton. Y, respecto a las gentes de dentro del anillo periférico, nunca se sabe bien quiénes son los extremistas. No está aún muy claro que ella repudie a los grupos yihadistas salafíes de línea dura en Siria aliados de facto con al-Qaida. No puedes conseguir estabilidad derrocando y presionando gobiernos o apoyando a grupos extremistas.
Es decir, que muchas de las cosas de las que Clinton se queja de Oriente Medio son la consecuencia de sus políticas (en su mayoría idénticas a las políticas del AIPAC). Y cuando Cisjordania estalle en una violenta guerra civil, será también el resultado de sus políticas.
Y desde luego, entre los más letales extremistas destacan los ilegales ocupantes israelíes presentes en la tierra palestina, en Cisjordania. Están armados y son peligrosos, disparan por rutina contra inocentes palestinos en una guerra civil de baja intensidad e invaden y usurpan continuamente las propiedades palestinas. Están construyendo inmensas colonias de las que excluyen a los habitantes palestinos, en una réplica sin sentido de las políticas de la Sudáfrica blanca de la década de 1980. Y cada vez que disparan a un palestino o arrasan su hogar, aparece en portada en las noticias del mundo musulmán, haciéndoles recordar los sentimientos de Clinton y avivando el odio contra EEUU. Si los ilegales ocupantes israelíes fueran gente admirable haciendo algo admirable, entonces valdría la pena alzarse en su defensa aunque eso aumentara el terrorismo antiestadounidense. Pero no son más que unos criminales que violan abiertamente todos los principios del derecho internacional. Por eso, defenderles es algo moralmente equivocado y, en relación a la política, completamente desacertada. En EEUU, los lobbys israelíes hacen cuanto pueden para que cualquier persona crítica con los ilegales ocupantes sea excluido, calumniado y marginado, utilizando técnicas que recuerdan a las de los cultos.
Clinton acaba de anunciar una dicción y una serie de políticas hacia Oriente Medio que no difieren en forma alguna de las del primer ministro israelí de extrema derecha Binyamin Netanyahu.
Juan Cole enseña Historia de Oriente Medio y el Sur de Asia en la Universidad de Michigan. Su nuevo libro: The New Arabs: How the Millennial Generation Is Changing the Middle East (Simon and Schuster), se publicará el 1 de julio. Es también autor de: Engaging the Muslim World y Napoleon’s Egypt: Invading the Middle East (ambos en Palgrave Macmillan). La página web en la que aborda las cuestiones relativas a la situación de Oriente Medio es Informed Comment .
Fuente:
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