Generalmente es un buen impulso de clase solidarizarse con los trabajadores en huelga. Con el capital de un lado y el trabajo del otro, los trabajadores suelen hacer huelga para conseguir una porción mayor de la riqueza que ellos solos han creado. ¿De qué lado está usted? Estamos del lado de los trabajadores.
Pero ésa no es, ni debería ser, una respuesta automática en todas y cada una de las huelgas. Por ejemplo, hubo «huelgas de odio» racistas en las fábricas de automóviles en la década de 1940 contra los trabajadores negros que eran ascendidos a puestos en la cadena de montaje. El sindicato United Auto Workers se negó a defender a esos trabajadores cuando fueron despedidos.
En 1968, la Federación Unida de Profesores llevó a cabo una huelga en toda la ciudad de Nueva York que se oponía al control de las escuelas públicas por parte de la comunidad negra en el barrio de Brownsville, en Brooklyn. El Workers World Party y su organización juvenil de entonces, Juventud contra la Guerra y el Fascismo, denunciaron la huelga por racista.
Workers World nunca ha apoyado las huelgas de la policía, los guardias de prisiones o los guardias fronterizos, porque no forman parte de la clase obrera, sino que son un componente esencial del aparato represivo del Estado capitalista. Su «trabajo» consiste en proteger la propiedad y hacer cumplir el statu quo supremacista blanco, xenófobo, misógino, transfóbico, anti-LGBTQIA2S+ y capacitista. Las comunidades oprimidas consideran que la policía oficial es una fuerza armada que ocupa sus barrios.
¿De qué lado estamos? Estamos del lado de George Floyd, Breonna Taylor, Tamir Rice, Donald Brooks y de innumerables víctimas conocidas y desconocidas -en su inmensa mayoría pobres, de clase trabajadora y de color- de la brutalidad policial y de los guardias de prisiones.
Las organizaciones de policías y guardias -mal llamadas «sindicatos»- están en el otro bando. Estas organizaciones representan a los asesinos racistas en las audiencias por agravios y les ayudan a eludir la más mínima acción disciplinaria.
Grupos como la Orden Fraternal de la Policía y la Asociación Benévola de la Policía no deberían estar afiliados a la AFL-CIO. Sindicatos como la Federación Americana de Empleados Gubernamentales y la Federación Americana de Empleados Estatales, de Condados y Municipales deben desafiliar a sus unidades que representan a policías y guardias.
Ningún apoyo a la huelga de guardias de prisiones de Nueva York
No ofrecemos ningún tipo de solidaridad con la huelga de guardias de prisiones que comenzó el 12 de febrero en el estado de Nueva York. Los guardias no sólo exigen más personal, aumentos salariales y una mayor remuneración de las horas extraordinarias, sino que exigen la derogación de la Ley estatal de 2021 de Alternativas Humanas al Aislamiento de Larga Duración. HALT limita el uso arbitrario y represivo del aislamiento solitario contra los presos.
Nikko Colon, encarcelado en el Correccional de Wyoming, preguntó: “¿Piden derogar todo el proyecto de ley? ¿Quieren derogar las pruebas científicas [de que es] una tortura?”. (The Marshall Project, 22 de febrero)
A diferencia de los guardias, los trabajadores encarcelados forman parte de la clase trabajadora, y a menudo trabajan por una pequeña fracción del salario mínimo, que ya es demasiado bajo. Cuando los trabajadores encarcelados se rebelan y toman toda o parte de una prisión, como hicieron en el Correccional Collins de Nueva York justo antes de la huelga de los guardias y más recientemente en el Correccional Riverview, les apoyamos tanto como a cualquier otra lucha laboral legítima.
Cuando comenzó la rebelión de la prisión de Attica, Nueva York, en 1971, Workers World apoyó incondicionalmente a los presos, cuyas reivindicaciones incluían el reconocimiento como trabajadores y el derecho a formar un sindicato.
¡De ese lado estamos nosotros!