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A propósito de unas declaraciones del portavoz de Exteriores del PP en el Congreso sobre el Sáhara

Incansable Arístegui

Fuentes: Rebelión

No es la primera vez que el señor Arístegui denuncia el maximalismo de las dos partes refiriéndose a la cuestión del Sáhara; le gusta la frase. Las dos partes, dice, poniendo una vez mas, como tantos otros, en un plano de igualdad al agresor y a la víctima; como si en nuestro país pusieran a […]

No es la primera vez que el señor Arístegui denuncia el maximalismo de las dos partes refiriéndose a la cuestión del Sáhara; le gusta la frase.

Las dos partes, dice, poniendo una vez mas, como tantos otros, en un plano de igualdad al agresor y a la víctima; como si en nuestro país pusieran a las víctimas del terrorismo en el mismo plano de los ejecutores.

Ha sido un logro de los políticos, Moratinos, usted y otros, conseguir que se hable del Sáhara y Marruecos como «las partes» haciendo abstracción de la situación de cada una de ellos. Por un lado Marruecos ocupando el territorio del Sáhara con un poderosísimo ejército, sin que ningún país haya reconocido la legalidad de esa ocupación y resistiéndose con toda clase subterfugios a celebrar el referendo de autodeterminación. Y por otro lado el pueblo saharaui que pide el referendo con arreglo a la legalidad internacional.

La ONU ha condenado a Marruecos por esa ocupación, pero nunca ha condenado al pueblo saharaui o al Frente Polisario, su representante, por reclamar su derecho a la independencia.

También a veces se oye a alguno de estos políticos que aparentando una postura neutral pide una solución que contemple los derechos de ambas partes, como si en este asunto Marruecos tuviera algún derecho. O pedir una solución que sea aceptada por ambas partes; no se ha conseguido en 20 años. O como si el mero hecho de ser aceptada por ambas partes significa que la solución sea justa.

Siempre aparece la misma coletilla en todas las resoluciones del Consejo de Seguridad: una solución duradera, justa y que sea aceptada (a veces aceptable) por ambas partes. Pero nunca ha habido un político que se moje poniendo un ejemplo de lo que sería a su juicio una solución justa. Todos se columpian en ese devaneo de palabras ambiguas, aparentemente bien intencionadas, que no sirven mas que para salir del paso. Dígalo usted señor Arístegui , ponga un ejemplo de lo que sería una solución justa.

Hace unos días en el Escorial usted dijo que la solución pasaba por la celebración de un referendo de autodeterminación que permitiera al pueblo saharaui decidir su futuro.¡Caramba! me dije, es la primera vez, que yo sepa, que se ha aventurado a decir tanto. Pero a continuación, como temeroso de la audacia de haber ido tan lejos, recoge velas y leo que ha matizado en el sentido de que la solución al contencioso debe ser viable, creíble y alejada del maximalismo de las dos partes. Pues le vuelvo a hacer la pregunta: ¿cuál sería una solución viable y creíble? Conteste, por favor.

Es injusto poner en plano de igualdad al agresor y al agredido, pero no lo es menos el equiparar posturas maximalistas. De esos dos maximalismos uno lo defiende con las armas, el otro apelando al derecho. Pero sus palabras parece como que pusieran en un mismo el plano de igualdad las posturas maximalistas de uno y otro. Lo que usted hace no es justo.
El Frente Polisario ha llegado incluso a aceptar vivir cinco años como una autonomía bajo soberanía marroquí y aceptar un referendo en el que participaría una abrumadora mayoría de emigrantes marroquíes; solo pide que en el referendo figure la opción de la independencia, ese es su maximalismo.

¿Son dos posturas maximalistas equiparables? Los saharauis ya renunciaron a cualquier otra solución; como asociarse con otro estado o integrarse en el pero sin que necesariamente fuera Marruecos. ¿a qué mas, piensa usted, que debería renunciar el pueblo saharaui para que Marruecos aceptara celebrar el referendo?

Que el problema es complejo, como usted dice, ya lo saben los españoles. Es complejo porque desde el principio, no ya desde 1975, incluso desde años antes, hubo interés en que este asunto no tuviera la misma solución natural que tuvieron otros países para llegar a la independencia.

Por eso es complejo, porque en esos años se le han ido añadiendo un montón de factores que cada vez ha hecho más difícil la solución. La ocupación militar y administrativa del territorio, los miles de emigrantes marroquíes que se han instalado en el, las multinacionales que hacen sus negocios, los grandes recursos naturales como la pesca, los fosfatos o el subsuelo con la perspectiva del petróleo que son apetecidos por los poderosos de siempre, y el chantaje a que poco a poco ha ido cediendo España por la debilidad y la corrupción de sus políticos, que todo se sabe, es lo que ha desnaturalizado la solución del problema de la descolonización del Sáhara.

Y como usted mismo lo ha dicho, es complejo también, porque hay saharauis que son promarroquíes y otros que no. Pero cómo saberlo y cuántos a favor y cuántos en contra. Para saberlo solo hay un medio; un referendo. Un referendo en el que los saharauis puedan libremente decir quienes están a favor de integrarse en Marruecos y quienes quieren ser independientes. Hubiera sido interesante saber también cuantos eran promarroquíes y cuantos no, pero antes de la invasión o en plena guerra de liberación o antes de estar sometida la población a todas las presiones de estos años, precisamente para doblegar su espíritu de resistencia.

Es posible, señor Arístegui, que los españoles respalden al pueblo saharaui por quijotismo, pero no porque sea el débil, sino porque su causa es justa. Quizás la verdadera clave de su razonamiento aparte de su confuso discurso esté en sus palabras finales: España no puede hacer eso porque lo perdemos todo. ¿Qué es lo que no puede hacer España, y qué es lo que perdería si tal cosa hiciera?

Señor Arístegui: en definitiva, sus palabras parecen querer decir que, para usted y para el PP, del cual es usted Portavoz en la Comisión de Exteriores del Congreso, todo esto no es mas que una cuestión de intereses y que los derechos no cuentan para nada. ¿Debemos esperar que si el PP gana las próximas elecciones la política que realice va a estar tan vacía de valores éticos como la del PSOE? Conviene que la gente se vaya enterando.

Aún recuerdo cuando se lamentaba usted de que nunca se mencionaba la deuda que España tenía contraída con Marruecos. No sé a que deuda se refería, y sigo sin saberlo, pero recuerdo que entonces le dije que teniendo en cuenta la actitud complaciente de España en los tratados de 1904 y1912, (y la actitud claudicante de 1958) por la que se cedió a Marruecos la provincia de Tarfaya (que nunca había sido suya), y considerando también que en 1975 se apodera del Sáhara en las condiciones de todos conocidas y que desde esas fechas hasta hoy se ha convertido en el máximo receptor de toda clase de ayudas por parte de España, incluido el mayor cupo de emigrantes; pienso que es Marruecos quien está en deuda con nosotros. A cambio nos paga con pateras, provoca el grave incidente de la isla Perejil y no deja de dar la lata con Ceuta y Melilla. ¿No será usted el que esta en deuda con Marruecos?

http://poemariosaharalibre.blogspot.com/2011/07/incansable-aristegui-javier-perote.html