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La verdad como centro de la acción

Iniciativas de justicia y diálogo para África Central

Fuentes: Revista Pueblos

No es posible aquí hacer un análisis ni siquiera somero del conflicto que ha afectado a Ruanda y la República Democrática del Congo en las últimas dos décadas. Tampoco de los varios procesos de paz alcanzados y/o frustrados en ambos países; ni de las diversas intervenciones desde la Justicia Internacional (Tribunal Penal Internacional para Ruanda), […]

No es posible aquí hacer un análisis ni siquiera somero del conflicto que ha afectado a Ruanda y la República Democrática del Congo en las últimas dos décadas. Tampoco de los varios procesos de paz alcanzados y/o frustrados en ambos países; ni de las diversas intervenciones desde la Justicia Internacional (Tribunal Penal Internacional para Ruanda), o nacional, en relación a los incontables crímenes internacionales cometidos en África Central, con casi 8 millones de víctimas ruandesas, congolesas, burundesas, españolas, canadienses, belgas, británicas, etc., lo que lo convierte en el conflicto con más víctimas civiles desde la Segunda Guerra Mundial. Sólo se hace aquí referencia a un humilde pero vigoroso ejemplo de iniciativa concertada de la sociedad civil y de víctimas de este conflicto, para hacer una aproximación combinada entre las vías de la justicia y de la construcción de la paz, con el fin de intentar transformar de forma no violenta dicho conflicto, en beneficio de las generaciones presentes y futuras de África Central.

Dicho proyecto bípedo coloca como columna vertebral a la verdad, el trabajo por desvelar las verdades ocultadas y el coraje de hablarse la verdad entre visiones aparentemente incompatibles. Como se describirá a continuación, se trata de unas iniciativas que no pretenden convertirse en modelo universalmente aplicable pero que constituyen un ejemplo de cómo la vía de la justicia y del diálogo pueden nutrirse y reforzarse mutuamente para la reconstrucción del tejido social, político y económico de una sociedad devastada por conflictos bélicos.

La vía de la justicia y la lucha contra la impunidad

Desde finales de los años noventa un número de personalidades, víctimas y familiares de víctimas españolas, ruandesas y congolesas, Organizaciones No Gubernamentales nacionales e internacionales y algunas instituciones públicas (englobadas en la organización Forum Internacional por la Verdad y la Justicia en el África de los Grandes Lagos) concertaron recursos, energías y voluntades para iniciar un proceso internacional de investigación de destacados crímenes internacionales producidos en Ruanda y la República Democrática del Congo entre octubre de 1990 y julio de 2002 [2] por crímenes internacionales de genocidio, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra (entre otros), presuntamente cometidos en el período antes señalado en los territorios de Ruanda y la República Democrática del Congo [3]

Gracias a dicha investigación se ha podido conocer la estricta y piramidal cadena de mando de la APR/FPR (con el presidente Paul Kagame a la cabeza) como responsable de tres grandes bloques de crímenes, fuertemente vinculados entre sí: los sufridos por 9 víctimas españolas, 9 misioneros y cooperantes (que asistían prioritariamente a la población local y fueron en todos los casos testigos incómodos de las matanzas producidas contra la población hutu en ambos países); los cometidos contra ruandeses y congoleses (ya sean crímenes selectivos contra diversos líderes o los masivos y sistemáticos contra centenares de miles de civiles); y los crímenes de pillaje de guerra de recursos naturales (a gran escala y de forma sistemática), en especial, de minerales valiosos y estratégicos. La investigación ha puesto de manifiesto que en África Central se han cometido crímenes a gran escala antes, durante y después de las matanzas masivas contra población tutsi de los meses de abril a julio de 1994, reconocidas como genocidio por la Resolución ad hoc del Consejo de Seguridad de la ONU, siendo estas últimas las únicas tenidas en cuenta por la versión oficial que ha logrado imponerse internacionalmente.

La decisión judicial saca a la luz varios hechos:

· Que ya el 1 de octubre de 1990 seis batallones y 2.400 militares de la APR/FPR (apoyados militar, logística y políticamente por Uganda) invadieron el norte de Ruanda causando innumerables víctimas entre la población civil hutu.

· Que entre los años 1991 y 1993 la APR/FPR llevó a cabo numerosas operaciones abiertas y selectivas contra población civil, a través de sus dos brazos ejecutores (el ejército regular de la APR y los servicios secretos de la Directorate Military Intelligence- DMI), creando asimismo escuadrones de la muerte específicos como el «Network Commando».

· Que en el año 1994 la APR enterró secretamente numeroso armamento en Uganda para preparar el asalto final al poder (transportado a escondidas posteriormente a Ruanda) antes de cometer el atentado contra el entonces presidente de Ruanda J. Habyarimana, hecho que fue el detonante del caos; y cómo ese mismo año, además de lo señalado, y también en 1995, la APR y la DMI ejecutaron numerosos crímenes masivos y selectivos contra población civil, mayoritariamente hutu, habiendo ordenado explícitamente Paul Kagame proceder a la eliminación sin distinción (utilizando el término screening), y los enterramientos colectivos en fosas comunes e incineración masiva de cuerpos en el Parque de l’Akagera o en Nyungwe.

· Que en los años 1996 y 1997 la APR/FPR procedió al ataque sistemático a los campos de refugiados hutus del este del entonces Zaire, donde eliminó a cientos de miles de ruandeses y congoleses; y organizó el pillaje de recursos minerales como diamantes, coltán y oro, creando una compleja madeja dirigida por el «Congo Desk», la DMI y empresas ruandesas (como Tristar Investment), apoyada por multinacionales y poderes occidentales, y prosiguiendo dichas actividades en una segunda invasión militar a partir de 1998. Matanzas y pillaje que prosiguen en la actualidad en el este de la República Democrática del Congo.

La vía del diálogo en la sociedad randesa

Conscientes de que la vía de la justicia constituía a la vez un paso importante pero insuficiente para la transformación del conflicto ruandés, la prevención de nuevos episodios violentos y la superación de la tragedia vivida en las dos últimas décadas, destacados miembros de la sociedad civil ruandesa junto con víctimas ruandesas se propusieron iniciar un diálogo desde el exilio. Iniciaron el mismo dos personas: un presidente de una asociación de víctimas, perteneciente a la etnia hutu y residente en Bruselas, y un ex embajador plenipotenciario del actual Gobierno de Ruanda ante la Organización de las Naciones Unidas, perteneciente a la etnia tutsi y residente en Nueva York.

En el año 2004, gracias a la facilitación internacional, tuvieron un primer encuentro presencial en Mallorca 10 hombres y mujeres ruandeses de la diáspora, pertenecientes a las etnias tutsi y hutu, en el que constataron las diferencias de comprensión sobre la historia de Ruanda y el pasado en función de sus experiencias personales, familiares y comunitarias, y las coincidencias sobre propuestas constructivas de futuro. Después de dos años de preparación, en el año 2006 se realizó en Barcelona una segunda edición del que denominaron ya Diálogo Intra-ruandés (que constituiría la Red Internacional por la Verdad y la Reconciliación en África Central), con la asistencia de 20 ruandeses procedentes de la diáspora y del interior de Ruanda, tanto hutus como tutsis, y celebrado bajo los auspicios del candidato a premio Nobel de la Paz Juan Carrero, con el apoyo presencial del Nobel Adolfo Pérez Esquivel y el apoyo no presencial del presidente de la República de Senegal Abdoulaye Wade.

El documento de conclusiones de la edición de 2006 (en el que se solicitaba ya la celebración del denominado Diálogo Inter-ruandés altamente inclusivo) sirvió de base de diálogo para cinco ediciones posteriores llamadas Plataformas de Diálogo, celebradas en los años 2007 y 2008 [4]: en Washington DC (USA), para 20 participantes procedentes de EE UU y Canadá; en Amsterdam para 20 participantes procedentes de Holanda, Bélgica y Alemania; en Orléans para 20 participantes procedentes de Francia e Italia; la Plataforma de mujeres ruandesas en Barcelona; así como una edición especial ad hoc de participantes congoleses procedentes del este del país lindante con Ruanda, edición realizada en Kinshasa (RD Congo).

En el año 2007, dicha iniciativa recibió el apoyo del Parlamento español, que aprobó una Resolución unánime de todos los grupos políticos mediante la que se ofrece apoyo técnico, jurídico, diplomático y político y se insta a ampliarlo a nivel internacional [5] Recientemente, en el año 2009, se celebró la octava edición en Mallorca con la asistencia de 30 hombres y mujeres ruandeses procedentes de África, Europa y Estados Unidos, pertenecientes a todos los grupos étnicos de Ruanda (hutus, tutsis y twa), así como dos congoleses. Todos ellos, culminando cinco años de proceso, acordaron instar formalmente a un gobierno de África Central a la celebración del Diálogo Inter-ruandés Altamente Inclusivo, solicitando el apoyo institucional y financiero de la comunidad internacional [6]. En estos cinco años de proceso han participado casi 150 líderes ruandeses, entre ellos dos ex primeros ministros, varios ex ministros, ex embajadores, ex militares, líderes políticos, representantes de la sociedad civil, de organizaciones de víctimas, de Derechos Humanos e investigación por la paz y del mundo económico, que se proyectan con potencia en el futuro para la celebración de este diálogo Inter-ruandés, que consideran base legitimadora sobre la que debe construirse una nueva Ruanda ampliamente aceptada por todos los grupos políticos, étnicos, sociales y económicos ruandeses y por la comunidad internacional.

Palabras finales

Muchos ruandeses y congoleses (y también muchos de nosotros) anhelan una paz estable para su país y para su región (tan destrozada por el delirio criminal y los intereses de las transnacionales y países «democráticos»), anhelan volver a su tierra superando otras «reconciliaciones manipuladas o cerradas en falso» … Cuando, casi al límite del diálogo, una de las personas participantes de la etnia hutu llega a expresar sin miedo que no puede soportar no poder hacer memoria públicamente por sus vecinos tutsis masacrados, «porque la celebración por la memoria oficial de las víctimas aparece como exclusiva de los tutsis» …. y una persona de la etnia tutsi llega a decir que siente como propios los crímenes sufridos por las personas inocentes de la etnia hutu… Y, sobre todo, cuando con lágrimas en los ojos, expresan que «ahora sí, ahora sí que tenemos fuerza para ir al encuentro de las personas de la otra etnia, ya no como personas de la otra etnia, sino como personas» … puede que vayan más allá de sus personas y representen un anhelo personal y colectivo honesto y sincero que debería de servir de catalizador para una verdadera transformación.

Notas

[1] Ver para más información: [http://www.veritasrwandaforum.org/querella.htm->http://www.veritasrwandaforum.org/querella.htm

[2] De entre estos, al menos 9 se encontraban fuera de Ruanda ocupando cargos relevantes, incluso en la ONU: cuatro de ellos en la fuerza híbrida de mantenimiento de paz en Sudán (UNAMID), incluido un general ruandés que es segundo comandante de dicha fuerza armada; un quinto está en el servicio de desmovilización del Programa de Desarrollo de Naciones Unidas en Nepal (UNDP). Diversas instituciones públicas han pedido formalmente a la ONU su destitución y entrega a la justicia (ver en: http://www.veritasrwandaforum.org/dosier/re sol_Ban_Ki_Moon_es.pdf).,

[3] Ver resolución judicial: http://www.veritasrwandaforum.org/dosier/resol_auto_esp_06022008.pdf; ver Síntesis acción de justicia y Auto procesamiento: http://www.veritasrwandaforum.org/material/co municado_prensa_080208_esp.pdf. Ver resistencias de Ruanda y la Unión Africana frente a iniciativas de justicia universal e internacional en Martín Vidal, 2008, Recelos africanos ante la «Justicia del Norte», Fundación para las relaciones internacionales y el Diálogo Exterior, FRIDE, diciembre de 2008.

[4] Con el apoyo, entre otros, del Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, del ex secretario general de la Unesco (1987-1999), presidente de «Cultura de Paz» y copresidente del grupo de alto nivel de las Naciones Unida sobre la Alizanza de Civilizaciones, Federico Mayor-Zaragoza

[5] Ver original de la Proposición no de Ley de apoyo al Diálogo IntraEwandés de fecha 25 de abril de 2007: http://www.veritasrwandaforum.org/resoluciones. htm (acceso el 4 de junio de 2009).

[6] Se pueden consultar todos los documentos de Resoluciones y Recomendaciones de las ocho ediciones del Diálogo Inrtra-ruandés (2004-2009), disponibles en varias lenguas, en: http://www.veritasrwandaforum. org/dialogo.htm (acceso el 4 de junio de 2009)

Jordi Palou-Loverdos es mediador y consultor nacional e internacional en conflictos; master en Mediación y Resolución de Conflictos (URL); codirector de aequitas – Centro de Mediación; cofacilitador responsable del proceso de Diálogo Intra-ruandés; abogado habilitado para actuar ante la Corte Penal Internacional (La Haya); master en Derecho Penal y Ciencias Penales (UB) y miembro del International Criminal Bar y del Human Rights Institute de la International Bar Association.

Este artículo ha sido publicado en el nº 40 de la Revista Pueblos, diciembre de 2009.

Fuente: http://www.revistapueblos.org/spip.php?article1803