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Entrevista a Xosé Luís Santos, padre de uno de los independistas gallegos condenados por la Audiencia Nacional

«Intentamos mantenernos enteros y dignos en una situación muy dura»

Fuentes: Sermos Galiza

Traducido para Rebelión por Sara Plaza

Antom Santos fue detenido en Lugo el 3 de diciembre de 2011 bajo la acusación de pertenecer a Resistencia Galega, siendo condenado por la Audiencia Nacional en 2013 a 10 años de prisión (el Supremo rebajaría la pena a 7 años y 9 meses).

«No fue un juicio justo», opina el padre de Antom Santos, Xosé Luís, «por eso se presentó un recurso pidiendo su nulidad, pues para nosotros era evidente que se vulneró el derecho a la defensa».

«Se llevan a alguien y durante días no sabes nada, no sabes ni siquiera dónde está. Y ese alguien es tu hijo». Xosé Luís Santos Cabanas habla desde su casa en Teo, cerca de Compostela. Una casa que desde diciembre de 2011 tiene como punto de referencia Aranjuez, a 650 km, donde está la prisión en la que su hijo Antom permanece preso desde hace casi tres años. «En cierta forma, nosotros también estamos presos allí», reconoce, como sabiendo que a los familiares de las personas presas no se les puede aplicar aquella frase de Joseba Sarrionandia: «Las prisiones se construyen para que los que no están dentro piensen que están fuera».

El 3 de diciembre de 2011 Antom era detenido en Lugo, acusado de pertenencia a Resistencia Galega. Le aplicaron la Ley Anti-terrorista y desde entonces hasta ahora, casi 3 años después, solamente han podido verlo en prisión, y en muchas de las visitas sólo a través de un cristal. ¿Cómo afrontan una madre o un padre una realidad así?

La detención en sí ya es un golpe muy, muy duro. Que le apliquen la Ley Anti-terrorista, que pases días sin saber nada de él… van añadiéndose más momentos duros: se llevan a alguien y durante días no sabes dónde está. Y ese alguien es tu hijo. A él le detuvieron un 3 de diciembre. Al día siguiente, el 4, nos llamó un amigo para decirnos que habían detenido a Antom. Puedes imaginarte cómo se recibe una novedad así… y no teníamos información de nada. El día 7 los padres de María (detenida con él) nos dijeron que estaba en la prisión de Soto del Real. ¡Eso fue cuatro días después de que lo detuviesen en Lugo! Estuvimos cuatro días sin saber nada de él. El 8 de diciembre pudimos hablar con él por teléfono. 45 segundos, ni uno más, no lo permitieron. El día 9 fuimos a Aranjuez, donde estaba preso. Nos informaron de que una persona que ha sido encarcelada tiene derecho a ver a sus familiares directos el fin de semana siguiente. Estando allí, los funcionarios se negaron a dejárnoslo ver. Insistimos en que teníamos derecho y entonces pareció que aceptaban, y nos llevaron a un locutorio, pero el locutorio estaba vacío, Antom no estaba allí, lo tenían incomunicado… Esos hechos los denunciamos ante el Juzgado de Compostela.

 Fue al cabo de dos semanas desde el día de la detención cuando pudimos verlo por primera vez, con un cristal de por medio. Pero también para eso tuvimos que aguantar: después de recorrer otra vez 650 km para llegar hasta allí, un funcionario vino a decirnos que para poder verlo teníamos que tener autorización de él desde dentro. Eso era imposible porque durante esas dos semanas no tuvimos ninguna oportunidad de hablar con él, no nos dejaban. Te encuentras en una situación surrealista. Por mucho que argumentes ante ellos es como hablarle a una pared. Les decíamos que éramos los padres y se limitaban a responder: «Serán los padres, pero yo no sé si él quiere verlos«.

¿Consideras entonces que la política penitenciaria también castiga a los familiares de las personas presas?

La persona presa lo pasa mal. También los que estamos fuera, en cierta manera, estamos presos. Ves que la política penitenciaria está llena de trabas, de zancadillas… para ir desgastando, minando, castigando… Un ejemplo es el de las llamadas telefónicas. Antom tiene derecho a hacer 8 llamadas de 5 minutos cada una. Llamadas que tiene que realizar a una serie de teléfonos previamente autorizados. Pera que te autoricen tienes que mandar el número con tus datos y una factura que confirme que el teléfono es tuyo. Pues bien, nosotros no teníamos facturas en papel porque hacía tiempo que nos las enviaban por mail. Las imprimimos pero a Prisiones no le valía porque no era el original. Recuerdo que pasaron más de dos meses hasta que le autorizaron a llamarnos.

El de las visitas es otro mundo. Tienes que pasar por un arco detector de metales que siempre les pita a las mujeres, las registran a casi todas. Van llevándote de tramo en tramo dentro de la cárcel, cerrando a tu espalda una reja antes de abrir la de delante. Antom tiene derecho durante un mes a un ‘vis a vis’ (cara a cara) íntimo y a otro familiar, que cae siempre en un día de semana, con lo que eso implica porque obliga a hacer mil malabares a nivel laboral. Nosotros pedimos con certificados que, por motivos laborales, pudiésemos visitarlo en fin de semana. Nos dijeron que sí, pero que entonces sería una vez cada tres meses en vez de una cada mes. Decidimos visitarlo en días de semana, claro, solucionando como pudimos los problemas con nuestros respectivos trabajos.

¿Consideras que existe una legislación especial para aplicar a pres@s como l@s condenad@s o acusad@s de pertenencia a Resistencia Galega?

En lo que respecta a mi propia experiencia, todas las familias de presos, independientemente de su condición o motivo de detención, sufren de una u otra manera una política penitenciaria de gran crueldad que puede ser calificada de ‘surrealista’. Podría contarte un montón de anécdotas de despropósitos en las relaciones de los familiares con la cárcel de los que fuimos testigos. Pero en el caso de Antom y de los otros presos independentistas está la aplicación de la dispersión, y que ya de entrada son catalogados FIES (Ficheros de Internos de Especial Seguimiento) con todo lo que eso supone.

Hay normas y medidas para complicar las cosas que parecen más simples. Por ejemplo, los paquetes que puedes enviarle. Apenas pueden contener libros y ropa, pero incluso así también es una odisea entregárselos. Cuando detuvieron a Antom un amigo que había sido un preso político durante el franquismo me dio una serie de consejos… ¡y no valían para ahora porque en la actualidad es más duro! Ellos, en aquel momento, podían recibir paquetes de comida de casa, por ejemplo. Ahora no, el preso sólo puede comprar en el economato de la prisión con unos vales (previo ingreso del dinero para ese preso desde fuera de la prisión)… Además, un paquete para un preso sólo lo puede llevar a la cárcel una persona autorizada. Y en la prisión de Aranjuez, cuando vamos al ‘vis a vis’ con Antom no nos autorizan a pasar el paquete aprovechando la visita. El paquete sólo puede entrar los días que la cárcel determina, que no tienen porqué coincidir con la visita de algún familiar o de algún amigo, y en nuestro caso estamos hablando de esa distancia de 650 km que hay que recorrer.

Hay familiares que denuncian que no hay más lógica tras algunos trámites penitenciarios que la de intentar desesperar a las personas.

Desesperan, la verdad. Ahora viene el invierno. En Aranjuez las temperaturas son bajo cero. Queremos hacerle llegar un paquete con ropa de abrigo y va a ser una odisea. Tardamos más de dos meses en poderle pasar unas zapatillas de deporte, porque él practica atletismo y entrena también en prisión. Las que tenía estaban deshechas…

Asististe al juicio en la Audiencia Nacional y escribiste después un artículo (‘Castelao na Audiencia Nacional española‘ [http://www.sermosgaliza.gal/opinion/xose-luis-santos-cabanas/castelao-na-audiencia-nacional-espanola/20130707171208016948.html]) en el que calificabas lo que viste allí como un verdadero esperpento…

Era la primera vez que asistía a un juicio, nunca había estado en uno. Y la imagen que me llevé fue de un puro esperpento. Yo consideraba que en una institución como la Audiencia Nacional lo mínimo que se les exigía a los jueces era estar despiertos. Pero hubo un magistrado que estuvo durmiendo todo el tiempo. No dábamos crédito. El presidente de aquel Tribunal colocaba el micro de tal manera que nadie entendía lo que decía. Sólo se le oyó bien cuando ordenó expulsar a los peritos de la defensa (Carlos Taibo y Bernardo Máiz). Ellos, que tanto hablan de la importancia de las formas y que tanto dicen cuidar todo ese boato… y cuando hablaba la defensa cerraban los ojos, que volvían a abrir en el turno de la acusación. Recuerdo que los que estábamos en el público tuvimos cara de asombro los cuatro días del juicio.

Y en lo que respecta a las acusaciones hechas contra Antom Santos…

Yo no vi que allí se presentase ni una sola prueba clara y contundente que validase las acusaciones contra Antom y sus compañeros. Lo único que presencié fue cómo lo que llevaba meses leyendo en la prensa procedente de ‘fuentes policiales’ volvía a decirse allí una y otra y otra vez.

Sin embargo, finalmente fue condenado por pertenencia a RG.

Yo creo que RG está siendo utilizada como una excusa para mantenerlos presos y también para tratar de meter miedo a otros sectores. Estamos yendo hacia escenarios muy peligrosos en los que a mí podrían detenerme simplemente por lo que digo en esta entrevista y a ti por publicarla.

El Tribunal Supremo rebajó la sentencia condenatoria de la Audiencia Nacional de Antom, de diez años de prisión a 7 años y 9 meses gracias a un recurso de la defensa, recurso que mantienen ante el Tribunal Constitucional.

Se presentó un recurso pidiendo la nulidad del juicio por entender que no se había respetado el derecho a la defensa. Ese recurso está ahora en el Tribunal Constitucional, como paso previo necesario para poder ir a Estrasburgo. Lo cierto es que no tenemos mucha confianza en el TC, sinceramente no creemos ni que vaya a ser admitido a trámite. Se está viendo que el TC se caracteriza por sus sentencias siempre a favor de los poderes establecidos, está muy del lado de esa derecha cerrada que gobierna el Estado español. Y mientras está en marcha todo este procedimiento ellos tienen que seguir en prisión, y el tiempo sigue pasando.

El pleno del Concello donde vivís y de donde es Antom, Teo, aprobó una moción en la que denunciaban la dispersión a la que se sometía a vuestro hijo y pedía el fin de las ‘políticas de excepción’.

Es importante que el gobierno del concello donde vivimos sea consciente de por lo que se tiene que pasar a consecuencia de tener un hijo en la cárcel, de lo que significa para las familias y para los amigos el alejamiento de un familiar, de que en casi tres años llevemos recorridos más de 25.000 km, y ya no somos unos niños, los años pesan. Agradecemos y valoramos ese paso. También por lo que supone de romper con ese disco rayado que durante meses sufrimos en la prensa y también durante el juicio y que parecía grabado por la misma persona, presentando a Antom como algo que sabemos que no es. Él estaba implicado en movimientos y proyectos a través de los cuales luchaba por unas ideas y por unos objetivos. Salvando las distancias evidentes, no lo veo muy diferente a lo que está haciendo la ANC en Catalunya, que trabaja en pro de la conciencia nacional de su país.

Asistí en su día al pleno y no entendí la insensibilidad del representante del PSOE y del PP, y la del concejal independiente. Hablaban «por el libro» de una situación que no conocen. No les deseo a ninguno de ellos que pasen por un trago semejante al que nos ha tocado a nosotros. Quizás sea mejor para ellos personalmente que sigan sin saber nada de la política penitenciaria española, y digo personalmente, pues en lo político estas actitudes de insensibilidad, de mirar hacia otro lado y de desconocimiento de la realidad por la que estamos pasando unos vecinos del concello… en lo político me merecen otra consideración.

¿Los familiares de l@s independentistas pres@s mantenéis contacto o relación? ¿Tener un familiar directo en la cárcel hace que se establezca algún tipo de relación especial con otras personas en la misma situación?

Nos mantenemos en contacto, pero de manera informal. Con los padres de María Osorio (la compañera de Antom) hay más relación, ya desde que ambos fueron detenidos en diciembre de 2011. También tenemos contacto con los familiares de Eduardo, de Teto, de Carlos Calvo, con la gente de ‘Senlheiro‘ (Hadrián Mosquera). No existe una relación estable pero sabemos dónde estamos. Todos viajamos en el mismo tren, por decirlo de algún modo: llevamos a cuestas los kilómetros hasta las prisiones, las mismas dificultades y preocupaciones, las mismas relaciones difíciles con el sistema carcelario…

Puedes visitar a Antom una vez al mes. ¿Cómo lo notas después de 33 meses en prisión?

La última vez que lo vi fue en agosto y ya no volveré a poder verlo hasta el ‘vis a vis’ del 17 de septiembre. Él resiste de una manera asombrosa, algo que yo, sinceramente, no sería quien. Aguanta el temporal, sabe abrigarse. Es una persona que organiza muy bien el tiempo: investiga, escribe, lee mucho… también retomó una afición que dejó en la adolescencia como es el dibujo. Hace deporte, atletismo, con un entrenamiento duro. Y mantiene una relación correcta con el resto de presos, civilizada sabiendo lo difícil que es aquello. Él está en régimen FIES lo que supone, entre muchas otras cosas, que le intervienen todas las conversaciones orales, escritas, telefónicas… Es algo a lo que no acabo de acostumbrarme. Que la carta que le escribo a mi hijo vaya a ser leía por una tercera persona, un funcionario.

Existe una especie de ‘mandamiento’ no escrito que afirma que lo que la familia de un preso no puede permitirse nunca es el ‘pecado’ de venirse abajo…

La situación es dura pero Antom resiste bien. Aunque allí dentro pase por momentos difíciles nunca nos los va a contar para que no nos preocupemos. Y lo mismo al revés. Disponemos de algo más de una hora cada mes para estar juntos, con un cristal de por medio, cuando la visita no es de las llamadas ‘vis a vis’; por lo que hay que aprovechar el tiempo para cosas importantes y no para deprimirnos. Hay que sacar fuerzas de donde sea, igual que delante de los funcionarios de prisión para no caer en su juego y mantenernos en nuestro sitio. Intentamos mantenernos enteros, dignos y conscientes dentro de una situación excepcional. No es fácil. Pero no puede ser de otra manera.

Entrevista publicada originalmente en gallego en Sermos Galiza [http://www.sermosgaliza.gal/articulo/social/tentamos-manternos-enteiros-dignos-nunha-situacion-moi-dura/20140912205400030544.html]

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