Recomiendo:
0

Entrevista a David y Manel, colaboradores de la Red Memetro

«Investigamos por qué la gente sufre el Trastorno Memetro y deja de validar el ticket»

Fuentes: Disopress

David está en el proyecto desde del principio y hace hincapié en que, en el momento en que tiene lugar esta entrevista, nos encontramos a escasos metros de la estación de metro de Sant Antoni, en Barcelona. Manel se define como colaborador de la iniciativa y como «una persona bastante sufridora del Trastorno Memetro». Ambos […]

David está en el proyecto desde del principio y hace hincapié en que, en el momento en que tiene lugar esta entrevista, nos encontramos a escasos metros de la estación de metro de Sant Antoni, en Barcelona. Manel se define como colaborador de la iniciativa y como «una persona bastante sufridora del Trastorno Memetro». Ambos forman parte del grupo impulsor de la Red Memetro, un colectivo que busca ayudar a los usuarios del transporte público de Barcelona, Madrid y Valencia -por el momento- a no pagar por su uso. Con una buena dosis de inventiva y otra de humor han creado este «trastorno del funcionamiento de la memoria» que detallan en esta entrevista. En la actualidad están realizando un crowdfunding para conseguir, mediante pequeñas aportaciones particulares, los fondos necesarios para desarrollar una nueva aplicación móvil que alerte a sus usuarios de controles de revisores.

¿Qué es exactamente el Trastorno Memetro?

David: El Trastorno Memetro (TM) es un trastorno durante el cual el usuario afectado dice que cuando entra a las instalaciones del transporte público sufre una especie de ataque cerebral en el cual no recuerda nada, o no acaba de enterarse muy bien de lo que le está sucediendo. Le invaden noticias sobre la crisis, la subida de precios del transporte público, la corrupción política, la crisis sistémica… De repente este bucle de información le satura la parte del hipotálamo y deja de acordarse durante unos minutos, a veces más, de cómo ha entrado en el transporte público y entonces no sabe si ha validado o no el billete. Esto es el TM y esto es lo que nosotros estamos investigando, por qué la gente sufre esto y por qué dejan de validar el título cuando se sufre de este trastorno.

Manel: Bueno, también están los síntomas relacionados al trastorno, que podrían ser una subida de la adrenalina de las personas por la que pueden desarrollar una fuerza física extrema, dar saltos maravillosos… Estas personas creen que se camuflan detrás de la sombra de otras personas y, a veces, creen recordar que tal vez así han conseguido acceder al sistema de transporte…

D: ¿Los enumeramos? Tipos de síntomas. Uno, aumento de agudeza visual. Cuando sufres de TM lo que ocurre es que te sube la adrenalina y de repente comienzas a ver cosas que antes no veías, como gente con chalecos de color naranja, gente que sale de un túnel guardando el ticket del billete y entonces intuyes que cerca hay un control, ven a revisores a través de las paredes y entonces evitan pasar por esos pasillos. Dos, aumento de fuerza muscular. Personas que desarrollan repentinamente un aumento de su potencia muscular que les permite dar unos saltos magníficos que pueden dar por encima de las barreras que hay en la entrada del transporte público. Tres, distorsión de canal. Se les descoordina la agudeza visual y allá donde ven carteles de antifraude del transporte público comienzan a ver corruptos del país como Urdangarín, Bárcenas… No acaban de ver la información porque se les cruzan por medio imágenes que rondan en su cabeza sobre corruptos y gente que ha malversado el dinero público.

M: Cuatro, trastorno de maleta. Personas que creen ser maletas y pasan inadvertidas dentro del sistema de transporte.

D: Cinco, síntoma de jubilado. Personas que creen ser jubilados y, sin saber cómo, utilizan la tarjeta de la tercera edad cuando realmente no saben lo que están haciendo, se dan cuenta cuando están viajando u dicen «¡Hostia! He pagado con una tarjeta rosa ¿Qué me habrá pasado?»

¿Cómo y cuándo surge la idea de crear este proyecto?

M: Bueno, la investigación comenzó alrededor de tres años atrás y comenzó a partir de la experiencia personal que teníamos a nivel individual, ya que sufríamos el TM pero no sabíamos bien qué era, no había una palabra para poder definirlo y al compartirlo con más personas nos dimos cuenta de que las este trastorno era compartido. Entonces decidimos identificarlo a través de un nombre, basado en la teoría del meme (teoría de la transmisión cultural) y cómo éstos van circulando a través de internet u oralmente entre las personas y se van reproduciendo. Después, con la palabra metro y con la película ‘Memento’, que trata sobre un personaje que pierde la memoria. Así, meme, más metro, más ‘Memento’, salió Memetro. Había también personas que pensaban que hacía un juego de palabras con «me meto». A través de las redes sociales, se generó una gramática y una especie de paradigma a través del cual las personas se comunicaban y se coordinaban, y comenzaron a idear herramientas útiles y para poder llevar lo más normalmente posible su vida con el TM. A raíz de aquí se comenzó a generar a través de las redes, Twitter y Facebook, una red de alertas a través de las cuales las personas podían localizar e identificar dónde estaba un control de billetes y compartirlo con otras.

Desde el proyecto TM en ningún caso queremos identificar a una persona que está realizando un control o hacer una foto de la cara de un revisor, porque entendemos que también son personas afectadas por una serie de políticas laborales, macroeconómicas, etcétera. No son culpables de la situación que actualmente acontece, ni del TM, pero sí pretendemos informar dónde están los controles. Para esto nos basamos en un principio básico del derecho universal, recogido en la Carta de los Derechos Humanos, que es el derecho a la libertad de información.

D: En el momento en que pusimos en práctica la existencia del TM mucha gente nos escribió diciendo cosas como «yo esto lo sufría desde hace mucho tiempo pero no sabía que tenía un nombre». Entonces nos dimos cuenta de que al ponerle nombre a una cosa que realmente existe mucha gente salió del armario. Dijeron «ahora ya puedo explicarle a la gente que yo también sufro de esto y además lo puedo compartir con muchas personas que también lo sufren de forma colectiva». Jugar con ésta gramática del trastorno de alguna forma hace que conecten entre ellas por empatía. «Si esa persona me avisa de que hay un control, yo también la voy a avisar porque tenemos la misma problemática», dicen.

¿Guarda este proyecto alguna relación con el que ya existe en París?

D: Al principio vimos que no era una cosa local, no era sólo en Barcelona, sino que había sucedido a lo largo de la historia, supongo que desde que existen el transporte público. Investigando en otros lugares del mundo encontramos que había casos en París, Bélgica, Dinamarca y Suecia, donde se habían generado cajas de resistencia para apoyar a estas personas. En Francia procede de una organización de desempleados en la que empezaron a usar esta forma de apoyo mutuo para poder pagar entre todos las multas. Son casos diversos pero todos tienen la misma raíz y no hemos entrado en contacto con ninguna de ellas, pero sabemos que nos conocemos entre nosotros y simpatizamos. Lo que sabemos es que ninguna de ellas ha llegado a construir una red que conecte a todas esas personas a nivel global y lo que estamos intentando hacer nosotros es difundir esto y, a la vez, crear soluciones tecnológicas, dado que ahora tenemos la posibilidad de conectarnos en red para generar esta aplicación móvil.

Ahora mismo, la nueva aplicación está funcionando en Barcelona, Madrid y Valencia.

D: También en México ha empezado, pero por ahora sólo funciona para iPhone y pronto lo implementaremos para Android.

M: Respecto a la pregunta anterior, de si estamos relacionados con otras plataformas parecidas, en México sí que nos llegó un contacto y nos transmitieron las ganas de crear una aplicación. También recibimos el apoyo del movimiento Pos me salto en el mismo país. También desde Sao Paulo.

¿Qué pensáis del incremento de los precios del transporte público en las ciudades en las que estáis presentes a través de la aplicación?

M: Bueno, en el caso de Valencia, después de la subida que aplicaron el año pasado este año han congelado el incremento de las tarifas que tenían previsto hacer, el cual hubiesen generado bastantes rumores en la ciudad, puesto que de repente han comenzado a implementar sistemas de control masivo de los usuarios que no validan el billete. Después, en Madrid, la red ha ido creciendo a menor ritmo que en Barcelona, pero últimamente nos estamos dando cuenta de que cada día que pasa están sufriendo de TM muchas más personas en Madrid que en Barcelona.

D: Aquí en Barcelona, explotó un poco cuando subieron la multa de 50 a 100 euros, con posibilidad de ser incrementada hasta los 600. Esto suponía el riesgo de tener que pagar esta cantidad si no pagabas.

M: Hay una legislación que regula el transporte público muy diversa y liosa. Parece que está escrita en sánscrito y esto azota aún más a las personas porque, por ejemplo, si sufres de TM en un tren de cercanías, la sanción que te pueden poner es muy superior que si te ocurre en el metro, pero la forma de reclamar la sanción en metro es mucho más complicada. Es todo un sistema bastante complejo que yo creo que ayuda a que la gente se lie más de lo que ya está.

D: Otra cosa que ha provocado que las personas padezcan TM es el control masivo que sufren. Muchas personas se quejan de sentirse defraudadoras sin serlo por el simple hecho de entrar dentro de un control, en el cual le consideran ya como que no ha pagado, y entonces entra en este sistema de validación y de examinación. Nosotros siempre hablamos de que en el metro ocurre algo parecido a lo que ocurre en la realidad exterior pero de una forma más sintética y reducida. Y es que cuando entras al metro necesitas tener tu tarjeta de validación para comprobar que eres una persona apta para entrar dentro de ese sistema, al igual que ocurre en el mundo exterior, que si no tienes tu DNI, estás fuera del sistema. Si no validas tu título al entrar en el transporte público te conviertes en un inútil porque no aportas una economía para mantener ese sistema tal como ellos lo han montado, y en ese momento te puedes encontrar con el poder que tiene el transporte público de examinar a las personas. Si has validado el billete pero hace más de 75 minutos, vuelves a estar fuera del sistema por haber sobrepasado ese tiempo. Lo que hace la red de alertas es darle la vuelta a ese sistema de control. En otra época te pegarían con un látigo, ahora te pegan con una multa. Memetro le da la vuelta, vigila a los que vigilan a través de los móviles con los que todo el mundo está conectado. Esto molesta un poco a los revisores, pero es un toque de atención: «¡Ey!, el ciudadano también puede unirse e informar de cómo gestionáis este sistema».

¿Por qué os habéis constituido como asociación?

D: Al inicio del proyecto sabíamos que iba a generar mucha controversia e iba a recibir ataques, ya fuera de las empresas de transporte o desde los poderes gubernamentales. Decidimos construir una serie de escudos para contener esos ataques. Uno de ellos es una red de apoyo mutuo que en caso de ataque pudiera responder colectivamente. Otro es el jurídico. Somos un grupo de personas que ha constituido una entidad legal. Entramos dentro de su sistema y lo parasitamos. Cuando nos han atacado por ser «asociación ilícita», como en una noticia en la que nos acusaron de ser «la primera mutua de estafadores»… Nada que ver, somos una asociación legal que ampara a las personas que sufren este trastorno.

Por otro lado, quisimos meter este extraño asunto bajo el paradigma del paraguas del arte y lo hemos presentado como idea artística. Vivir el trastorno es parte de una ‘performance’ colectiva. Lo hemos presentado a varios concursos de arte. De hecho, nos llegaron a dar un premio de la Generalitat, 800 euros para financiar el proyecto. De alguna manera, el Gobierno con este premio legitimó al proyecto.

¿Cómo funciona la aplicación y qué ocurre cuando alguien es multado?

M: Es otro de los motivos de constituir una asociación, crear una caja de resistencia con la que pagar colectivamente las sanciones económicas. Hemos estado investigando las opciones contables y legales para desarrollar esta idea. Y no es fácil. Aún no lo hemos podido llevar a cabo sin el peligro de que el escudo del TM se resquebraje. Hemos hecho versiones beta de una caja de resistencia en pruebas, pero hasta que no lo tengamos muy claro no la echaremos hacia delante. Lo haremos cuando nos veamos seguras para llevarla a cabo, sobre todo para las personas que hacen este tipo de resistencia.

D: Antes de pagar la multa lo que intentamos es que no la pongan. Antes de construir el ecosistema de la caja de resistencia vamos a poner todo el esfuerzo y ganas en evitar que se pongan. El pago de la multa es el último peldaño del trastorno.

¿Cuántas personas hacen posible Memetro?

M: A nivel legal, registradas en la asociación somos tres personas, el mínimo necesario. Luego hay muchos colaboradores: algún abogado, programadores, redactores… un núcleo de aproximadamente quince personas. Todas las personas que mandan alertas, colaboran, etcétera, forman también parte del proyecto.

¿Por qué el crowdfunding?

D: Básicamente para financiar el mantenimiento y desarrollo de la aplicación. Ahora mismo lo que funciona es poder generar alertas y poder visualizarlas en distintos formatos. Una de las futuras aplicaciones sería conocer las alertas de un radio determinado de distancia desde donde te encuentres. Te saldría una alerta que te diría «¡ojo!, estás cerca de un control». Para gente super despistada que sufre el trastorno y se olvida de mirar las alertas, la propia aplicación les avisa.

Otra aplicación sería la de la ‘tarjeta solidaria’ o T11. El bono de diez viajes es el T10, y el último viaje que tú tienes y que has validado puede que solo lo uses durante 20 minutos. Te sobran 55 minutos que podrías ceder a otra persona. Esto ya se hace, la gente deja la tarjeta en un lugar, normalmente donde se valida, y otra persona lo recoge y lo utiliza. Mediante la aplicación podríamos localizar donde se dejan la estas tarjetas. Creas una alerta con la parada y los minutos que le quedan, y así otra persona que esté cerca podrá utilizarlo.

M: Otra cosa que ha de financiar el crowdfunding es la de que la aplicación pueda generar pronósticos, mediante el estudio de los controles.

D: La idea es que te levantes un día y puedas conocer el pronóstico diario, cuáles son los puntos calientes, etcétera.

M: Otra idea es que cuando se contagie el trastorno a otras ciudades del mundo podamos implementar distintas aplicaciones para cada línea de transporte público, para que cada uno de los nodos, por ejemplo en Madrid o Valencia, pueda seguir trabajando de forma autónoma.

D: Ahora mismo la aplicación permite ceder la entrada para que alguien en otra ciudad pueda descargarla y rellenar los datos del metro, paradas, etc.

M: Otra idea es un sistema para poder valorar las alertas y visualizar cuales son fiables y cuales y cuales no.

D: Dar valor a las alertas que generan más inteligencia colectiva, mediante un sistema de puntuación en función de la interacción con la aplicación. Ir ganando niveles de sufrir el trastorno. Hay varios niveles: Gato, eres una persona que sufre el trastorno de forma sigilosa; Fantasma, eres tan bueno que no te ven en ningún lugar, y Matrix, vives en el mundo paralelo, te mueves en la red y nadie te ve. Es una forma de hacer jugable la aplicación, con ella hago desobediencia civil y además me lo paso bien.

¿Y si en la red se integrasen personas que quieran destruirla?

En una red social cabe todo el mundo, habrá gente que se sienta afectada, básicamente revisores o gente que trabaja en el transporte público. A algunos este cambio de vigilante a vigilado les da produce un poco de pavor. Ha habido gente que ha actuado como un ‘troll’ de la misma, pero la red es tan extensa que se autogestiona y detecta cuando alguien intenta destruirla. En algunos casos hemos hablado con revisores directamente. En uno de los controles hicimos una pequeña entrevista encubierta. Entramos dentro de un control validando el título y preguntamos a las tres personas que controlaban: «¿Cuánto rato vais a estar aquí?». Esto no lo pregunta un usuario normalmente. La respuesta fue: «Si quieres avisar a los de Memetro avísalos, que no pasa nada». Entonces le preguntamos a este revisor: «Y esto, ¿te parece bien?». Y su respuesta me pareció súper auténtica: «Mira, a mí y a muchos compañeros nos parece muy bien. Sé que a otros no tanto, pero te voy a decir porqué a mí sí. Trabajo aquí ocho horas poniendo multas a la gente, enfrentándome con gente que no paga porque no tiene dinero realmente, o porque sufre este trastorno que decís, o por lo que sea. Pero hay muchos problemas en el país y lo último que quiero es poner multas a las personas». Entendimos desde ese día que los revisores no son un problema. Son gente que ha acabado trabajando ahí, pero realmente es el sistema el que les empuja a estar poniendo multas.

En otro control intentamos hacer lo mismo y la reacción de la persona fue señalarnos con el dedo y decir: «¡Aquí están los que avisan!, ¡los que nos controlan!, ¡los ‘memetruiders’!», que es una mezcla creemos entre Memetro y Twitter. Avisó a todos los revisores y seguridad a que viniesen a identificarnos. Pero habíamos pagado. Si nos preguntan si TMB como empresa ha intentado atacarnos de alguna manera siempre decimos que no. Y tampoco entenderíamos que lo hiciera, ya que lo que hacemos es apoyar de manera legal a la gente que sufre el trastorno.

¿Existen nodos en Madrid o Valencia con los que colaboráis?

M: Lo que pretendemos es animar y ayudar a organizarse en otras ciudades. En Madrid sabemos que hay gentes que sufren el trastorno, en otros sitios más a cuentagotas. La idea es aterrizar y decir, «esto es Memetro, es código libre, usadlo como queráis». Pensamos que es una herramienta bastante potente para la desobediencia civil. Este proyecto no tiene ningún sentido si no es validado colectivamente.

D: Incluso la gramática es de código abierto. Si en Valencia lo llaman de otra manera o tienen otro tipo de síntomas, allá ellos, lo pueden utilizar. En Madrid hemos tenido contactos con el colectivo Yo no pago, pero no hemos ido más allá para un trabajo continuo. Queremos hacerlo y en breve estaremos en Madrid para presentar el crowdfunding.

Habláis de conceptos como autogestión, desobediencia civil, inteligencia colectiva, insumisión… ¿Habéis bebido de otras experiencias anteriores?

D: Obviamente. En mi caso participo un colectivo llamado En medio, que hace acciones y ‘performances’ político artísticas, y en el que desde hace tiempo hemos tenido choques con lo legal. Además, tanto Manel como yo nos hemos visto en otros proyectos enfrentados con temas legales, así que tenemos experiencia en cómo lidiar con estos asuntos. Además hay otros colectivos de Barcelona que nos apoyan, como la Cooperativa Integral Catalana, más las simpatías que el proyecto ha generado en la red de asambleas, y en las que hacen uso de la herramienta.

M: Ya que estamos en este momento idóneo, esta chispa que ha hecho que nos organicemos, que colaboremos, es otro aporte más a lo común.

D: El 15M ha tenido mucho que ver.

M: Sí, surgió un poco antes, pero lo impulsó. Para mí, representó un cambio importante en lo que es la conciencia política, esa chispa que hizo que cogiéramos carrerilla y empezáramos a crear historias, proyectos, comenzar a desobedecer de manera colectiva y de forma muy amplia.

Fuente: http://disopress.com/gallery.php?mode=all&id=MDc0MTMxZTZmMjk3Nw==&page=1