«Aceptamos la llamada de la Historia para liberar a los oprimidos», dijo el presidente Bush, como si de un nuevo Mesías se tratara, en su discurso anual sobre el Estado de la Unión, sin que precisara dónde y cuándo la Historia (¿las compañías energéticas?) le ha encomendado tal misión humanitaria. Después de haber liberado al […]
«Aceptamos la llamada de la Historia para liberar a los oprimidos», dijo el presidente Bush, como si de un nuevo Mesías se tratara, en su discurso anual sobre el Estado de la Unión, sin que precisara dónde y cuándo la Historia (¿las compañías energéticas?) le ha encomendado tal misión humanitaria.
Después de haber liberado al pueblo afgano y al iraquí, vía toneladas de bombas y misiles inteligentes, ahora nos toca a los iraníes saber lo que es la democracia. Pues, además de ser acusado de patrocinar el terrorismo e intentar hacerse con armas de destrucción masiva, la Administración Bush acusa al régimen de Irán de negar a su pueblo la libertad. Para completar el guión, sólo falta presentar pruebas de su implicación en algún atentado. Todo indica que, al igual que los dos casos anteriores, la intención del presidente al preocuparse tanto por el bienestar de nuestro pueblo -sin importarle su color de piel y su religión- no es otra que cubrirse las espaldas, de por si no encuentra las armas letales de los ayatolás -al igual que no encontró a Bin laden en Afganistán, ni a armas de Saddam en Irak- justificar su agresión militar bajo el pretexto de «liberar a Irán de una pequeña elite clerical que aísla y reprime a su pueblo».
Es cierto que la caída del régimen de Saddam creó la falsa ilusión en algunos sectores de la población, sobre todo las minorías étnicas como la kurda o la árabe, de que un ataque militar extranjero sería la forma más rápida y eficaz para poner fin al régimen de los ayatolás.
Si en Irak que sólo tiene dos etnias, una intervención militar ha provocado una guerra civil, ¿Qué pasaría en Irán, país compuesto por más de doce nacionalidades y etnias diferentes? |
A demás, nosotros tenemos derecho a saber qué modelo de democracia nos ofrece G. Bush. Los malpensados crónicos sospechan que el presidente siendo un hombre de ideas fijas, no se va a arriesgar e inventar un nuevo modelo para los persas, sino que recurrirá a una de las fórmulas aplicadas en América Latina o en África. Incluso puede que nos agracie con el modelo iraquí, para no provocarnos envidia por el paraíso que ha creado para nuestros hermanos árabes, una vez liberados.
¡Si fuimos liberados una vez!
Sin embargo, Bush al no conocer la historia, no sabe que los iraníes fuimos la primera nación del mundo en ser liberada por su país tras la Segunda Guerra. El 19 de agosto de 1953 bajo el mando del presidente Eisenhower, la CIA organizó la Operación Ajax para derribar a nuestro primer ministro Doctor Mosadegh, para remplazó con el dictador Reza Pahlavi, El Shah. Al no ser ni islamista, ni terrorista, no poseer armas prohibidas, Eisenhower acusó a Mosadegh de ser comunista. ¡Un Mosadegh que durante su mandato se negó legalizar al Tudeh, el Partido Comunista!. El delito real de aquel carismático político no era otro que nacionalizar la industria petrolífera iraní, entonces bajo el control de British Petrolium. De este modo, El resultado del golpe fue el acuerdo entre Inglaterra y EEUU. para apoderarse el 75 por ciento de la producción del crudo iraní.
El Sha tuvo que pagar 10 millones de dólares al gobierno estadounidense -¡del bolsillo de los ciudadanos!-, por los costes de la operación. Aquella liberación significó 25 años más de la férrea dictadura del Pahleví, miles opositores asesinados, unos 300 mil torturados por los temibles agentes de su policía política SAVAK, y un nuevo revés al sueño de conseguir la soberanía y la prosperidad.
Gobierno alternativo
Desde el 2004 que el congreso norteamericano aprobó «Iran Freedom and Democracy Support Act (Ley de Apoyo a la Libertad y Democracia en Irán), el Pentágono esta encargado de crear un gobierno paralelo de los grupos más reaccionarios de la oposición – como la organización polpotiana de Muyahedines del Pueblo dirigida por la islamista Myriam Radjavi, el ex presidente del país, Bani Sadr, exiliado en Francia desde 1982, Hosein Jomeini, nieto del difunto ayatolá y Reza Pahleví el hijo del Sha. ¡Genuina democracia nos espera! Estos preparativos van acompañados por el aumento de la programación en persa de radio Israel, la voz de América, la Voz libre de Europa, la BBC y emisoras perecidas, que les convertirán en la «alternativa plural y democrática» al régimen actual.
¿Hay algo peor que una dictadura teocrática? Sí, una guerra total: un cóctel de bombas, sangre, dolor, desesperación, tortura, hambre, abusos, mientras recoges los cuerpos desintegrados de tus seres queridos. |
El qué hacer con el régimen de Irán es una cuestión que solo y exclusivamente incumbe a los ciudadanos de este país y a nadie más. Un proceso en marcha que será abortada en caso de una agresión militar del Occidente. Una vez más, la paz de nuestro pueblo se hace pedazos por la culpa del maldito petróleo.