¿Quiénes son los capos de Estados Unidos? Aunque usted no lo crea, la pregunta la formuló el senador John McCain durante su visita al Distrito Federal el pasado fin de semana, tras sostener un encuentro con Enrique Peña. Así, un hombre de la elite política estadunidense como senador por Arizona que es y aspirante republicano […]
¿Quiénes son los capos de Estados Unidos? Aunque usted no lo crea, la pregunta la formuló el senador John McCain durante su visita al Distrito Federal el pasado fin de semana, tras sostener un encuentro con Enrique Peña.
Así, un hombre de la elite política estadunidense como senador por Arizona que es y aspirante republicano a la Presidencia de Estados Unidos en 2008, contienda que por fortuna perdió ante Barack Hussein Obama, como si fuera uno más de los ciudadanos más comunes que corrientes de la súper potencia en declive, se apropia de una de las interrogantes más frecuentes que se hace el ciudadano medio ante la recurrente propensión de sus gobernantes, republicanos y demócratas, desde Richard Nixon hasta nuestros días, de presentar el abasto de narcóticos como un problema de sus vecinos al sur del río Bravo, a la vez que lo utilizan para desestabilizar a gobiernos insubordinados e incómodos, además de ideologizarlo en forma por demás vulgar pero eficaz, para impulsar sus políticas hegemonistas.
John Sidney McCain III, nativo de la Zona del Canal de Panamá, sobre la que puso y dispuso el Pentágono durante décadas, pues para eso separó Estados Unidos a Panamá de Colombia, declaró sin sonrojarse siquiera:
«La mayoría de los estadunidenses que ven la televisión y los que leen las noticias lo conocen (a El Chapo), pero no conocen los nombres de los jefes de los cárteles de Chicago o de Los Ángeles o Detroit y tenemos que centrarnos también en quienes están haciendo estas operaciones en las ciudades de Estados Unidos . Me encantaría saber qué pasa en nuestras ciudades. Necesitamos alcanzar un equilibrio si le diéramos más notoriedad a aquellas personas que les están dando estos venenos a nuestros niños» (El Universal, Natalia Gómez Quintero, 23-II-13).
Es decir, que el hombre que pujó por despachar en la Casa Blanca hace cinco años, elude cualquier responsabilidad sobre la desinformación que en materia de consorcios del narcotráfico, capos y sicarios, estimulan gobernantes de republicanos y demócratas, cuando son del conocimiento público en México los mapas que muestran dónde operan los hombres y mujeres de La Federación, Los Zetas y el llamado cártel del Golfo, seguramente asociados a los capos estadunidenses en su territorio, aunque desconocidos e ignorados por las autoridades, si hacemos caso al cuento de McCain .
El senador de 76 años, supuestamente también ignora que en su país está la principal lavadora de la aldea global de los recursos procedentes del crimen organizado, como lo puso en relieve la multa que por ¡160 millones de dólares! pagó el banco Wachovia por blanquear ¡378 mil 300 millones de dólares! entre el 1 de mayo 2004 y el 31 de mayo de 2007 (The Guardian, 11-V-11).
Lo que sí dice tener demasiado claro este burócrata de la política es que los gobiernos de Peña Nieto y de Obama -«El matrimonio (sic) México-Estados Unidos tiene peleas y desacuerdos- tienen que fortalecer «de manera especial la seguridad fronteriza y evitar con ello que se dé una ‘tercera ola’ migratoria ilegal, pero también para evitar el tráfico de armas y drogas» que, agrego yo, florecen como nunca.
Dicho de otra manera: Que el gobierno de Peña le siga haciendo el trabajo sucio a Estados Unidos, utilizando «tecnología como la ocupada en Irak o Afganistán», contemplada en la «exitosa» (para EUA) Iniciativa Mérida (edición azteca del Plan Colombia) , y sin que México ceda «atribuciones en su soberanía», porque -dice McCain III – «los mexicanos son muy sensibles» en la materia, como si los estadunidenses no lo fueran hasta el extremo de invadir países por sistema, bajo las órdenes de sus gobiernos demócratas y republicanos.
Acuse de recibo
«Creo que tú y yo somos en la prensa las dos personas que más detestan a Felipe Calderón, por las mismas razones que millones de de mexicanos que no pueden expresarse públicamente: Por el inconmensurable daño que le hizo a este país, nuestro país. Pero para mí es incomprensible y triste