En enero de 2007, una delegación de unos cien venezolanos y venezolanas arribaron a Nairobi, capital de Kenia, para participar en el Foro Social Mundial, cuyo tema central se dedicó a África. Poco se ha dicho de las conclusiones de aquel importante evento. Sobre África, las transnacionales de la comunicación han tirado su velo de […]
En enero de 2007, una delegación de unos cien venezolanos y venezolanas arribaron a Nairobi, capital de Kenia, para participar en el Foro Social Mundial, cuyo tema central se dedicó a África. Poco se ha dicho de las conclusiones de aquel importante evento. Sobre África, las transnacionales de la comunicación han tirado su velo de invisibilidad para ocultar la visión alternativa de los grupos africanos. Esperamos que esos cien compatriotas, que llegaron en el emblemático Camastrón, estén difundiendo los alcances de ese Foro Social. Es un deber multiplicar las voces, ser eco del Sur en el Sur.
Muchos venezolanos y venezolanas conocen a Kenia y a Nairobi. Porque han estado alla, como el reciente caso del Foro Social Mundial celebrado en Nairobi, o por las diversas comisiones parlamentarias o ejecutivas que acuden a las reuniones sobre ecologías, pues en Kenia está la sede del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
Si se fijan bien, de seguro conocen mujeres con el nombre de Kenia, o de Nairobi. Eso se debe a la connotación internacional que en su momento tuvo la lucha por la independencia de país del África Oriental, limite con el Mar Rojo.
En Kenia, los vehículos se manejan a la inglesa, pues hasta 1963 los británicos mantuvieron su ocupación en ese país, famoso también por sus enormes parques naturales que preservan la rica fauna y flora africana. Kenia es la tierra de los Maasai, rica cultura indígena que conserva su dignidad y esencia. Kenia cayó en 1884 bajo las garras avaras de los imperios europeos, que luego de 300 años de comercio con seres humanos secuestrados en África para ser esclavizados, se repartieron el continente africano como si de un pastel se tratará.
Los Maasaias son una familia étnica de más de 120 grupos. Es una cultura milenaria, desplazada por los ingleses a la tierras más pobres del este de África, pero siempre ha conservado su idioma, sus costumbre y sobre todo su modo de vida colectivo, socialista. Ellos se levantaron contra los invasores.
Jomo Kenyatta prisionero por la libertad.
De familia maasai, había sido bautizado por los cristianos con el nombre de John Meter, a esa identificación renegaría para cambiarlo por su nombre indígena (1938).Porque ya a los treinta años, en 1922, alzaba su voz contra los abusos ingleses contra su grupo, los Kikyu. La acción rebelde de Kenyatta, en todo el territorio keniano, recomienza en 1952, luego de un periplo de formación por Europa y la Unión Soviética (1929 – 1946), en la cual estudio antropología, arte, cine y economía. Apenas reinicia su actividad política, es arrestado por el gobierno británico. Se convierte así en el primer gran líder africano en ser hecho prisionero por la causa de la independencia, luego vendrían otros como Nelson Mandela en Sudáfrica.
Desde la cárcel mantendría una constante comunicación con otros líderes del panafricanismo como Kgrugma de Ghana. En prisión, Kenyatta fundo el partido Unión Nacional Africana de Kenia. Mientras estuvo en la cárcel, en su patria se registró una guerra de resistencia contra la ocupación inglesa, que obligó a la corona británica a buscar una salida política la independencia de Kenia.
Oportuno es citar, la labor de Kenyatta durante su juventud, en la cual fundó escuelas para sus compatriotas, a fin de alfabetizar y enseñar el amor por la libertad de su patria. Importante labor, porque la estrategia imperial para doblegar a los Pueblos del Sur es evitar a toda costa su formación, su instrucción, para con la ignorancia mantener arrodillados a los pueblos.
Previo a la entrada a la escena política de Kenyata, un grupo político que utilizaba cualquier forma de resistencia contra la ocupación europea, tenía en alerta a los británicos, se trataba del movimiento Mau Mau. El líder panafricanista siempre aclaró su desacuerdo con los métodos violentos, por considerar que hacían daño a inocentes y civiles. Es esa una característica de los grandes hombres y mujeres con vocación libertaria: el amor a la paz. Lo contrario de los imperios que se impusieron con violencia, con sangre.
Durante los nueve años de encarcelamiento se produjeron constantes manifestaciones nacionales que exigían la libertad del líder. Se produjo entonces, algo inédito en la historia africana. Kenyatta fue postulado a las primeras elecciones en Kenia por la Unión Nacional Africana de Kenia (KADU). Kenyatta, fue designado primer ministro en 1961 al imponerse su partido y en 1963, luego de la independencia, Presidente de la República. Otra victoria del África revolucionaria.