Es un jugada a tres bandas: 1. Desinformar al pueblo de EE.UU. para hacerle creer que saliendo de Trump se resolverá la actual situación de la intensa lucha interracial y cultural. 2. Una maniobra contra el gobierno de Venezuela para ganar tiempo y hacer creer a los aliados europeos y al mundo en general que han abandonado a Guaidó y se encaminan por una “negociación del poder”. 3. Una señal a sus lacayos latinos del fascismo latinoamericano especialmente a Duque, a Bolsonaro, a Piñera, a la Añez…
La oligarquía financiera que domina la sociedad norteamericana enfrenta problemas nuevos que antes consideraba que solamente podían suceder en los países “periféricos” o del tercer mundo: de tener una clase unida “en lo fundamental”, es decir, en sus intereses imperialistas nacionales y geopolíticos, que tramitaron durante muchos años sus discrepancias de intereses habidas entre las distintas fracciones de los “capitalistas individuales” (sociedad civil), mediante la discusión política de los dos partidos tradicionales, los que recogían los aspectos más relevantes de la lucha de clases que se daban en el seno de la sociedad para ventilarlos en el parlamento y luego, llegar a un “acuerdo bipartidista” que era convertido en Ley absoluta para que el “capitalista colectivo” o Estado (o sociedad política) se encargará de hacerla cumplir dentro de su territorio federal y por fuera de este; hoy ya no es así.
La contradicción fundamental de la sociedad capitalista desarrollada señalada por Marx, entre las Fuerzas Productivas (sociales) y las Relaciones de Producción (privadas) cada día más marcada en la sociedad estadounidense ultra desarrollada, y que al decir de Gramsci, al unirse dialécticamente por la Hegemonía conforman un “bloque histórico”, hoy día a causa de esta misma contradicción y por el desarrollo de la lucha de clases que se ha intensificado debido a la situación generada por la prolongada crisis capitalista global y por la pandemia Covid 19, a la que se le han sumado toda una cascada de otras crisis sucedáneas del capitalismo mundializado como la crisis ecológica; el cambio climático; la mega-urbanización con sus secuelas de desigualdad social, racismo, migración descontrolada, xenofobia y el deterioro de la vida humana en favelas; el hambre generalizada de continentes enteros y la desertificación; las guerras interimperialistas de saqueo por el reparto territorial del mundo y el surgimiento de nuevas potencias globales con el hundimiento del mundo unipolar; la elección en la presidencia de la Unión Estadounidense de un muy “cuestionado” monigote republicano con tendencias anacrónicas fascistas como Trump, y el surgimiento por primera vez en la historia estadounidense de una tendencia francamente de izquierda socialista como Bernie Sanders en el partido demócrata, etc. Que como puede verse palpablemente ha desbordado el marco de los dos partidos tradicionales estadounidenses en la lucha racial y cultural, que actualmente tiene incendiada la sociedad estadounidense y está anunciando precisamente una crisis de Hegemonía, que si se sabe utilizar correctamente en la calle, puede desencadenar un desarrollo importante y un avance de las fuerzas progresistas en el mundo.
Un contexto así genera necesariamente fuerzas encontradas, y así es como hay que entender no solo el aparecimiento del libro escrito en contra de su antiguo amigo y compañero el presidente Trump por Mr. John Bolton, un anciano militante en la fracción más fascista del partido republicano durante toda su carrera política y burocrática como subprocurador de Justicia de Ronald Reagan, subsecretario de Estado de George H. W. Bush, embajador de Estados Unidos ante las Naciones Unidas bajo George W. Bush y asesor de Seguridad Nacional de Trump. Como también los pasitos tun-tun, uno hacia adelante y otro hacia atrás típicos de esos peligrosos monigotes políticos, indecisos y al vaivén de los acontecimientos que no pueden controlar con sus bravuconadas y amenazas porque su origen está más allá de su despacho presidencial, como en el caso Trump: anunciar rayos y centellas contra Irán y los buques iraníes que venían con suministros petroleros a Venezuela para luego no hacer nada. Amenazar al dirigente norcoreano Kim con borrar su país de la tierra, luego abrazarlo zalameramente y finalmente no poder hacer nada ante el deterioro de la situación intercoreana. Iniciar una absurda y retrógrada guerra comercial con China para finalmente comprobar que la tiene perdida.
Ofrecer ayuda al fascismo colombiano y latino (Duque, Bolsonaro, Piñera, Almagro y el grupo de Lima) para imponer “violentamente” como presidente de la república bolivariana de Venezuela al autoproclamado Guaidog, para hoy día tener que comprobar que no era tan fácil como lo dijeron eufóricamente aquel 22 de febrero 2019 en Cúcuta, sino que por contrario, el pueblo bolivariano de Venezuela con su Unión cívico militar ha resultado ser un hueso duro de roer, y que dadas las circunstancias reales de la geoestrategia universal, ahora deberá abandonar a sus cipayos (especialmente al pobre subpresidente Duque) para tener que “negociar” con Maduro, porque el descompuesto y corrupto ejército colombiano está profundamente dividido y no está preparado para la guerra, los narco paramilitares oficiales enviados por el gobierno colombiano no han podido pasar de Cúcuta y cada día les “neutralizan más unidades” (según el propio lenguaje paraco), el facho Bolsonaro cada día cae más profundo en la putrefacción de su régimen y Piñera…¿qué decir de Piñera? Todos juntos no pudieron derrocar al gobierno bolivariano a pesar de todos la “opciones sobre la mesa” utilizadas.
El retrato hablado que hace Mr. Bolton en su libro contra su amigo Trump; tomando opiniones de personas cercanas o que han trabajado cerca del presidente, calificándolo como “un racista, estafador y tramposo”. “Más que una persona, Trump es un amasijo de comportamientos terribles, un tonto de mierda rodeado de payasos”. “Una persona sin la estatura moral para ser presidente por su falta de ética y su desapego de la verdad, es como un capo de la mafia”. “Un idiota que tiene la inteligencia de un niño” etc, y que muestran lo que todo el mundo ha venido viendo en sus noticias presidenciales, o leyendo sus trinos, o escuchando sus balandronadas durante sus tres largos años de presidencia (desde enero 2017) hacen pensar que más que una lucha por el poder en los EE.UU., o una alianza de Mr. Bolton con los demócratas para favorecer a su candidato presidencial Joe Biden, es una gran operación de desinformación en donde dos halcones fascistas partidarios de caotizar el mundo para salir de la crisis civilizatoria en la que nos encontramos, se encuentran volando pero trenzados por sus garras, cayendo vertiginosamente hacia el vacío.
Es un jugada a tres bandas: 1. Desinformar al pueblo de los Estados Unidos para hacerle creer que saliendo de Trump se resolverá la actual situación de la intensa lucha interracial y cultural, ergo, pueden seguir creyendo en su partido republicano en las próximas elecciones. 2. Una maniobra contra el gobierno bolivariano de Venezuela para ganar tiempo y hacer creer a los aliados europeos y al mundo en general que han abandonado a Guaidó y se encaminan por una “negociación del poder” en Venezuela. 3. Una señal a sus lacayos latinos del fascismo latinoamericano especialmente a Duque, a Bolsonaro, a Piñera, a la Añez y al divino-rostro-de-Almagro, que, en su caída irreversible a causa de tan protuberantes errores, han sido despedidos de sus funciones y cargos y se disponen a tirarlos al cesto de los objetos usados, como condones, pues los nuevos tiempos que están por llegar plantean nuevas caras y nuevas ilusiones por vender.
Saber interpretar lo que objetiva e históricamente han significado todos esos voluminosos libros “subjetivos” de memorias narcisistas, plagados de mentiras y acomodos, escritos por personajes que han tenido el mando y el Poder de potencias Imperialistas en coyunturas críticas de la Historia; desentrañar lo que callan, el blanqueo que hacen de sus imágenes o de su patrocinadores, y lo que han significado para la lucha de clases es una tarea honesta y consecuente que se le sigue imponiendo al pensamiento crítico en todas las épocas y circunstancias, para continuar avanzando hacia la emancipación de la explotación y de la opresión ahora presentadas como una sola.