Recomiendo:
0

Tanzania

Julius Nyerere, el sur siempre ha existido

Fuentes: Rebelión

Tanzania es una de las repúblicas emblemáticas de África del Este, se le conoce por albergar la montaña más alta de toda África, el Kilimanjaro de 5895 mts. Abundante en agua dulce, con grandes lagos como el Malawi, el Rukwa, el Tanganica y el muy conocido Lago Victoria. Para el nacimiento de Tanzania se unieron […]

Tanzania es una de las repúblicas emblemáticas de África del Este, se le conoce por albergar la montaña más alta de toda África, el Kilimanjaro de 5895 mts. Abundante en agua dulce, con grandes lagos como el Malawi, el Rukwa, el Tanganica y el muy conocido Lago Victoria. Para el nacimiento de Tanzania se unieron la legendaria isla de Zanzíbar en el océano Indico y Tanganika, fue en 1964. Juntas formaban un territorio de unos 950 mil kilómetros cuadrados.

Tanto Tanganika como Zanzíbar eran pueblos ocupados por Gran Bretaña. Aunque en Zanzíbar hubo una corta experiencia de independencia con la jefatura de un sultán en 1963. Sería el profesor y filosofo Julius Kambarage Nyerere, nacido en Boutiama, 13 de Abril de 1922 , que fundaría el Chama Cha Mapinduzi (CCM) o Partido Revolucionario de Tanzanía, y conjuraría las fuerzas independentistas de Tanganica y de Zanzíbar. La meta de Julius Oyere era un gobierno socialista para Tanganica (independizada en 1961) que a través de la administración de los ingentes recursos de su país lo convirtieran en la primera economía agrícola africana.

Así es, Nyerere era socialista. El autor del «Socialismo a la africana» al que se refieren algunos con desprecio sin analizar los maquiavelismos occidentales para labrar la derrota de los principios socialistas africanos. Julius fue muy cercano a los líderes de China Comunista y de la Unión Soviética. Su pensamiento socialista se resume en sus frases, pronunciadas en la Conferencia sobre Socialismo africano:


«El socialismo -como la democracia- es una actitud mental. En una sociedad socialista es la actitud mental socialista, y no la rígida adhesión a una norma política uniforme, lo que se necesita para conseguir que las gentes cuiden unas del bienestar de otras…No tiene nada que ver con la posesión o la no posesión de riqueza. Personas indigentes pueden ser capitalistas en potencia, explotadores de seres humanos prójimos suyos. Del mismo modo, puede ser socialista un millonario; puede dar valor a su riqueza sólo porque puede usarse en el servicio del prójimo. Pero el individuo que usa la riqueza con propósito de dominar a sus prójimos es un capitalista»
 (JN, abril de 1962)

El plan de Nyerere, se expandiría con la federación con Zanzíbar en 1964, de donde viene el nombre de Tanzania. Vale decir, que esta federación Tanganica – Zanzíbar, es una de las pocas que ha perdurado en África y en el mundo entero. El espíritu de Julius Nyerere parece no olvidarse en el África del Este, donde hoy luce evidente una federación con Kenia y Uganda. Y es que él durante toda su vida pública abogó resueltamente por la unidad africana y contra el Apharteid, siendo uno de los principales soportes políticos de Mandela.

Julius Nyerere, concedió una importancia fundamental a la educación del pueblo, y con ello al debate de las ideas para el progreso socio económico, con la intención de superar la dependencia económica y la penetración cultural de las potencias europeas. En el aspecto cultural sostuvo que la masificación de las lenguas indígenas era esencial para la unidad nacional. Cuando abandona voluntariamente el poder en 1986, vuelve a su pueblo Boutania, para cultivar literalmente el suajili, la lengua, decretada por Nyerere, oficial de Tanzania (de 1% de la población que la hablaba en 1962, su porcentaje se incremento a 90% en 1986). En la actualidad el suajili es hablado por unos 120 millones de africanos, principalmente en África del Este.

Julius Nyerere, se vincularía a Venezuela, al recibir en 1992 el Premio Simón Bolívar de la UNESCO, junto contra la revolucionaria de Birmania, Aung San Suu Kyi y en esa ocasión declaró lo siguiente:

«Las innovaciones científicas y tecnológicas han convertido al mundo en un mundo para lo bueno y lo malo. Los países están obligados a vivir juntos. Y la cuestión que se plantean ellos (y nosotros) es la de saber si nosotros y nuestras naciones queremos vivir en una comunidad mundial civilizada o en una serie de estados belicosos en los que reina la ley de la selva».

De su paso como Presidente de la histórica Comisión del Sur, creada por el Movimiento de Países No Alineados, que operó desde 1987 a 1990, concluimos con un extracto del informe final de esa institución, la cual alumbró la figura inmensa del africano universal que murió en 1999, es la definición de desarrollo desde la perspectiva de los pueblos del Sur:

«(El desarrollo es) un proceso que permite a los seres humanos utilizar su potencial, adquirir confianza en si mismos y llevar una vida de dignidad y realización. Es un proceso que libra a la gente del temor a las carencias y a la explotación. Es una evolución que trae consigo la desaparición de la opresión política, económica y social, es un proceso de crecimiento, un movimiento que surge desde la sociedad que se está desarrollando»
(
Comisión Sur. Desafío para el sur, 1992).