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Kenia: la lucha ejemplar de los jóvenes que exigen la caída del Gobierno de Ruto

Fuentes: Rebelión

Kenia es un país con poco más de 50 millones de habitantes y bañado por el océano Índico. Como toda nación semicolonial sufre y lucha contra la crisis global del capitalismo que dio sucesivos saltos en 2008-2009, 2019, la epidemia de Covid, la crisis alimentaria como consecuencia de la guerra en Ucrania y como si fuera poco, también se ve afectado por las consecuencias de los desastres climáticos.

Kenia es un país con poco más de 50 millones de habitantes y bañado por el océano Índico. Como toda nación semicolonial sufre y lucha contra la crisis global del capitalismo que dio sucesivos saltos en 2008-2009, 2019, la epidemia de Covid, la crisis alimentaria como consecuencia de la guerra en Ucrania y como si fuera poco, también se ve afectado por las consecuencias de los desastres climáticos.

Si tenemos este conjunto de desgracias que se abaten sobre el pueblo keniano, también tenemos una espectacular respuesta del movimiento de masas, especialmente de la juventud y que la vanguardia luchadora de otros países necesita conocer.

Todo empezó con las inundaciones

El conjunto de trece barrios marginales, con más de 500.000 habitantes y que forman parte del complejo Mathare, en la capital Nairobi, fue escenario de violencia en los ríos Mathare y Getathuru la noche del 24 de abril. Las inundaciones provocaron más de 200 muertos y 200.000 personas sin hogar (casi la mitad de la población de Mathare). Al final de la inundación, viviendas e infraestructura quedaron destruidas, además de la falta de recursos de subsistencia. Este y otros eventos climáticos se han vuelto comunes, y el Gobierno no se ha molestado en evitar las consecuencias de estos desastres climáticos.

Quince días después de las inundaciones, el 8 de mayo, los habitantes de Mathare se manifestaron contra la demolición de las casas afectadas por la inundación. El Gobierno dijo que daría 75 dólares a título de indemnización por cada casa demolida. Y no dio. La manifestación fue duramente reprimida por paramilitares de la General Service Unit [Unidad de Servicios Generales], que también se encuentra en Haití.

De esta manifestación surgió el lema: “Que los gritos de los marginados no pasen inadvertidos como lágrimas en la lluvia”[1]

Ruto presenta un proyecto de aumento de impuestos y comienzan las movilizaciones

El 18 de junio comenzaron las manifestaciones contra el aumento de impuestos para generar divisas y atender al FMI. William Ruto, actual presidente y ex miembro de la milicia de derecha Youth por Kanu (YK92) durante la dictadura de Moi, actuó rápidamente y comenzó la represión. El primer día, 200 personas fueron arrestadas. El día 19 las manifestaciones se masificaron y la represión aumentó con el uso de munición real y el asesinato del joven Rex KanyikeMasai.

Los jóvenes asumen la dirección de las luchas

África es el continente donde 70% de la población tiene menos de 30 años. Este hecho es la expresión de la diáspora africana por migraciones económicas, refugiados de dictaduras o fugitivos de milicias y guerras. Estos jóvenes son la punta de lanza en la lucha contra el costo de vida, el desempleo, las dictaduras, etc. Este fue el caso en Sudáfrica con las “fees mustfall” [“tarifas deben caer”], contra la represión policial en Nigeria, contra la reelección de Mack Sall en Senegal, en las marchas tras la muerte del músico Azagaia en Mozambique, contra el aumento de los combustibles en Angola, etc.

Kenia tampoco es diferente. Los jóvenes intervinieron por medio de las redes sociales bajo los hashtags #RejectFinanceBill2024 y #OccupyParliament. Tras la muerte del activista Rex Kanyike, lanzaron la campaña “Siete días de lucha” con protestas planificadas utilizando los hashtags #OccupyStateHouse y #totalshutdown.

Contra los pilares del Estado burgués

La juventud keniana, sin empleo, con alta inflación, indignada por la represión en Mathare y sabiendo que sus diputados y jueces ganan más que sus homólogos de algunos países del G7, fue a la lucha contra los pilares del Estado burgués. Invadió la Asamblea Nacional y la Corte Suprema.

De hecho, los jóvenes, inconscientemente al no tener una dirección revolucionaria, se levantaron contra el Estado burgués en su conjunto. Contra la policía, los parlamentarios, los jueces y el propio presidente Wiliam Ruto.

Pare, tome un respiro y vea lo que hicieron los jóvenes kenianos en una semana

El 25 de junio invadieron e incendiaron parte de la Asamblea Nacional. De paso, se sirvieron la comida destinada a los honorables diputados y senadores. El símbolo que representa la autoridad del parlamento, una manzana dorada, fue tomada y llevada a una asamblea popular en una zona libre y alejada de la Asamblea Nacional.

Los parlamentarios, acorralados y amedrentados, tuvieron que huir por un túnel subterráneo llamado “rota panya” o ruta de las ratas. Este era el mejor lugar para los diputados rata. Cuando aprobaron la Ley de Finanzas pasaron a ser llamados ratas voraces y sólo por la “ruta panya” pudieron huir.

La Asamblea Nacional fue sólo la primera etapa. Luego invadieron el edificio de la Corte Suprema. Saquearon y destruyeron parte de la oficina del presidente del Tribunal Supremo, aliado de Wiliam Ruto y miembro de KenyaKwanza (KK), la alianza que gobierna el país. También fueron incendiadas la oficina del alcalde de Nairobi, así como las sedes de los partidos políticos y las casas de los parlamentarios que votaron a favor del proyecto de Ley de Finanzas.

El ímpetu y la furia se extendieron inmediatamente por todo el país. Fueron siete días de luchas, que comenzaron el 21 y se prolongaron hasta el 27 de junio. El punto culminante fue el día 25, que los jóvenes llamaron jocosamente Supermartes cuando invadieron el parlamento.

Jóvenes kenianos: Generación Z y autoorganización

La mayoría de la vanguardia de estas luchas se autodenomina Generación Z, es decir, los que nacieron después de 1995. La principal característica de este movimiento es que no tienen vínculos con las organizaciones tradicionales y que utilizaron las redes sociales para movilizarse. Al actuar fuera de los aparatos sindicales o de las organizaciones estudiantiles, pudieron escapar del control de estas organizaciones burocratizadas y dependientes del Estado burgués.

Si esta autonomía permitió la autoorganización, por otro lado, redujo la participación y la discusión colectiva de los rumbos del movimiento y no generó organizaciones más sólidas para la vanguardia y para el desarrollo del movimiento mismo.

Tres semanas de movilizaciones. Ruto destituye a ministro, asesores y fiscal general

Después de tres semanas de movilizaciones, represión con decenas de muertos, secuestros y detenciones, Ruto se vio primero obligado a retirar el proyecto de ley que aumentaba los impuestos, pero el movimiento exigía mucho más. Exigía Fuera Ruto y, en un intento por salvarse, este despidió a sus ministros, asesores y al propio Fiscal General. El diario África News describió los cambios de la siguiente manera:

“El presidente de Kenia, William Ruto, despidió el jueves a casi todos sus ministros y prometió formar un nuevo gobierno que será enjuto y eficiente tras semanas de protestas contra los altos impuestos y el mal gobierno. En un discurso televisado, el presidente también despidió al fiscal general y dijo que los ministerios serán administrados por sus secretarios permanentes. Ruto dijo que tomó la decisión después de escuchar al pueblo y que formaría un gobierno de base amplia después de consultas”.[2]

Tras la dimisión de todos los ministros, los jóvenes recomienzan: Fuera Ruto

El martes (16/07), después de un mes de luchas, la llama de la furia no se apagó. Los jóvenes volvieron a salir a las calles con el lema Fuera Ruto. Una vez más, la represión fue violenta y ese día otro activista fue asesinado, llegando a la expresiva cifra de 50 muertos, según datos de organismos de Derechos Humanos.

El Gobierno amenaza prohibir las manifestaciones en Nairobi, los jóvenes desafían al Gobierno y se programan nuevas manifestaciones.

Algunas lecciones que aprender del proceso keniano

En primer lugar, es necesario reivindicar el proceso de luchas de esta juventud contra las políticas de recorte del gasto público, el desempleo y la inflación, y también contra la violencia policial presente en el día a día de los jóvenes.

El otro elemento es valorar el papel de las redes sociales como instrumento de movilización y, al mismo tiempo, reconocer sus límites en el proceso de organización democrática y participativa de la vanguardia.

El otro elemento fundamental es la elaboración de un programa independiente de los patrones y del Gobierno. En este sentido, las pocas organizaciones, como el Partido Comunista de Kenia, juegan un papel nefasto al decirles a estos jóvenes que la tarea central es: ¡Patria o Muerte! ¡O es Kenia para todos o Kenia para nadie!

Para nosotros de la Liga Internacional de los Trabajadores, la tarea central es expulsar a las empresas transnacionales que roban los recursos naturales, y al FMI. Y construir un país para los trabajadores, la juventud y el pueblo pobre.

– Todo el apoyo a la lucha de la juventud keniana.

– Prisión y castigo de policías y milicianos responsables de más de 50 muertes.

– Fuera Ruto.

– Fuera las corporaciones transnacionales y el FMI

– Por un gobierno de los trabajadores, de la juventud y del pueblo pobre.

Traducción: Natalia Estrada.

Notas:

[1] May the cries ofm the marginalised not goun noticed like tears in the rain – https://ukombozireview.com/issue-17/may-the-cries-of-the-marginalised-not-go-unnoticed-like-tears-in-the-rain/

[2] Kenyan president dismisses all cabinet ministers after week sof protests – https://www.africanews.com/2024/07/11/kenyan-president-dismisses-all-cabinet-ministers-after-weeks-of-protests/

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autpres mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.