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La actual crispación política es antipedagógica para jóvenes y adolescentes

Fuentes: Nueva Tribuna

Se inicia un nuevo año y, de hecho, una XV legislatura compleja y de dudosa duración y eficacia para los enormes retos que, como país, tenemos. Al mismo tiempo continúa creciendo una monumental bronca y crispación política, donde los mass media y las redes sociales actúan de potentes altavoces hacia el ámbito social y, por lo tanto, llega  hasta los menores, a la adolescencia y juventud y a su relación entre iguales, con sus familias y con el profesorado. Ello, en mi opinión, es altamente preocupante, por antipedagógico y antisocial.

Cada momento, cada hora, cada día… se construye la sociedad del futuro. Cómo va a ser y cómo se va a comportar. Por ello, esta alta agresividad e intolerancia política forman parte de los cimientos del edificio del mañana. Si éstos surgen agrietados, el edificio de la sociedad del futuro será poco consistente en cuanto a los valores de convivencia y tolerancia que toda sociedad democrática exige. Y cualquier terremoto, por pequeño que sea, causará estragos.

Esta zafia relación de confrontación que existe en la política española respaldada y jaleada por los “hooligan” fanáticos de cada partido o grupos de partidos, repercute en el estado de ánimo de jóvenes y adolescentes de forma sustancial. Hecho que no es percibido -en toda su dimensión- por la sociedad en general, ni por la “clase política”, en particular, ya sea por mediocridad o ya sea por falta de escrúpulos.

La mayor responsabilidad de todo ello recae en los actuales líderes y personas más visibles de cada formación política. Ellas y ellos son los responsables, junto a quienes, desde los medios de comunicación y las redes sociales, influyen notablemente en la infancia, adolescencia y juventud.

Si a esta situación, ya compleja y determinante, se añaden cuatro factores como son: que, en la actualidad, hay enormes carencias en Educación Cívica, tanto en el ámbito familiar, como en el escolar; que fue una muy desacertada decisión política que en la última reforma educativa (LOMLOE), aprobada curiosamente por una mayoría parlamentaria de centro izquierda, se eliminara del currículo de la enseñanza obligatoria las humanidades y, esencialmente, la filosofía como materia; la progresiva adicción de jóvenes y adolescentes a las redes sociales sin límite, a ciertos videojuegos, a entornos tecnológicos violentos y al mal uso de la inteligencia artificial y, por último, las enormes carencias de democracia participativa real de jóvenes y adolescentes en cuanto a su realidad y problemática escolar y social, es decir la falta de cauces reales de participación democrática en las decisiones que se toman en los centros escolares y en otros ámbitos vecinales y/o sociales. Porque la democracia y la convivencia se aprende practicándola. Si no se practica, se carece de ella.

Como consecuencia de todo ello, por ejemplo, se detecta un aumento considerable de acoso escolar y social (bullying) presencialmente y a través de las redes sociales entre jóvenes y adolescentes. E, incluso (ya) entre menores muy pequeños.

También se detecta un aumento constante y preocupante de perfiles patriarcales en las relaciones entre parejas de jóvenes y adolescentes. Además de una errónea percepción de las relaciones afectivo sexuales.

Hay un aumento de crispación, ya sea en las relaciones habituales presenciales, como a través de las redes sociales y otros instrumentos de última generación, como la mencionada inteligencia artificial, tecnología que va en aumento y es imparable. Además se percibe, con preocupación en el ámbito escolar.

Otra consecuencia que debería preocupar es que el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses viene advertido de un aumento del consumo de sustancias tóxicas, por ejemplo en 2022 se registró  un incremento del 29% con respecto a 2021. También se percibe un aumento de intentos de suicidios entre adolescentes, sobre todo entre 11 y 15 años.

Toda esta situación provocada, en parte, por la habitual crispación política representa un muy peligroso “caldo de cultivo” que es muy preocupante y que, a corto y medio plazo, actúa y actuará contra la igualdad de hombres y mujeres, con el decaimiento del respeto cívico y con el peligro de adoptar fórmulas políticas totalitarias.

También, ya de hecho, está afectando negativamente a la participación democrática de las y los jóvenes en el ámbito de la sociedad civil y por supuesto repercutirá, muy negativamente, en los principios democráticos de convivencia y tolerancia social a corto y largo plazo.

A toda esta circunstancia hay que añadir que aproximadamente a partir de los 16/20 años, un porcentaje cada vez más alto de jóvenes perciben una enorme inseguridad por su futuro, ante un panorama muy complejo para poder emanciparse de sus familias, como son las muy enormes dificultades para acceder a una vivienda digna o tener un empleo estable y no precario. La situación de las y los jóvenes es altamente difícil.

Concluyendo, la crispación, agresividad y polarización política (mediática y social) es altamente antipedagógica para la sociedad en general y para las y los jóvenes y adolescentes en particular, cuyas consecuencias negativas, de no cambiar, se observarán en unos años. De hecho, ya se dan los primeros síntomas.

Fuente: https://www.nuevatribuna.es/articulo/actualidad/actual-crispacion-politica-antipedagogica-jovenes/20240111092807221860.html