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La Caravana «Abriendo Fronteras» viaja a Melilla

Fuentes: TopoExpress

La caravana «Abriendo Fronteras» este año viaja a Melilla, entre el 14 y el 22 de julio, para dar continuidad a la iniciativa que el año pasado implicó a numerosos colectivos en un viaje a Grecia para reivindicar el derecho de libertad de movimiento para todas las personas y denunciar las actuales políticas migratorias convertidas […]

La caravana «Abriendo Fronteras» este año viaja a Melilla, entre el 14 y el 22 de julio, para dar continuidad a la iniciativa que el año pasado implicó a numerosos colectivos en un viaje a Grecia para reivindicar el derecho de libertad de movimiento para todas las personas y denunciar las actuales políticas migratorias convertidas en tanatopolíticas (mecanismo destructor de vida humana consentido o arbitrado por el Estado que la tiene bajo su jurisdicción) que se están aplicando en la UE y en concreto en nuestro país.

El objetivo de esta nueva iniciativa es denunciar «las políticas en materia migratoria y de asilo que durante los últimos 30 años han vulnerado de forma flagrante los Derechos Humanos y las convenciones y acuerdos internacionales» generando situaciones insostenibles en ciudades transfronterizas y que tiene su máxima expresión en nuestro país en Melilla. Tal y como señalan en el nuevo manifiesto que suscriben las más de 100 organizaciones convocantes, el objetivo de esta nueva Caravana es «demandar que se respeten los derechos de millones de personas que huyen de la guerra, del hambre, de la trata o del tráfico de personas, de las consecuencias del cambio climático o de la persecución y la violencia en sus múltiples formas». Es necesario el restablecimiento de la legalidad en la Frontera Sur pues llevan décadas en un estado de excepción permanente.Las fronteras no suelen ser límites geográficos o naturales, tampoco son únicamente un límite jurídico administrativo, las fronteras son herramientas que el poder utiliza para producir más poder o para regular el ejercicio de este. El control fronterizo ha ido evolucionando según las necesidades de este poder, los antiguos y engorrosos peajes para regular el paso de mercancías se han ido optimizando para permitir el paso rápido de todo aquello que genera valor. Una de las «mercancías» más costosas de regular, de momento, de iniciativa propia, es la «mercancía humana» así que se están regulando estos flujos intentando reducir la «iniciativa propia» de las personas. Y esta regulación se ha tornado en unas políticas migratorias asesinas. Como dijo Hanna Arendt «poder ir donde se quiera es el gesto original de ser libre, mientras que la restricción de la libertad ha sido desde tiempos inmemoriales el preludio de la esclavitud». Actualmente ya sabemos que hay mercados de esclavos en Libia en pleno siglo XXI.

La nueva Caravana pretende poner en el foco del debate público situaciones inaceptables que los Estados europeos y el Estado español están implementando como son los siguientes: las devoluciones colectivas ilegales (devoluciones en caliente sin ajustarse nunca a Derecho que se producen a diario una vez que las personas se encuentran en territorio europeo al cruzar las vallas de Ceuta y Melilla); la omisión de socorro a personas que se encuentran en pateras en aguas españolas (y a quienes en lugar de socorrer y salvar la vida como dicta el Derecho del Mar, se les deja con frecuencia a la deriva avisando a la gendarmería marroquí para que se las lleven, aún estando en aguas españolas); el abandono de los niños y niñas migrantes que viven en la calle en Melilla y a quienes no se protege como obliga la legislación y el principio del interés superior del menor; la existencia de los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) donde permanecen encerrados sin protección personas que no han cometido ningún delito; los vuelos ilegales de deportación; los discursos de miembros del Gobierno utilizando argumentos propios de la extrema derecha que fomentan el racismo y la xenofobia, el desprecio y el rechazo; la externalización de fronteras mediante el pago de miles de millones de euros a terceros países para que ejerzan la violencia más cruel contra las personas que se ven forzadas a migrar porque tales actuaciones serían un escándalo si ocurrieran dentro de nuestras fronteras; los acuerdos ilegales para realizar deportaciones masivas como el de la UE con Turquía, o el de España con Marruecos; el incumplimiento de los compromisos de reasentamiento de personas refugiadas; el creciente gasto en blindaje de fronteras y recursos humanos para la expulsión y el rechazo de personas que huyen del horror y del terror junto a la disminución del gasto en acogida humanitaria.

Los derechos humanos son negociables tanto para la Unión Europea como para Marruecos. El derecho de las personas a la libertad de circulación, o la elección de residencia y de salida de un país, dependen de la estabilidad de determinados acuerdos y de las relaciones diplomáticas de Marruecos con España o Europa.

Tanto Melilla como Ceuta son ciudades que dependen directamente del Estado central, donde los recortes se han acusado más que en otras comunidades o regiones. Siempre se expresa una sensación de abandono y en ese contexto, no son pocos los que creen que los problemas que padecen son provocados por los migrantes.

La presencia de menores en la calle se ha normalizado bajo las siglas MENA (Menor Extranjero No Acompañado), que arrojan una capa de invisibilidad sobre lo que son: niños. Mientras el lenguaje los cosifica, una parte representativa de la población ha situado el foco en la supuesta inseguridad que generan. Para el gobierno de Melilla solo hay dos alternativas: devolverlos a Marruecos o trasladarlos a centros de la Península. Reconocen la impotencia para resolver la cuestión porque la ciudad acoge a más niños de los que puede. Entre los tres centros de menores de Melilla suman 280 plazas de acogida, pero en ellos se hacinan en la actualidad unos 470 niños y niñas, a los que se suman varias decenas viviendo en la calle siendo víctimas de agresiones, abusos, enfermedades, peleas y consumo de pegamento. El número de estos últimos varía según la fuente consultada y la temporada. También es frecuente verlos en Beni Enzar, la ciudad fronteriza del lado de Marruecos.  El 92% de los niños que han pasado por el centro de menores de La Purísima manifiestan haber sido tratados de forma violenta. Muchos de ellos no reciben el permiso de residencia temporal que contempla la ley cuando cumplen los 18 años y quedan entonces en el limbo pues el mismo día que los cumplen son expulsados de los centros. Con esa perspectiva, prefieren adelantar el momento para cruzar el Mediterráneo como polizones arriesgando sus vidas.

Con la intención de hacer patente la presencia de las mujeres como protagonistas y sujetos políticos de los procesos migratorios, la Caravana «Abriendo Fronteras» contará con una caravana feminista, sumando los esfuerzos de aquellos colectivos que afrontan el fenómeno migratorio desde una perspectiva de género. Las mujeres que transitan por las ciudades de Ceuta y Melilla sufren una triple discriminación, según indica un informe de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA): la primera, por el simple hecho de ser mujer; la segunda, por ser extranjera; y la tercera, por la situación de inseguridad personal que les supone encontrarse entre la legalidad y la ilegalidad, que les hace carecer de un apoyo legal. Según se detalla en el informe, «se trata de un colectivo especialmente vulnerable expuesto a abusos y situaciones de discriminación (incluso malos tratos y explotación) ocultas en la mayoría de las ocasiones». El componente de género es un plus en la violación de los derechos humanos, que además tiene un elemento añadido que es el de la invisibilidad. En Melilla y Ceuta merece ser destacado por su singularidad el colectivo de las porteadoras que son una mayoría de mujeres trabajadoras de origen marroquí que transportan mercancías de forma alegal en la región fronteriza y que, bajo la impunidad de un comercio no regulado, son objeto de agresiones verbales y físicas por parte de los agentes de seguridad del Estado. Estas mujeres, cuya edad oscila entre los 35 y los 60 años, viven de una actividad que consiste en transportar fardos desde Ceuta o Melilla a territorio marroquí sobre las espaldas (cada fardo puede pesar hasta 90kg) para a cambio recibir un salario de entre 3 y 5 euros por fardo. Las porteadoras, como explica el informe, son la expresión feminizada del llamado «comercio atípico» de la región fronteriza (que genera unos 1000 millones de euros de beneficios entre ambas ciudades), que permite la circulación de mercancías entre Ceuta y Marruecos, puesto que entre ambas ciudades no existe una aduana comercial, aunque sea de forma ilegal y sin derechos para las trabajadoras.

Otras ocupaciones en régimen de explotación para las mujeres en Melilla son el servicio doméstico donde mujeres residentes extranjeras, transfonterizas o indocumentadas trabajan en términos de explotación que en el caso de estas últimas llega a situaciones de esclavitud o la prostitución en manos de las mafias.

Durante la caravana se realizarán actos de denuncia frente a varios CIEs, exigiendo su cierre pues son agujeros donde los derechos humanos no están presentes. Según la ley los CIE «son de carácter no penitenciario» pero en ellos las personas extranjeras están privadas de libertad, entre rejas, y con instalaciones que no tienen condiciones mínimas. En concreto en el CIE de Algeciras conviven inmigrantes penados con los que tienen una simple falta administrativa en una antigua cárcel y desde el principio se ha vnido denunciando su situación. Todos los informes que se han presentado en torno al CIE de Algeciras, entre ellos los del Defensor del Pueblo, la Fiscalía General del Estado y las ONG han aludido de forma reiterada a la impronta carcelaria de este centro, incluso el propio Fiscal de Extranjería de Algeciras ha declarado abiertamente que «las instalaciones son horripilantes». También han denunciado sus condiciones la Jueza de Control del CIE y el SUP y el Defensor del Pueblo pidió su cierre en 2010. Recientemente los hombres han sido trasladados a otros centros por las condiciones insalubres del viejo edificio pero no así las mujeres.

Las tanatopolíticas migratorias necesitan de la indiferencia social por parte de la sociedad civil y por eso la caravana quiere hacer público que la ciudadanía no es cómplice de ellas y seguirá denunciándolas y exigiendo a nuestros gobernantes que apliquen la legislación vigente y respeten los Derechos Humanos. Por ello unos 8 autobuses de todo el estado español con más de 400 personas viajaremos en la caravana «Abriendo Fronteras» a Andalucía y Melilla del 14 al 22 de julio.

Fuente: http://www.elviejotopo.com/topoexpress/la-caravana-abriendo-fronteras-viaja-melilla/