Una nueva batalla se avecina en torno al controvertido tema de los derechos humanos: A partir del 14 de marzo y hasta el 22 de abril Ginebra será el escenario, como cada año, del período de sesiones de la Comisión de la ONU encargada del polémico asunto. Las labores de los 53 países que la […]
Una nueva batalla se avecina en torno al controvertido tema de los derechos humanos: A partir del 14 de marzo y hasta el 22 de abril Ginebra será el escenario, como cada año, del período de sesiones de la Comisión de la ONU encargada del polémico asunto.
Las labores de los 53 países que la integran se ha visto cada vez mas lastrada por la manipulación política, a cargo de un reducido grupo de naciones encabezadas por Estados Unidos.
Presiones directas ejercidas en el propio lugar o desde la Casa Blanca sobre los gobiernos de los estados de menor desarrollo -unos 40- se han convertido en un lugar común.
De esta manera el foro deviene virtual tribunal inquisidor contra los países del Sur y todos aquellos opuestos a sus planes estratégicos de dominación política e ideológica.
Ello explica por qué la comisión no ha podido evaluar y mucho menos condenar a EEUU por las graves violaciones de los derechos humanos ocurridas en sus propias cárceles y las que mantiene en Irak, Afganistán y en la ilegal Base Naval instalada en Guantánamo.
Las torturas, oficialmente autorizadas como método de interrogatorio por Washington, y las infrahumanas condiciones de vida existentes en esas instalaciones, de las que hay abundantes pruebas gráficas y testimonios de reclusos recién liberados, parecen ‘resultar insuficientes’ para incluir el tópico en la agenda de la reunión.
Ejemplo de hasta donde la Comisión de Derechos Humanos está maniatada tuvo lugar el pasado año, durante el 60 período de sesiones, cuando Cuba se vio precisada a retirar la propuesta presentada, consistente simplemente en crear un grupo que investigara qué ocurría con los ciudadanos afganos y de otras procedencias internados en Guantánamo.
No fueron pocos los jefes de delegaciones que llegaron apenados hasta la representación cubana para hacerles saber sus limitaciones y solicitar el retiro de la proposición.
Sin duda alguna la Comisión está contaminada de manipulación política y urge rescatarla de un padecimiento que suele ser mortal para cualquier organismo vivo.