En 2009 la comunidad latina en Estados Unidos sufrió uno de los años más difíciles de los últimos tiempos, con una tasa de desempleo superior a la media nacional, un oleada sin precedentes de casas perdidas por impago de hipotecas y el fantasma del retorno a los países de origen para los inmigrantes sin trabajo. […]
En 2009 la comunidad latina en Estados Unidos sufrió uno de los años más difíciles de los últimos tiempos, con una tasa de desempleo superior a la media nacional, un oleada sin precedentes de casas perdidas por impago de hipotecas y el fantasma del retorno a los países de origen para los inmigrantes sin trabajo.
La primera potencia mundial cerró el año con un índice de desempleo de 10 por ciento, pero entre los latinos la tasa fue de 12.9 por ciento, con un impacto especialmente devastador en el sector de la construcción, donde uno de cada cuatro trabajadores son latinos y la tasa de desempleo global es de 22.5 por ciento.
En los pasados 12 meses el desempleo, que subió 3 por ciento globalmente en Estados Unidos (sin precedentes desde 1949) aumentó 3.4 por ciento entre los latinos, grupo que es superado sólo por la comunidad afroamericana, con un desempleo en diciembre de 2009 de 16.2 por ciento.
A pesar de una leve recuperación en noviembre, las cifras son tozudas, reconoció el pasado viernes la secretaria de Trabajo estadunidense, Hilda Solís, en entrevista con corresponsales latinos.
Lo más inquietante para esta comunidad en estos momentos es el desaliento, añadió Solís. Eso es algo que sucede típicamente cuando la gente agota su seguro de desempleo: dejan de seguir buscando, añadió.
Solís, uno de los dos miembros de origen latino que conforman el gabinete del presidente Barack Obama, pidió un esfuerzo a los hispanos en esta época. Mi mensaje es que no nos demos por vencidos: tenemos que seguir buscando trabajo, buscar reciclaje profesional. Tenemos que hacer cambios y convencer a la gente en nuestras comunidades de que llegó el tiempo de hacer esas inversiones, planteó.
El gobierno informó que durante diciembre del año pasado se perdieron en Estados Unidos 85 mil puestos de trabajo y un total de 4.6 millones de puestos en 2009, la cifra más elevada desde 1939. En este contexto la tasa nacional de desempleo llegó a 10 por ciento. Sin embargo, entre la comunidad latina la desocupación llegó a casi 13 por ciento, lo que confirma la tendencia que en malos tiempos económicos ésa es la minoría que más sufre las consecuencias.
Para quienes no pueden soportar la angustia de la falta de trabajo, un nuevo fenómeno está apareciendo: el retorno a sus países de origen, aunque los expertos no se ponen de acuerdo sobre su importancia.
Pueblos mexicanos o centroamericanos, que durante lustros vivieron casi exclusivamente de las remesas que mandaban los hombres que emigraron legal o ilegalmente a Estados Unidos, ven cómo algunos de ellos regresan con la manos vacías.
En consulados como el mexicano en Phoenix (Arizona), inmigrantes triplicaron sus solicitudes de transferencia escolar para sus hijos, un signo de que vuelven a su país para quedarse. Pero el instituto de estudios Pew Hispanic Center detectó que el promedio de mexicanos que regresan a su país fue de 433 mil entre febrero de 2008 y febrero de 2009, casi sin cambios respecto al año pasado.
No hemos descubierto que regresen más, pero sí hemos encontrado cifras que indican que muchos menos intentan entrar al país, explicó Rakesh Kochhar, del Pew Hispanic Center.
La crisis económica estadunidense se originó por la burbuja inmobiliaria y los latinos resultaron también muy afectados por su desastroso estallido. Alrededor de un millón 300 mil hogares latinos perderán su casa a causa de hipotecas impagables en los próximos cuatro años, calcula La Raza, el principal grupo de presión latina.
La organización ha pedido medidas urgentes al Congreso para seguir apoyando a los latinos, como nuevos programas de trabajo temporal financiados con un nuevo plan de estímulo económico.
Como el resto de los trabajadores, los latinos, nacidos o no en Estados Unidos, mejorarán como el resto de empleados, confía sin embargo Kochhar.
http://www.jornada.unam.mx/2010/01/10/index.php?section=economia&article=015n2eco