Las cámaras y los tituares ya no apuntan a Libia con la misma intensidad que hace un año, pero en el país norteafricano se siguen cometiendo atentados contra los derechos humanos . Amnistía internacional ha denunciado la muerte de otro civil, que ha sido torturado hasta la muerte por los antes llamados rebeldes libios, hoy […]
Las cámaras y los tituares ya no apuntan a Libia con la misma intensidad que hace un año, pero en el país norteafricano se siguen cometiendo atentados contra los derechos humanos .
Amnistía internacional ha denunciado la muerte de otro civil, que ha sido torturado hasta la muerte por los antes llamados rebeldes libios, hoy en el poder, en un centro de detención de Misrata (puedes leer el texto completo aquí). Se trata de Barnous Bousa, de 44 años y padre de dos hijos , cuyo cadáver ha sido entregado esta semana a su familia lleno de magulladuras y cortes, además de una herida abierta en la cabeza.
La comunidad tawargha, de raza negra, está sufriendo la represión más encarnizada en la nueva Libia , ya que son confundidos con antiguos partidarios de Gadafi durante la intervención de la OTAN.
«Toda la población de la ciudad de Tawargha, alrededor de 30.000 personas, ha sufrido abusos a manos de las milicias armadas como represalia por la imagen de lealtad de la localidad al anterior gobierno», denuncia Amnistía Internacional. «Desde entonces, las milicias armadas de Misrata persiguen a los tawarghas por toda Libia , llevándose a los varones de campos para personas desplazadas, casas, puestos de control e incluso hospitales», asegura.
Sin embargo, Bousa no era un combatiente, sino un civil que huyó de su casa durante el conflicto armad o y se estableció en Sirte. Cuando los combates llegaron a la ciudad, Bousa salió junto a otros civiles que huían de los enfrentamientos, y fue entonces capturado por los rebeldes.
«Esta muerte brutal pone de relieve los peligros que siguen acechando a los detenidos en la nueva Libia «, ha declarado Hassiba Hadj Sahraoui, directora del Programa Regional para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional. Hassiba se pregunta: «¿ Cuántas personas más van a morir por torturas hasta que las autoridades se den cuenta de la gravedad de la situación y cumplan sus promesas de investigar y enjuiciar estos crímenes , y de acabar con ellos?»dí
No es la primera vez que Amnistía Internacional denuncia las torturas realizadas por los rebeldes libios. En varias ocasiones, la organización de defensa de derechos humanos ha detectado numerosos casos, sobre todo en ciudades como Trípoli, Misrata y Gheryan. Incluso realizó un informe, a finales de 2011, centrado en este tema, titulado ‘Las milicias amenazan las esperanzas de la nueva Libia’.
Misrata, agujero negro para los derechos humanos
El centro de detención de Misrata, controlado por el Comité de Seguridad de Misrata y creado por el ayuntamiento de la ciudad, es una de las cárceles donde más atentados contra los derechos humanos se están produciendo.
Médidos sin Fronteras anunció en enero que suspendía sus operaciones en los centros de detención de como respuesta a supuestas torturas que habían practicado los oficiales a presos y a la posterior denegación de tratamiento médico.
Desde que inició sus actividades en la zona, la organización había tenido que tratar » cada vez a más pacientes con lesiones debidas a torturas en los interrogatorios». En total, MSF trató a 115 personas con heridas relacionadas con torturas .