La mayoría de medios de comunicación llevaban días mostrando la cuenta atrás para las elecciones presidenciales y para el primer debate televisivo entre los candidatos Obama y McCain, sin embargo, los acontecimientos de las últimos días ha alterado el guión preestablecido. La crisis financiera puesto patas arriba toda la campaña electoral, y de momento parece […]
La mayoría de medios de comunicación llevaban días mostrando la cuenta atrás para las elecciones presidenciales y para el primer debate televisivo entre los candidatos Obama y McCain, sin embargo, los acontecimientos de las últimos días ha alterado el guión preestablecido. La crisis financiera puesto patas arriba toda la campaña electoral, y de momento parece ser el candidato demócrata el más beneficiado de todo ello.
Tras la finalización de las convenciones el candidato republicano había logrado recortar la ventaja de Obama e incluso parecía haber asegurado en cierta medida su posición en algunos estados claves como Ohio y Florida, y en ese momento ha aparecido en escena la crisis, lo que ha llevado a algunos comentaristas conservadores a manifestar con cierta ironía que «tal vez han sido los demócratas los que han creado la misma para derrotar a su adversario y cortar de raíz su recuperación».
Lo cierto es que en estos momentos el protagonismo está en manos de una crisis que no augura nada bueno. De todos modos, y tal y como señalan algunos medios esta situación era algo que se veía venir. El influyente The New York Times apuntaba el pasado sábado «de la crisis, a la crisis, y a un plan de rescate», remarcando que desde comienzos del año pasado la caída de los mercados era más que evidente y apuntando que se estaban produciendo en ese período diferentes señales que debían haber puesto en marcha medidas concretas. El alza de las hipotecas ha traído una importante crisis inmobiliaria, con miles de personas incapaces de hacer frente a las hipotecas y perdiendo sus viviendas, y por otro lado, el pasado mes de marzo desde Wall Street se señalaban las peligrosas pérdidas que arrastraban algunas empresas y que podía tener consecuencias fatales para el mercado financiero del país.
Algunos expertos economistas apuntan que esta crisis se debe en parte a las carencias de la regulación de los mercados en Estados Unidos, algo que se ha venido detectando desde tiempo atrás. El hecho de que los mercados no estén debidamente regulados «ha dado lugar a una cierta permisibilidad en torno a determinadas operaciones especulativas», con el resultado que estamos viendo estos días.
Y también llama la atención que en estos momentos de crisis, los defensores de la no intervención estatal en materia económica reclamen la urgente actuación del gobierno para frenar la crisis, haciendo suyas las pérdidas ocasionadas por el carácter especulativo de un sistema que rechazaba previamente la intervención gubernamental. Tal vez, «se esté apostando por la «nacionalización de la banca» en el corazón mismo del capitalismo», señala con ironía un homeless californiano.
Las elecciones
Cuando todavía quedan algo más de cinco semanas para la cita electoral, mucho tiempo para que las tendencias de voto se maticen todavía más, puede ser el momento para abordar algunos temas que han planeado durante todos estos meses.
El peso del llamado «voto joven». Es evidente que durante la campaña de Obama para su nominación, una de sus claves ha sido la de movilizar el voto de la gente más joven, quien con su participación ha posibilitado la proclamación de Barack Obama como candidato del Partido Demócrata. No obstante, como señalan algunos medios, ese peso del voto joven no se ha visto representado en la convención del partido, donde los pesos pesados de siempre han capitalizado la misma. Por ello, uno de los retos que tiene ante sí Obama es la de conseguir que la participación del voto más joven se mantenga el día de las elecciones, ya que puede ser clave en su elección.
El final del neoconservadurismo está próximo. Y una derrota del candidato republicano sería la certificación del mismo. Esa afirmación es demasiado prematura. La alianza en torno a política exterior, religión, cultura y economía que se ha labrado desde la época de Reegan se ha materializado en muchos frentes en los años de gobierno de Bush. En estos momentos, las tensiones y diferencias entre los diferentes sectores son importantes, como se ha visto en la campaña para la nominación del candidato del Partido Republicano, y esa crisis interna puede agudizarse si McCain pierde las elecciones. Las dudas que generaba la candidatura del mismo han sido cortadas por la elección de Sarah Palin como candidata a la vicepresidencia. De todas maneras, tal vez sea demasiado prematuro hablar del final de la era neoconservadora, habida cuenta de los importantes sectores que todavía están en sus manos.
En busca del electorado rival. Parece que en estas elecciones, tanto Obama como McCain son conscientes de la necesidad de expandir sus bases y buscar atraer a las de su rival. De ahí los esfuerzos de ambos por hacerse con estados donde hace cuatro años triunfó el partido rival. Los discursos de ambos candidatos en ocasiones se dirigen más hacia el electorado contrario que al propio, conscientes tal vez de que ahí radique una de las claves de la victoria. El Partido Republicano ya sabe lo que es ganarse a parte d elas bases demócratas, como cuando en la década de los sesenta se hizo con los llamados demócratas conservadores del sur que no veían con buenos ojos los logros que en materia de derechos civiles lograron los afroamericanos, y optaron por pasarse al bando republicano. Por su parte, Obama sabe que muchos de los apoyos republicanos podrían pasar a su bando si es capaz de realizar un giro en su discurso inicial, algo que algunos analistas han venido observando en las últimas semanas.
El papel de los medios. La gran prensa se ha decantado por el candidato demócrata desde hace tiempo. El tratamiento hacia uno u otro candidato ha sido muy diferente entre los medios «más importantes» del país. Así, el New York Times aireó un supuesto adulterio de McCain, aunque no lo logró probar, mientras que no concedía el mismo espacio en sus páginas al adulterio probado del candidato demócrata para la nominación, John Edwards. También algunos medios han buscado «puntos negros» en torno a la figura de Sarah Palin, sobre todo desde que se hizo pública su nominación y a la vista del éxito para su partido que ha supuesto la misma. Otro aspecto que ha marcado la campaña, es la importancia de Internet y sobre todo de los blogs de algunos periodistas, que han llegado a anticiparse al propio medio para el que trabajan.
Hasta que la llamada crisis financiera ha irrumpido, la tónica general señalaba que si se trataba de temas de seguridad nacional, de temas sociales o valores el candidato republicano, John McCain salía reforzado. Sin embargo, se el tema central giraba en torno a la economía, era el momento de Obama, y en estos momentos esa parece ser la principal línea argumental.
Todavía restan los debates televisivos (aún no se sabe si se celebrará el primero, tras el anuncio de Mccain), las maniobras más o menos limpias de cada sector, por no hablar de acontecimientos inesperados tanto a nivel local como internacional, que en un momento dado pueden condicionar la agenda de los candidatos.
Lo que sí es cierto es que mientras algunos permanecen enfrascados en su pelea electoral bajo la inmersa carpa cirquense, miles de norteamericanos están más preocupados por su vivienda, sus hipotecas, su puesto de trabajo, el precio de los alimentos y de la gasolina, verdadera espina dorsal de su quehacer diario.
TXENTE REKONDO.- Gabinete Vasco de Análisis Internacional (GAIN)