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La deuda nacional de Estados Unidos

Fuentes: Radio Miami

El desastre financiero que tomó forma visible en el pasado mes de septiembre es, a pesar de su gravedad, solamente un síntoma, no la enfermedad, que afecta a la economía de Estados Unidos. Me refiero a los enormes déficits que año tras año se producen en el presupuesto y a su consecuencia, la deuda nacional, […]

El desastre financiero que tomó forma visible en el pasado mes de septiembre es, a pesar de su gravedad, solamente un síntoma, no la enfermedad, que afecta a la economía de Estados Unidos. Me refiero a los enormes déficits que año tras año se producen en el presupuesto y a su consecuencia, la deuda nacional, la cual bordea ya la inconcebible cifra de 10 trillones de dólares.

Como, ni la mayoría de los oyentes de este programa ni yo, estamos habituados a trabajar con cifras tan enormes que desafían la imaginación del común de las personas, comenzaremos recordando que 1 trillón (con t) es un 1 seguido de 12 ceros. En otras palabras, 1 trillón equivale a un millón de millones. Para siquiera tener una idea de lo que esto significa, digamos lo siguiente: si usted tuviera un trillón de dólares en billetes de $1,000 y los pusiera de canto, bien pegados uno tras del otro, podría hacer una franja compacta de algo más de 100 kilómetros de largo. Realizando este proceso 10 veces, siempre con billetes de $1,000, la franja llegaría desde Miami hasta Atlanta, la capital de Georgia, y tendría usted la visión objetiva, si obtiene una imagen satelital, de lo que representa la deuda nacional de Estados Unidos.

Muchos analistas se preguntan desconcertados cómo es posible que la nación más rica y poderosa del mundo haya caído en un abismo financiero tan profundo. Sin embargo, la respuesta es simple: al igual que en la economía familiar, no se puede gastar más de lo que se gana. Los egresos de una nación no pueden ser mayores que los ingresos de manera permanente, como ha sucedido hasta ahora. El monto de los intereses de la deuda nacional de Estados Unidos alcanza ya la dimensión de 1 trillón de dólares anuales. Muy pronto, sólo para pagar los intereses de la deuda, no serán suficientes todos los ingresos de la nación.

¿Quiénes son los responsables de esta debacle? Si examinamos un gráfico de como se ha comportado la deuda desde el año 1940, vemos que, hasta 1980, ésta se mantuvo marcadamente constante, sobre todo cuando la inflación se tiene en cuenta como factor de corrección. La deuda comienza a crecer desproporcionadamente a partir del año 1982, bajo la administración Reagan; pronto cruza la barrera de los 2 trillones y se duplica, alcanzando en 1989 la cifra de 4 trillones. Bajo el gobierno de George Bush padre, la deuda sigue creciendo aceleradamente y alcanza y sobrepasa los 5 trillones. Bajo la administración Clinton, por primera vez, se producen superávits en el presupuesto y la deuda crece relativamente poco. Por último, bajo la presidencia de George W. Bush, la deuda se dispara de nuevo, pasa de 6, de 7, de 8, de 9 trillones y, al terminar su mandato, el próximo mes de enero, las manecillas enloquecidas del reloj de la deuda marcarán la inimaginable cifra de 10 trillones.

Además, como el presente año fiscal termina el 30 de septiembre de 2009, otra herencia financiera funesta que dejará la actual administración al próximo presidente es un déficit presupuestario de más de medio trillón de dólares, cifra sin precedentes que limitará, sin duda, las posibilidades de acción del próximo mandatario.