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Entrevista a Oskar Epelde, enviado especial de TeleSUR en Sierra Leona

La epidemia del Ébola contada en primera persona

Fuentes: Notas

En un diálogo exclusivo con Notas, Oskar Epelde, enviado especial de TeleSUR en Sierra Leona, relató la experiencia de vivir la epidemia del Ébola desde los territorios más afectados. Cuál ha sido el peso de la ayuda internacional, cómo se ha modificado la vida cotidiana y qué perspectivas hay de frenar la enfermedad. – ¿Cuál […]

En un diálogo exclusivo con Notas, Oskar Epelde, enviado especial de TeleSUR en Sierra Leona, relató la experiencia de vivir la epidemia del Ébola desde los territorios más afectados. Cuál ha sido el peso de la ayuda internacional, cómo se ha modificado la vida cotidiana y qué perspectivas hay de frenar la enfermedad.

– ¿Cuál es la situación actual de la epidemia de Ébola en la región y qué perspectivas hay de la evolución en el mediano plazo? ¿Qué tipo de respuestas han dado los Estados nacionales y qué papel juegan los enviados internacionales?

– Sé lo que he visto en Sierra Leona. Después de tantos meses de «Ébola is real» la gente se cuida de no tocar enfermos y de no lavar cuerpos. En distritos como Kailahun, Kenema, Bonthe o Pujehun hace varios días que no hay nuevos casos confirmados.

El virus está más activo en el norte y en el oeste del país, sobre todo en Western Area Rural, donde pegó muy fuerte por falta de respuesta. Allí no había hospitales disponibles y los equipos de vigilancia e identificación de contactos estaban saturados. Ahora la cosa ha mejorado pero en Western Rural la mayoría de los enfermos de Ébola han muerto en sus propias casas.

La respuesta efectivamente ha tardado mucho, imagínense, los primeros casos parece que se produjeron en diciembre del año pasado aunque se diagnóstico el primero en marzo. Los primeros meses no hubo respuesta, ni la gente se previno ni la salud pública funcionó. Sólo hubo pánico y muchas tonterías, manipulaciones políticas y conductas irracionales.

El virus no se comunica mirándolo, hay que tocar un cuerpo que tenga una carga viral importante, sin embargo el mundo entró en pánico. Las cosas están mejorando. Creo que si no se cometen más errores superaremos la situación en unos meses más.

– ¿Hay presencia del Estado, especialmente fuera de la capital Freetown? ¿Qué presencia y qué capacidad de intervención tiene la ayuda internacional?

– Hay lugares remotos, especialmente en provincias, pero también muy cerca de la capital, dentro de la ciudad y en Western Area Rural. Con lugares remotos quiero decir lugares donde no hay acceso a la salud, la educación, ni carreteras, ni ayudas de ningún tipo. Donde los habitantes sólo se tienen a ellos mismos, es una isla en medio de un entorno de supuesto libre mercado que los suprime.

Tienen las fuerzas justas para producir alimentos y subsistir, pero también necesitan dinero. Son víctimas de grupos capitalistas hiper organizados capaces d apropiarse de enormes extensiones de tierra por ejemplo en Pujehun, Port Loko o Bombali.

La ayuda internacional ha sido tardía pero doy fe de que existe y es real. Se han enviado equipos materiales y humanos, además de formación en prevención. Había mucho que aprender y faltaban medios.

También es verdad que el pueblo llano se sentía tan ignorado y despreciado que lo primero que pensó es que querían eliminarles, reducir la población o algo así. Pero hemos aprendido que si nos enfermamos ponemos en riesgo a nuestros seres queridos y que solo recibiendo tratamiento podremos sobrevivir.

El control de la epidemia pasaba por primero por completar este aprendizaje. Y segundo por tener camas disponibles para los enfermos. Se ha realizado un largo camino: se han construido nuevos hospitales y centros comunitarios de salud. La promesa internacional (con excepciones) es que todo lo que se ha traído se quedará aquí. Laboratorios, ambulancias, etc.

Por otra parte, la promesa del gobierno es reconocer la debilidad que tenía ayer y prepararse para ser más fuerte mañana. La sangre derramada por la epidemia hoy es una razón para que el Ébola marque un antes y un después.

El Ébola atasca al país porque restricciones al tráfico y a las reuniones sociales. Pero no tiene nada que ver con lo que se dice en Europa de la situación, no existe pánico y tratamos de hacer vida normal. No es fácil porque los problemas económicos son mayores ahora.

– ¿Qué influencia tiene la situación de devastación de Sierra Leona después de la guerra civil (1991 – 2009)?

– La influencia de la historia del país en la situación actual creo que es total. Cuando colonos británicos descubrieron los diamantes decían a los locales que no las tocaran. Les decían que eran piedras peligrosas, que las cogieran con un paño y se las llevaran a ellos.

Aquí no se promovió la educación ni se apoyaron nunca proyectos económicos productivos más que los mineros que extraían hierro y se lo llevaban.

Se importa de todo, todo tipo de máquinas viejas y no hay servicio de mantenimiento. Se exportan sólo materias primas, se venden los recursos de pesca, de minas y ahora incluso las tierras. No se invierte en crear valor añadido, no tienen dinero para educación secundaria, incluso el arroz lo importan.

Los campesinos nunca han tenido apoyo del gobierno. Si algún gobierno hubiera tratado de apoyar a campesinos, como Sankara (NdE: Revolucionario antiimperialista africano que gobernó Burkina Faso entre 1983 y 1987), lo eliminarían. O bueno, se encargarían sus ministros de crear en conversaciones globales, un submundo bien distinto al evocado en discursos del presidente.

En Sierra Leona no hubo una guerra civil, sino un grupo rebelde (el Frente Revolucionario Unido) que buscó conquistar el poder atemorizando a la población en general. Para ellos era una aventura de poder, de poder controlar el tráfico de diamantes, de hablar tú a tú con la mafia internacional.

Fueron apoyados con armas por Charles Taylor desde Liberia. Pensaban copiar su modelo. Taylor fue apoyado por EEUU para derrocar a presidente de Liberia y luego tenía que ceder la presidencia a la candidata designada y desobedeció. Creyó poder hacer lo que le diera la gana y terminó exiliado y juzgado.

– ¿Qué papel juega Cuba y Latinoamérica en general en la ayuda internacional? ¿Y se espera alguna consecuencia positiva una vez superada la epidemia? Pienso sobre todo en el sistema de salud pública.

Cuba ha enviado 165 médicos y enfermeros experimentados y bien preparados para acabar con la epidemia (NdE: solo a Sierra Leona, hay además otros 91 profesionales cubanos actuando en otros países afectados por el ébola). Esto era más necesario. El Reino Unido, China y otros países han enviado también profesionales sanitarios y ONGs que se coordinan vía Organización Mundial de la Salud (OMS) con el gobierno. Pero nadie aportó tantos profesionales como Cuba.

China tiene participación del 25% en African Minerals, el Reino Unido gobernó Sierra Leona hasta 1965 y algunas ONGs occidentales viven de estas emergencias. Salvan vidas pero no buscan necesariamente fortalecer el desarrollo de un sistema local de salud pública.

Cuba colabora con Sierra Leona desde hace tres años con ese objetivo. Para formar y promover conciencia de la necesidad de una medicina preventiva mejorando la atención primaria de salud. Así me lo contó la doctora Caridad que desde hace más de dos años trabaja con otros tres cubanos en el hospital gubernamental de Makeni, en Bombali.

Trajeron a 165 hombres con la mentalidad, no de autopromocionarse en el negocio Ébola, sino de ayudar a los hermanos.

Si me preguntan lo que esperamos ahora, no sé cómo responder. Deseamos esperar lo mejor. Pensar que lo normal sería que cuando brotara el virus pudiera matar a lo sumo a 2 o 3 personas. Deseamos que el gobierno cumpla sus promesas convirtiendo en prioridad el fortalecimiento de la salud pública.

La OMS avala la agenda de trabajo moralmente, lo complicado tal vez sea financiarlo en un mundo en el que sólo cuentan las ganancias. Porque no esperamos que la OMS, fuera de su mandato en relación al Ébola, vaya a hacer mucho más que declaraciones solemnes.

Fuente: http://notas.org.ar/2014/11/14/sierra-leona-epidemia-ebola-contada-primera-persona/