Tengo esta imagen mental persistente de la política exterior de EEUU que me atormenta incluso cuando estoy dormido. Una avanzadilla de un gran ejército marcha alrededor del mundo, buscando a su enemigo. Ve un grupo de tropas en la distancia, alejándose. Abre fuego sin darse cuenta de que esta disparando a su propia retaguardia. ¿Es […]
Tengo esta imagen mental persistente de la política exterior de EEUU que me atormenta incluso cuando estoy dormido. Una avanzadilla de un gran ejército marcha alrededor del mundo, buscando a su enemigo. Ve un grupo de tropas en la distancia, alejándose. Abre fuego sin darse cuenta de que esta disparando a su propia retaguardia.
¿Es esta una imagen demasiado fantástica? Los EEUU prepararon y armaron a Osama Bin Laden y a Sadam Hussein. Hasta la invasión de Irak, no había ningún vínculo entre los Baatistas y Al Qaeda: ahora el gobierno de Bush ha creado el monstruo al que afirmaba estar destruyendo. El ejercito estadounidense desarrolló ántrax en forma de arma de guerra de alto nivel, según dijo, para determinar que pasaría si otros lo hicieran. Nadie más tenía la capacidad de producirlo: los terroristas que enviaron cartas llenas de ántrax por correo en 2001 lo consiguieron de uno de los laboratorios del ejercito. [1]
Ahora investigadores estadounidenses están preparando una cepa modificada genéticamente del virus de la viruela bajo el mismo pretexto, y con las mismas posibles consecuencias [2]. El programa armamentístico espacial del Pentágono se está desarrollando en respuesta a una amenaza que todavía no existe, pero a la que posiblemente hará aparecer. El gobierno estadounidense está ocupado en una guerra global consigo mismo. Igual que un petirrojo cuando ataca a su propio reflejo en el espejo.
Pero en ninguna instancia es tan obvio como en sus ataques contra las instituciones multilaterales y sus tratados. Si escuchamos algunos de los absurdos que salen de Capitol Hill sobre la ONU, se nos podría perdonar que creyéramos que la ONU es una conspiración extranjera contra EEUU. Aunque, por supuesto, su creación fué propuesta por el presidente de los EEUU, se fundó en San Francisco y se le alojó en Nueva York, donde continúa su sede. Su Declaración Universal de los Derechos Humanos, considerada por los Republicanos como un impedimento a las libertades norteamericanas, fué redactada por la viuda de Franklin D. Roosevelt. Los EEUU son el único miembro del Consejo de Seguridad cuya voz es ley, con el resultado de que la ONU es uno de los instrumentos más efectivos para la proyección del poder norteamericano en todo el mundo.
Los acuerdos secretos con Irak, por los cuales los senadores de EEUU están actualmente atacando a la ONU, fueron, de hecho, supervisados por el gobierno norteamericano. Así se aseguraba que Sadam Hussein evitara las sanciones al continuar vendiendo petróleo a sus aliados Jordania y Turquía. Los congresistas Republicanos están pidiendo la dimisión de Kofi Annan por permitir que esto sucediera, aparentemente sin saber que estaba aprobado por Washington para apoyar sus objetivos estratégicos. EEUU encuentra los monstruos que busca cuando picotea y revolotea frente a su propia imagen.
Así que podemos interpretar las actividades del gobierno de Bush la semana pasada en Buenos Aires como otra tentativa de destruir sus propios intereses. El crecimiento económico de EEUU depende de la prosperidad del resto del mundo. La mayor amenaza para la prosperidad mundial a largo plazo es el cambio climático, que amenaza con destruir muchos de los mercados clave estadounidenses en países en vías de desarrollo. Muchas ciudades costeras de EEUU, Nueva York incluida, están amenazadas por la elevación del nivel del mar. Florida podría sufrir el azote de huracanes más fuertes y más frecuentes. Es muy probable que tanto el campo como las ciudades se vean afectadas por sequías.
El pasado febrero se filtró un informe del Pentágono que revelaba que considera que el calentamiento global es mucho más peligroso para los intereses estadounidenses que el terrorismo[4]. Como resultado de un cambio climático brusco, afirmaba que «de nuevo la guerra definirá la vida humana… como la capacidad de producción del planeta disminuirá, resurgirá una antigua pauta: el estallido de guerras feroces para el aprovisionamiento de comida, agua y energía». Es probable que las potencias nucleares se invadan entre ellas al pelearse por los menguados recursos.
Así que, ¿cómo responde Bush a todo esto? «A ver, que empiece». Se suponía que en la reunión de Buenos Aires se iba a trazar un plan para tratar el cambio climático cuando finalice el Protocolo de Kyoto en el 2012. La mayor parte de los gobiernos del mundo quieren sustituir el protocolo por un acuerdo nuevo mucho más exigente. Pero la administración Bush ha buscado la manera de asegurarse que el acuerdo original se tire a la basura y que no se desarrolle nada para reemplazarlo.
«Nadie puede asegurar qué constituye un nivel de calentamiento peligroso» declara Bush, «ni en consecuencia qué nivel se tiene que evitar» [5] Como no sabemos lo malo que puede ser, sugiere, no deberíamos tomar medidas costosas para prevenirlo.. Ahora leamos su declaración de nuevo, sustituyendo «calentamiento» por «terrorismo». Cuando la administración norteamericana anticipa posibles ataques terroristas, o eso es lo que afirma, se prepara para lo peor. Cuando anticipa los impactos del cambio climático, se prepara para lo mejor. El «principio de precaución» se aplica en asuntos de seguridad nacional con tal entusiasmo que amenaza las libertades civiles norteamericanas. Pero se rechaza sin más cuando se trata del medio ambiente.
El equipo de Bush dice que el Protocolo de Kyoto es defectuoso porque hay países como China y la India que están exentas de recortar sus emisiones. Pero en lugar de ayudar a diseñar un tratado que acabe incluyéndolos, EEUU se alió con ellos en Buenos Aires para intentar hundir cualquier posible cooperación internacional. Incluso apoyó la petición de Arabia Saudita que reclamaba una compensación a los países productores de petróleo ante cualquier disminución de la producción debida a reducciones en las emisiones de dióxido de carbono. [6]
El resultado es que el diálogo casi fracasó. El sábado, treinta y seis horas después de que debieran clausurarse, y mientras los trabajadores estaban desmontando las salas en las que se habían reunido los delegados, los otros países se las arreglaron para salvar un mero esbozo de acuerdo. EEUU les permitió celebrar una reunión informal en mayo durante la cual «cualquier negociación dirigida a alcanzar nuevos compromisos» está prohibida [7]. Según el jefe de la delegación norteamericana, el momento de decidir qué pasará después del 2012 es «en el 2012» [8]. Es lo mismo que decir que el momento de decidir qué hacer sobre la seguridad nacional es cuando el avión está volando hacia la torre.
Acabar con estos diálogos es un buen trabajo, sobre todo para un país que, al negarse a ratificar el protocolo, no tiene siquiera derechos de negociación. Pero esto no es nada nuevo. Los EEUU intentaron hundir el protocolo de la biosfera de 1999, incluso aunque, al no firmarlo, no estaba obligado por él. Buscó destrozar la «Cumbre de la Tierra» en el 2002, a la que ni siquiera acudió Bush. Esto no es aislamiento como alguien pudiera sugerir. Es un proceso completo e ininterrumpido que tiene como objetivo evitar que se solucionen los problemas más apremiantes del mundo. Como resultado, por supuesto, lo más probable es que sucedan las catástrofes descritas por el informe del Pentágono. Los EEUU han gastado millones de dólares en Buenos Aires para arruinar su propia paz y prosperidad. Por supuesto sabemos que su delegación estaba representando los intereses de las multinacionales, no de la gente, y lo que es malo para Norteamérica es bueno para Exxon. Todo esto no resta valor a la absoluta y auto-destructiva estupidez de esta postura. Los EEUU tienen todo el derecho a darse una paliza a sí mismos. Pero desafortunadamente mientras se persiguen a sí mismos alrededor del mundo, pisotean a todos los demás por el camino. Sé que apelar a la inteligencia de Bush no nos va a llevar muy lejos pero seguro que hay alguien en esa administración que puede darse cuenta de cómo Bush esta poniendo en ridículo a Norteamérica.
Referencias:
1.- George Monbiot, 21st May 2002. «Riddle of the Spores. The Guardian. [regresar]
2.- Leading article, 20th November 2004. Engineering the small pox virus is dicing with death. New Scientist. [regresar]
3.- Leading article, 5th December 2004. The UN Oil Scandal. The New York Times; Susan Sachs and Judith Miller, 13th August 2004. Under Eye of U.N., Billions for Hussein In Oil-for-food Plan. The New York Times. [regresar]
4.- David Stipp, 9th February 2004. The Pentagon´s Weather Nightmare. Fortune magazine; Mark Townsend and Paul Harris, 22nd February 2004. Now the Pentagon Tells Bush: Climate Change Will Destroy Us. The Observer. [regresar]
5.- George W. Bush, 11th June 2001. President Bush Discusses Global Climate Change. Transcript of speech. Office of the Press Secretary, The White House. [regresar]
6.- Geoffrey Lean, 19th December 2004 US Fails in Bid to Kill off Kyoto Process. The Independent. [regresar]
7.- No author, 19th December 2004. Deal opens small door to climate talks. USA Today. [regresar]
8.- Dr. Harlan L. Watson, Senior Cimate Negotiator and Special Representative, U.S. Department of State, 7th December. Press Briefing, Buenos Aires. http.//usinfo.state.gov/gi/Archive/2004/Dec/08-68436.html [regresar]
- Título original: America´s War With Itself
- Origen: ZNet Sustainers / Guardian Weekly
- Traducido por Eva Calleja y revisado por Inmaculada Villarreal