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La guerra se acerca a la frontera de Burundi

Fuentes: Rebelión [Foto: Paul Kagame (presidente de Rwanda), Evariste Ndayishimiye (de Burundi) y Félix Tshisekedi (de la RDC)]

Traducido del francés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos

La frontera entre Burundi y Ruanda está cerrada desde hace más de un año. El avance del M23 (al que apoya Ruanda) en este de la República Democrática del Congo (RDC), a pocos kilómetros de la frontera de Burundi, es una nueva fuente de tensión y de grandes perjuicios para la población de Burundi, que depende del comercio con sus vecinos del norte.

A partir de la colina burundesa de Rukana I, justo antes de llegar al puesto fronterizo de Ruhwa, en el noroeste de Burundi, se ven en frente las colinas ruandesas que albergan un campo militar y a la izquierda el pueblo de Kamanyola en la República Democrática del Congo (RDC). Desde el 26 de enero y la toma de Goma en la región de Kivu Norte, y a pesar del alto el fuego lanzado el 8 de febrero por el conjunto de los países de la región reunidos en una cumbre extraordinaria en Tanzania, el grupo armado M23, apoyado por los soldados de la Rwanda Defence Force (RDF, Fuerza de Defensa de Ruanda), ha seguido avanzando en la región de Kivu Sur: el 14 de febrero los rebeldes tomaron el aeropuerto de Kavumu, a 30 kilómetros de Bukavu. Esta ciudad cayó en manos del M23 el 16 de febrero. Kamanyola solo está a 16 kilómetros al sur. Según la ONU, esta guerra ya ha causado la muerte de al menos 3.000 personas.

Aunque en el lado burundés la situación todavía parece tranquila, la preocupación aumenta: las Forces de défense nationale du Burundi (FDNB, Fuerzas de Defensa Nacional de Burundi) actúan al lado de las Forces armées de la RD Congo (FARDC, Fuerzas Armadas de la RDC), que están en dificultades. Además, Burundi teme que se cree una alianza circunstancial entre los rebeldes del M23, las RDF y un grupo rebelde burundés, Résistance pour un État de droit au Burundi (RED-Tabara, Resistencia por un Estado de Derecho en Burundi), formado en la región de Kivu Sur por los protagonistas de un intento de golpe de Estado abortado en 2015 (1).

Pésimas relaciones entre Bujumbura y Kigali

Muchos testigos provenientes de Bukavu a los que entrevistó Afrique XXI dan testimonio de las dificultades que han tenido para entrar en Burundi. El puesto fronterizo de Gatumba, al oeste de Bujumbura, es el único que sigue abierto oficialmente con la RDC, aunque de forma intermitente. Según corroboraron varias fuentes, muchos congoleños huyen ya de la región en previsión de futuros combates.

Este conflicto no hace sino empeorar las ya pésimas relaciones entre Bujumbura y Kigali. Burundi decidió hace más de un año cerrar su frontera con Ruanda. El presidente Évariste Ndayishimiye acusó entonces a su vecino de acoger a miembros de RED-Tabara, algo que desmintió su homólogo ruandés Paul Kagame. Sin embargo, la libre circulación en los países vecinos es vital para muchos burundeses: debido a una escasez crónica de combustible, desde hace varios años muchos burundeses acudían al otro lado de la frontera en busca de unos litros de gasolina. El cierre ha afectado a todo un sector de la actividad económica burundesa.

Fuente: Google maps / Afrique XX

De vuelta al puesto de Ruhwa, en la frontera ruandesa, la carretera nacional 5 que lleva a Ruanda (antes de continuar hacia la RDC) está bloqueada a partir de las oficinas de la aduana. Varios agentes de policía, escasos a pesar de la guerra que está a las puertas del país, se encargan de la seguridad en la entrada. Dejan pasar a unas pocas personas que toman una vieja carretera asfaltada que bordea la valla: un poco más allá están las aguas termales del río Ruhwa.

«Nadie se atreve a saludar a quienes están al otro lado»

Prácticamente han desaparecido por completo los taxis, moto-taxis y tuk-tuks que antes formaban largas colas para transportar a los pasajeros de un lado y otro de la frontera. La maleza crece en medio de las oficinas de cambio, las tiendas y los bares en ruinas. No queda mucho de lo que fue un pequeño centro comercial esencial de la provincia de Cibitoke y sus seis comunas, en el que los visitantes provenientes de Ruanda y la RDC compraban comida y bebida, y se desplumaban pollos al calor de las aguas termales.

La crisis ha afectado al sector turístico. Las cálidas aguas, famosas por sus propiedades terapéuticas, atraían a visitantes de los dos países vecinos y proporcionaban divisas extranjeras, sobre todo francos ruandeses, cuya tasa de cambio es ventajosa. Un joven guía, Jérôme Bukuru, explica que aunque las instalaciones del sitio de Ruhwa son básicas, antes de que se cerrara la frontera ganaba más de 60.000 francos burundeses (unos 19,50 euros) al día. Hoy solo gana 20.000 los fines de semana y mucho menos los demás días.

Un poco más allá, Gloriose (un nombre ficticio) espera un moto-taxi para ir al mercado de Rugombo, capital de provincia situada a 10 kilómetros del puesto fronterizo. Esta mujer en la cuarentena explica con nostalgia que burundeses y ruandeses vivieron en armonía durante décadas, intercambiaban alimentos y otros productos, y se visitaban con regularidad, sin problemas: «Ahora es impensable entrar en territorio ruandés. Incluso cuando vamos a buscar agua al río Ruhwa, nadie se atreve a saludar a quienes están en la otra orilla por temor a tener problemas. Hacemos como que no nos conocemos, aunque en realidad a menudo estamos emparentados, como en nuestro caso: tenemos familia política, hermanos y hermanas al otro lado del río Ruhwa, pero si los imbonerakures (2) nos pillan hablando, nos llevan directamente a la cárcel de Mugina».

«Mis ingresos ya no son suficientes»

Añade que cuando detienen a una persona, se investiga también a otros miembros de su familia, que pueden ser interrogados. «No solo perdemos nosotros, también los ruandeses. Antes les comprábamos ropa y pescado, y les vendíamos judías, maíz y mandioca. Lo que nos atraía era el dinero ruandés. Cuando cambiábamos francos ruandeses, ganábamos mucho dinero».

La provincia de Cibitoke se extiende a lo largo de las fronteras de Ruanda y la RDC. Sus habitantes viven sobre todo de la agricultura, la ganadería y el pequeño comercio, a menudo informal. El cierre de la frontera con Ruanda y ahora la guerra en Kivu, que amenaza con cortar el acceso a la RDC, han deteriorado considerablemente el nivel de vida de los habitantes. Unas vendedoras del mercado de Rugombo explican que exportaban sobre todo tomates y mandioca para transformarlo en harina: «Ruanda cuenta con una industria de transformación de tomates, lo que nos permitía vender nuestra producción a buen precio, tanto más cuanto que el franco ruandés tiene mucho valor: se pueden cambiar 1.000 francos ruandeses por 5.000 francos burundeses».Estas vendedoras traían a la vuelta otros alimentos, ropa, utensilios de cocina, palanganas y cubos de plástico, que son más baratos en Ruanda que en Burundi.

André (nombre ficticio), un hombre en la cincuentena y padre de siete hijos, dice lo mismo. Exportaba limones y mandarinas a Ruanda: «Los limones, que actualmente se venden a unos 100.000 francos burundeses en Burundi, antes tenían un valor de 700.000 francos en Ruanda. Hoy mis ingresos ya no son suficientes para cubrir las necesidades de mi familia».

Las personas que viven en las zonas fronterizas están cada vez más preocupadas

El sector del transporte sufre de lleno estas múltiples crisis fronterizas. Los conductores de taxis y moto-taxis esperan ansiosamente a la clientela, que antes venía de Ruanda y Bukavu. A esta falta de actividad se añade el problema de la escasez de carburante, como cuenta Claude (nombre ficticio): «La gasolina se ha convertido en un verdadero quebradero de cabeza: todas las estaciones de servicio se han quedado sin combustible. Desde que se cerró la frontera con Ruanda, la RDC era el único país donde podíamos comprar combustible. Una botella de litro y medio costaba 18.000 francos, hoy cuesta 30.000, porque muchas personas ha renunciado a cruzar el río Rusizi para comprarla debido al miedo».

Para quienes tienen más dinero, todavía es posible viajar en avión a Ruanda desde Burundi. Es el único medio de transporte que permite ir directamente a Kigali desde Bujumbura, pero los billetes son prohibitivos para la población burundesa. Por carretera ahora hay que desviarse al este por Tanzania, que hace frontera con ambos países. Dos familias burundesas instaladas en Kigali y que volvieron a Burundi en diciembre de 2024 para hacer trámites administrativos nos cuentan: «Tuvimos que pasar por Tanzania por el puesto fronterizo de Kobero (en el noreste de Burundi). El viaje duró casi un día, mientras que normalmente se tardan cinco horas en llegar a Bujumbura desde Kigali. Antes se pagaba 20.000 francos ruandeses (unos 34 euros). Ahora hay que pagar 50.000 francos ruandeses: una subida considerable».

Los avances del M23 en Kivi Sur hacen que quienes habitan en las zonas fronterizas teman cada vez más por su seguridad. Afirman que tienen miedo de que el grupo armado entre en territorio burundés en represalia por el apoyo de las FDNB a la RDC.

«Seremos las primeras víctimas»

«Desde que el M23 y su aliado ruandés atacaron Kivu Sur, tenemos miedo. Se rumorea que cuando hayan tomado las ciudades congoleñas cercanas a Burundi, podrían atacar Burundi. Cuando estalle la guerra, seremos las primeras víctimas. Se paralizará la actividad económica y tendremos que refugiarnos en el interior del país», afirma Richard (nombre ficticio), residente en la comuna de Buganda, al norte de Bujumbura.

También el presidente de Burundi cree que la guerra podría estallar en su país en cualquier momento. Évariste Ndayishimiye pidió a quienes viven en las zonas fronterizas que estuvieran alerta: «Ya os lo he dicho: ¡tened cuidado! Sabéis que nuestro mal vecino [Ruanda, n. de la redacción] no trama nada bueno. Pero ya se lo he advertido. [Si nos atacan], nos defenderemos. No tengáis miedo; ¡nos conocemos desde hace mucho tiempo! […] No permitiremos que nos maten como a los congoleños, a esos hombres vivos a los que degüellan como a cabras!», dijo el 11 de febrero a los habitantes de la comuna de Bugabira, en la frontera ruandesa.

James Rufuku es el pseudónimo de un periodista.

Notas:

(1) El 13 de mayo de 2015 el general Godefroid Niyombare anunció la destitución del presidente Pierre Nkurunziza, que asistía a la Cumbre de Estados de África Oriental en Tanzania. Pero los militares leales frustraron este intento de golpe de Estado dirigido por quienes se oponían a un tercer mandato presidencial.

(2) Los imbonerakures son la liga juvenil del partido gobernante, el Conseil national pour la défense de la démocratie-Forces de défense de la démocratie (CNDD-FDD). Se encargan de la seguridad en ausencia de la policía. A veces intervienen en la represión de los opositores junto a los servicios de inteligencia.

Texto original: https://afriquexxi.info/A-la-frontiere-du-Burundi-la-guerre-se-rapproche

Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y Rebelión como fuente de la traducción.