Las principales ciudades de Nigeria quedaron ayer paralizadas como consecuencia de la primera jornada de la huelga general convocada por los sindicatos mayoritarios del país en protesta contra la decisión del Gobierno de subir los precios de los carburantes para automóviles. Las escuelas, oficinas y comercios de Lagos, la capital económica de Nigeria y la […]
Las principales ciudades de Nigeria quedaron ayer paralizadas como consecuencia de la primera jornada de la huelga general convocada por los sindicatos mayoritarios del país en protesta contra la decisión del Gobierno de subir los precios de los carburantes para automóviles.
Las escuelas, oficinas y comercios de Lagos, la capital económica de Nigeria y la ciudad más importante de este país africano, permanecieron ayer cerrados durante la primera jornada de la huelga indefinida convocada por los sindicatos como consecuencia de un pulso mantenido con que Gobierno hasta última hora para que no aplique la subida prevista al precio de los carburantes y al IVA. Todos los establecimientos públicos de Lagos quedaron desiertos y sus calles, habitualmente bulliciosas, estaban prácticamente vacías.
En la capital política, Abuja, algunos colegios fueron cerrados y se bloquearon con barricadas los accesos al centro de la ciudad desde el aeropuerto y desde los suburbios, donde vive la mayoría de los funcionarios. Los empleados de las entidades bancarias aseguraron que los sindicalistas les prohibieron abrir las puertas de los bancos.
Las centrales, entre ellas la de los trabajadores de la industria petrolera, rechazaron el martes la contraoferta presentada por el Ejecutivo de Umaru Yar’Adua, que asumió el poder el pasado 29 de mayo, en la que se comprometía a reducir a la mitad el incremento de los precios de los combustibles y a derogar la subida del IVA, y decidieron mantener la convocatoria de huelga. Además, el Ejecutivo prometió un aumento del 15% en el salario de los funcionarios públicos.
«La gente ha cumplido»
«La huelga avanza, la gente ha cumplido», declaró un portavoz del Congreso Laborista Nigeriano -que congrega a numerosos sindicatos-, Owei Lakemfa.
El Gobierno de Umaru Yar’Adua heredó este problema de la Administración anterior, que, días antes de que terminara su gestión, elevó el IVA del 5 al 10% y aumentó en un 17% el precio de los combustibles.
La protesta está convocada por el Congreso de Sindicatos (TUC), que agrupa a oficinistas, y el Congreso Nigeriano del Trabajo (NLC), en el que se incluyen el resto de trabajadores.
Los sindicatos ordenaron también el cierre de las plataformas petrolíferas, un sector clave en el país y con repercusiones en el precio internacional del crudo, que actualmente se encuentra en su nivel más alto de los últimos nueve meses en los mercados bursátiles. Las exportaciones de petróleo aportan el 90% de los ingresos del Estado nigeriano.
La protesta tiene lugar en un país en el que a pesar de su riqueza petrolífera, las dos terceras partes de sus más de 140 millones de habitantes viven por debajo del umbral de la pobreza.