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La Intifada saharaui, una «verdadera resistencia civil no violenta», según el centro estratégico y de defensa canadiense

Fuentes: Servicio de Prensa Saharaui

La Intifada de la independencia saharaui es una «verdadera resistencia civil no violenta» y una «tercera vía de gran alcance» entre la diplomacia y el conflicto armado, que podría proporcionar el ímpetu necesario para transformar este conflicto «insuperable» y para terminar una «ocupación represiva», según un estudio publicado recientemente por la Revista de Estudio Estratégico […]

La Intifada de la independencia saharaui es una «verdadera resistencia civil no violenta» y una «tercera vía de gran alcance» entre la diplomacia y el conflicto armado, que podría proporcionar el ímpetu necesario para transformar este conflicto «insuperable» y para terminar una «ocupación represiva», según un estudio publicado recientemente por la Revista de Estudio Estratégico y de Defensa canadiense.

La Intifada no violenta que los saharauis comenzaron a finales de mayo del 2005 representa una nueva estrategia asimétrica de la resistencia, entre la guerra y el diálogo, que reenfocó la atención internacional en un conflicto que ha desestabilizado esta importante región geo-estratégica del Norte de África durante más de tres décadas, afirman en su estudio la Dra. María J. Stephan y Jacob Mundy.

El estudio analiza la transformación de la estrategia del movimiento pro independencia saharaui partiendo de la lucha armada y la diplomacia conducidas ambas por el Polisario, a una nueva estrategia basada en la resistencia civil no violenta protagonizada por los saharauis que viven en los territorios ocupados y en el sur de Marruecos.

Los autores aseguran que la Intifada de la Independencia saharaui constituye «un momento crucial dramático en la lucha por la autodeterminación del pueblo saharaui» debido al «alcance, la intensidad y la implicación civil total» en las manifestaciones nacionalistas que cogieron por sorpresa a las fuerzas de ocupación marroquí que vienen dominando el Sáhara Occidental mediante el uso de «la violencia y la intimidación».

Los habitantes del Sáhara Occidental, gente tradicionalmente nómada con una lengua y una cultura propias, se enfrentaron a sus opresores «no con las armas ni las bombas», sino utilizando Internet como medio de comunicación diaria para promover la no violencia y la coordinación del movimiento para efectuar manifestaciones pacíficas, sentadas y otras formas de lucha no violenta, reivindicando su derecho a la autodeterminación y a la independencia, señalan los autores.

La gran fuerza del movimiento pro independista saharaui reside en «la legitimidad de sus demandas de ponerse de acuerdo con el derecho internacional, el alto nivel de la ayuda internacional que ha logrado la RASD, la cohesión de la población saharaui, y los mecanismos progresistas en la gestión democrática que ha alcanzado el pueblo saharaui que vive bajo la ocupación y en el exilio», añaden.

Igualmente, constataron que mientras el conflicto del Sáhara Occidental siga sin resolverse «quedará descartada toda esperanza en una verdadera paz regional y un desarrollo económico en la región árabe del Magreb», lo que podría engendrar más «frustración» en los pueblos y particularmente entre la juventud, por ser el grupo humano más vulnerable a ser manipulado por grupos activos en la región, y citan como ejemplo a los fundamentalistas del Jihad.

Por otra parte, los autores plantean que el fracaso de la diplomacia tradicional, incluyendo la mediación de la ONU, para resolver el conflicto del Sáhara Occidental, se debe a la «negativa del Gobierno de Marruecos que se niega a aceptar que se organizace un referéndum de autodeterminación para el pueblo saharaui», como señalan las resoluciones de las Naciones Unidas.

Los autores de dicho estudio concluyen planteando que las Naciones Unidas y especialmente los gobiernos de Francia y de Estados Unidos, que obstaculizan hasta ahora la aplicación de las resoluciones de Naciones Unidas que piden la retirada de Marruecos y que se culmine acertadamente la descolonización del Sáhara Occidental, deben «entender la Intifada como oportunidad de restaurar una paz justa y duradera en la región».