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¡La justicia es mía!

Fuentes: Rebelión

Nada me parece justo en siendo contra mi gusto Pedro Calderón de la Barca (1600-1681) Dramaturgo y poeta español De aquellas dictaduras, estos políticos La sectaria general del Partido Popular, María Dolores de Cospedal, marca los tantos hasta de los partidos en los que no juega. La decisión de la Fiscalía y la Abogacía del […]

Nada me parece justo en siendo contra mi gusto
Pedro Calderón de la Barca (1600-1681) Dramaturgo y poeta español

De aquellas dictaduras, estos políticos

La sectaria general del Partido Popular, María Dolores de Cospedal, marca los tantos hasta de los partidos en los que no juega. La decisión de la Fiscalía y la Abogacía del Estado de impugnar todas las listas de la coalición BILDU[1], formada por Eusko Alkartasuna y Alternatiba, le parece a la señora Cospedal obra de su partido[2]. A su extraño parecer nada ha tenido que ver en ello el Gobierno. Estas desternillantes declaraciones, no parecen sino la segunda parte del perturbado plan protagonizado por Mayor Oreja, según el cuál, el Gobierno tendría planes ocultos para garantizar la presencia de ETA en las instituciones[3].

En perspectiva, se aprecian a la perfección los dos tiempos del infantil plan con que pretenden hacer creer a todos, que los causantes de todos los males son otros, mientras los remedios solo los tienen ellos. No me extrañaría nada que su eslogan electoral fuera: «sus problemas, nuestras soluciones». Lo que vendría a demostrar algo sospechado por muchos: que la mayoría de los políticos están ahí, no por amor al servicio público, ya que, de ser así correrían a compartir esas soluciones mágicas a todos los problemas de la sociedad y que se guardan para sí hasta que alcanzan el poder.

Sin embargo, esa presión tan insistente que el PP ha hecho para ilegalizar preventivamente a BILDU y que Cospedal argumenta como motivación de mayor peso en el proceder de la Fiscalía del Estado, no es algo de lo que hayan presumido públicamente cuando han celebrado cada pequeña victoria conseguida en su batalla contra Garzón, para evitar que este juez hurgue en el pasado franquista del PP y saque a la luz pública la memoria del horror que sufrió este país a manos del fascismo que nunca han condenado desde las filas «populares». Si alguien quiere un ejemplo de presión efectiva sobre la justicia, en el acoso a Garzón tiene el mejor de ellos.

Si la justicia fuera con ellos la mitad de rígida que son sus exigencias para con BILDU, ellos mismos, el PP heredero del franquismo, habría sido ilegalizado hace décadas.

En 1.976 el entonces ministro de la Gobernación, Manuel Fraga, y hoy presidente de honor del PP, intentó impedir inútilmente el primer 1º de mayo tras la dictadura franquista, al grito de: «La calle es mía!».

Hoy, estos herederos del franquismo que habitan esa inquietante amenaza para la democracia que se llama Partido Popular, siguen al pie de la letra la filosofía filofranquista de aquellas estridentes declaraciones, y para evitar a toda costa que tengamos una justicia democrática, se lanzan al ruedo al grito de: «La justicia es mía!».

Notas:

[1] http://www.tercerainformacion.es/spip.php?article24466

[2] http://www.publico.es/espana/373174/el-pp-se-atribuye-el-merito-de-la-impugnacion-de-bildu

[3] http://www.tercerainformacion.es/spip.php?article24354

Blog del autor: http://impresionesmias.com
 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.