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La Oficina de Inteligencia de Seguridad Interior de EEUU retira un informe sobre posibles actos violentos de grupos extremistas de derecha

Fuentes: IPS

La Oficina de Inteligencia y Análisis del Departamento (ministerio) de Seguridad Interior de Estados Unidos retiró de circulación un informe en el que advertía sobre la posibilidad de actos violentos a manos de grupos extremistas de derecha. Entre los factores que alentarían el fenómeno, según el estudio, figuran la elección como presidente de un negro, […]

La Oficina de Inteligencia y Análisis del Departamento (ministerio) de Seguridad Interior de Estados Unidos retiró de circulación un informe en el que advertía sobre la posibilidad de actos violentos a manos de grupos extremistas de derecha. Entre los factores que alentarían el fenómeno, según el estudio, figuran la elección como presidente de un negro, Barack Obama, la crisis económica, la escalada del desempleo y la previsión de regulaciones más estrictas a la posesión de armas de fuego.

El informe, titulado «Extremismo de derecha: Actual clima económico y político alimenta su radicalización y reclutamiento», recibió de inmediato encendidas críticas de expertos conservadores, a tal punto que fue luego retirado de circulación.

La secretaria de Seguridad Interior, Janet Napolitano, dijo ante el Congreso legislativo este mes que «la distribución del reporte no había sido autorizada».

Una de las conclusiones del estudio fue especialmente urticante. «Los veteranos (de guerra) que retornan poseen destrezas y experiencias que resultan atractivas para los extremistas de derecha», señala el capítulo «Militares veteranos contrariados».

La oficina que elaboró el estudio «está preocupada de que los extremistas de derecha intenten reclutar y radicalizar a los veteranos que retornan para impulsar su capacidad de violencia», agrega.

«La disposición de un pequeño porcentaje de militares a unirse a grupos extremistas en los años 90 porque estaban descontentos, desilusionados o sufriendo los efectos psicológicos de la guerra se está reiterando hoy», alerta.

El informe recuerda que otro, elaborado el año pasado por el Buró Federal de Investigaciones (FBI) sobre el movimiento supremacista blanco, observaba que «algunos militares veteranos que retornan» de las guerras en Iraq y Afganistán «se unieron a grupos extremistas».

El último estudio coincide con una evaluación del no gubernamental Centro Sureño para Estudios Legales sobre la Pobreza (SPLC), el cual consideraba ya en 2006 que, al tornar menos estrictos los criterios de reclutamiento, las fuerzas armadas admitieron el ingreso de «gran cantidad de extremistas neonazis y skinheads» («cabezas rapadas», buena parte entre ellos de ideología racista).

El periodista Matt Kennard dedicó este mes un extenso artículo al respecto en la revista electrónica Salon.com. «Desde el inicio de las guerras en Afganistán e Iraq (…) las fuerzas armadas han aceptado ‘dispensas morales’ en muchos casos, permitiendo el ingreso, incluso, de reclutas con antecedentes penales», anotó.

Además, los reclutadores parecen haber olvidado las reglamentaciones que ordenaban el rechazo de miembros de grupos que postulan el odio racial y religioso.

«Las regulaciones poco exigentes abrieron las puertas de las fuerzas armadas a neonazis, supremacistas blancos y pandilleros, con consecuencias drásticas», agregó Kennard. «Hubo nazis acusados de delitos dentro de cuerpos militares, o vinculados con gestiones de reclutamiento a la derecha blanca.»

El SPLC, que analiza desde Alabama las actividades de los grupos que profesan el odio racial y religioso, organizaciones neonazis ya se han infiltrado en las fuerzas armadas.

Entre ellos figura la Alianza Nacional, cuyo fundador, el fallecido William Pierce, escribió «The Turner Diaries», novela de enorme repercusión que inspiró al extremista Timothy McVeigh, ejecutado en 2001, a cometer en 1995 el atentado con explosivos que acabó con 168 vidas en Oklahoma.

«Hemos visto un graffiti de la Nación Aria en Bagdad, y eso es un problema», indica una investigación del Departamento (ministerio) de Defensa citada por el SPLC en su informe.

Los reclutadores de las fuerzas armadas «admiten a sabiendas a neonazis y supremacistas blancos, y los comandantes no los destituyen aun después de identificarlos como extremistas o pandilleros», sostuvo Scott Barfield, portavoz del Departamento de Defensa.

El cambio subrepticio de la política de reclutamiento tuvo su origen en la falta de alicientes para el ingreso de nuevos miembros a las fuerzas armadas.

«No quieren hacer mucha bulla sobre los neonazis en sus filas, porque los padres que ya están preocupados por sus hijos muriendo en Iraq serán aun más reticentes a que ingresen, pues los sentirían expuestos a las pandillas y a los supremacistas blancos», indicó Barfield.

Pero el Departamento de Defensa había instaurado una «política de tolerancia cero a los grupos de odio racista» en 1996, luego de advertir que «McVeigh había abrazado sus ideas de ultraderecha cuando estaba en el ejército y que reclutó a dos camaradas para ayudarlo» en el atentado, informó el diario The New York Times en 2006.

Esa política se afirmó al constatase que «tres paracaidistas blancos fueron condenados por la matanza de una pareja de negros para ‘ganar’ tatuajes, y que otros 19 fueron destituidos por participar en actividades neonazis», agregó entonces el periódico.

Matt Kennard anotó que «la prohibición total» al ingreso de soldados «a organizaciones racistas parece haber sido levantada, aunque la proliferación de supremacistas blancos en las fuerzas armadas es difícil de tragar».

El experto en movimientos racistas Leonard Zeskind dijo a IPS que «habrá, sin dudas, un pequeño incremento en la violencia» racista porque «estos tipos» (los veteranos que regresan al país desde Iraq y Afganistán) se han dedicado «a resolver problemas con armas de fuego en los últimos años».

De todos modos, el informe del Departamento de Defensa Interior ofrece apenas «una pequeña tajada» de la situación penosa de los veteranos que regresan a Estados Unidos, entre los que cunden los desórdenes de estrés postraumático, recordó Zexkind, autor de «Blood and Politics: The History of the White Nationalist Movement from the Margins to the Mainstream» («Sangre y política: La historia del movimiento nacionalista blanco de los márgenes a la pasividad»).

«Buena parte del fenómeno se manifiesta en un aumento de los suicidios y de la violencia doméstica», advirtió.

* Bill Berkowitz es un conocido analista y observador del movimiento conservador estadounidense. Su columna Conservative Watch pasa revista a las estrategias, protagonistas, instituciones, victorias y derrotas de la derecha estadounidense.

http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=92490