La estrategia del gobierno de Sudáfrica para fortalecer la economía de la población negra fue en realidad creada por la oligarquía blanca para comprar a los líderes del histórico movimiento de resistencia, sostuvo Moeletsi Mbeki, hermano del ex presidente Thabo Mbeki (1999-2008). En su libro «Arquitectos de la pobreza: por qué se debe hacer frente […]
La estrategia del gobierno de Sudáfrica para fortalecer la economía de la población negra fue en realidad creada por la oligarquía blanca para comprar a los líderes del histórico movimiento de resistencia, sostuvo Moeletsi Mbeki, hermano del ex presidente Thabo Mbeki (1999-2008).
En su libro «Arquitectos de la pobreza: por qué se debe hacer frente al capitalismo de África», Mbeki critica a la elite gobernante señalando que la estrategia conocida como Potenciación Económica de los Negros (BEE, por sus siglas en inglés) paradójicamente ha sido un «golpe fatal contra la emergencia de un empresariado negro».
En realidad, sostiene, «crea una pequeña clase no productiva pero rica de capitalistas negros compinches constituida por políticos del CNA (Congreso Nacional Africano, partido gobernante), algunos retirados y otros no».
Sostuvo que la estrategia BEE, que entre otras cosas busca asegurar el acceso de la población negra al liderazgo de importantes empresas, no fue invención del CNA, sino que fue creada por oligarcas blancos para adquirir poder en el partido oficialista.
La iniciativa le aseguró a los oligarcas blancos asientos en la mesa principal del CNA donde se formulan las políticas económicas y le dio a sus empresas una parte de los contratos oficiales, afirmó.
Se promocionó la estrategia como una ayuda a los menos favorecidos, pero eso está lejos de la realidad, pues la elite política se ha quedado con los verdaderos beneficios, sostuvo.
IPS dialogó con Mbeki, vicepresidente del Instituto Sudafricano de Asuntos Internacionales, centro de estudios independiente con sede en la Universidad de Witwatersrand.
IPS: ¿Usted cree que la BEE fue un sistema bien conceptualizado que pudo haber concretado la meta de darle más poder a las masas?
MOELETSI MBEKI: Nunca fue un buen sistema. Nunca estuvo destinada a lograr el progreso de las masas. Tuvo el objetivo de comprar y atraer a líderes del movimiento de resistencia. La BEE no puede funcionar para la mayoría. Sólo tiene el objetivo de fomentar los intereses de unos pocos.
Las masas no están contentas con lo que está sucediendo, y estamos comenzando a ver esto en las revueltas (comunitarias). La gente comienza a reaccionar contra la desigualdad y se dirigen a las autoridades municipales, que son vistas como parte de la elite porque fueron elegidas por el CNA, que no están repartiendo (los beneficios).
IPS: Y sin embargo el CNA ganó una importante victoria en las urnas a comienzos de este año…
MM: El CNA perdió su mayoría de dos tercios. Yo perdí apoyo en todas las provincias excepto en KwaZulu Natal (lugar de origen del actual presidente Jacob Zuma y donde aún tiene un gran respaldo). El CNA está comprando a los pobres con beneficios sociales: 13 millones de personas en este país reciben subsidios.
El proyecto para recapacitar a aquellos que estaban en riesgo en el sector privado fue sólo un mero intento del gobierno de dar la imagen de que estaba resolviendo los problemas públicos. ¿Cómo van a ser recapacitadas estas personas? ¿Y en qué sector serán volcadas?
El gobierno se da cuenta que la gente está molesta e intenta calmarla con planes insostenibles.
El país afronta un conflicto de clase dentro de la población negra. Por un lado, están las elites políticas y por el otro las masas. Sudáfrica todavía es una «nación arco iris», pero el conflicto tiene potencial para agravarse.
IPS: Sudáfrica es visto como un ejemplo para otros países africanos. ¿Considera que esta visión está justificada?
MM: El sector privado sudafricano es muy poderoso. Es por eso que se encuentran compañías como Shoprite, MTN y el Standard Bank en varias otras naciones africanas. Esas corporaciones ofrecen grandes servicios y calidad.
Pero el Estado sudafricano va en declive. Hay un alto grado de corrupción, el sistema de salud está al borde del colapso y el educativo es deficiente.
Entre 2000 y 2008, Sudáfrica cayó 20 lugares en el Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional, del 34 al 54. La corrupción crece a un gran ritmo, y su impacto afecta severamente a los pobres. Las ganancias destinadas a los pobres son malversadas, lo cual significa que hay una falla en la distribución.
IPS: Algunas personas señalan que blancos capacitados dejan el país por la falta de oportunidades a causa de la estrategia BEE.
MM: Tanto los negros como los blancos se ven afectados. No hay incentivos para quedarse en el país si sabes que los principales trabajos van para la elite y para sus compinches. La acción afirmativa y la estrategia BEE se convirtieron en favoritismos para unos pocos elegidos.
En el momento hay 500.000 puestos vacantes para profesionales. Cada profesional empleado puede crear oportunidades laborales para otros menos calificados.
Sudáfrica se está convirtiendo en un país «desindustrializado». Dependemos de las importaciones más que de las exportaciones. En 1985, 31 por ciento de nuestro producto interno bruto provino del sector manufacturero. Ahora llega sólo a 16 por ciento. Miles han perdido sus trabajos. Nuestra industria del calzado colapsó y los que están calificados para fabricar han desaparecido. Vamos para atrás.
IPS: ¿Cómo se afrontan estos problemas?
MM: Necesitamos reformar el sistema electoral. Los parlamentos no deberían ser elegidos sobre una base de representación proporcional, sino representando directamente distritos específicos. Esto ayudaría a aumentar la responsabilidad. Actualmente no hay sistema para llamar a cuentas (a los legisladores).
El sistema educativo debe ser revisado. Necesitamos trabajadores calificados. Pero el dinero que va a la educación es usado para la BEE y dado a políticos que construyen grandes palacios y compran autos caros.
Los temas clave aquí son el incremento de la desigualdad económica y el aumento de la dependencia de las importaciones. La combinación de esos dos factores es letal. Está creando una tendencia al desempleo en Sudáfrica, lo que causa conflictos entre los negros. Y en el medio quedan atrapados los extranjeros, como se pudo ver en los ataques xenófobos del año pasado.