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Ruanda y RD Congo

La ONU, crímenes contra la humanidad y protección de los genocidas

Fuentes: Umoya

¿Sería posible hoy día, en la sociedad de las comunicaciones, ocultar una guerra con más de 5 millones de muertos? Pues así se ha hecho con la guerra de invasión de la R. D. del Congo. Según el International Rescue Committee, desde que en agosto de 1998 Ruanda, Uganda y Burundi empezaran esta guerra invadiendo […]

¿Sería posible hoy día, en la sociedad de las comunicaciones, ocultar una guerra con más de 5 millones de muertos? Pues así se ha hecho con la guerra de invasión de la R. D. del Congo. Según el International Rescue Committee, desde que en agosto de 1998 Ruanda, Uganda y Burundi empezaran esta guerra invadiendo al vecino Congo, más de 5,4 millones de personas habrían muerto como consecuencia de ella. Pero esta guerra es como si no existiera en Occidente, ya que los medios de comunicación en estos 11 años la han ignorado. Y eso que el número de personas muertas ha superado en ocasiones la cifra de 100.000 al mes. No ha habido ninguna guerra después de la II Guerra Mundial con una cantidad de muertos tan grande. Pero hay más asuntos sorprendentes en torno a ella y al principal grupo promotor de esta masacre -el Frente Patriótico Ruandés (FPR)- y a cómo se le protege internacionalmente y se silencian sus crímenes. Y es que el historial de asesinatos y masacres del FPR empieza unos años antes, en 1990. Y desde entonces hasta hoy el poderoso lobby internacional que lo apoya, liderado por muy fuertes grupos de poder de EE.UU., Reino Unido y Bélgica principalmente, han conseguido no sólo que no trascienda en los medios esta realidad sino también que el líder del FPR y actual Presidente de Ruanda -Paul Kagame- aparezca como Presidente modélico en África, al que se le rinden frecuentes honores. Y es que estos grupos de poder tienen incluso ramificaciones dentro de la ONU. Expondré algunos ejemplos que pueden verificarse.

Ruanda, Uganda y Burundi empiezan a invadir el Congo el 2 de agosto de 1998. Como se refleja en informes posteriores de la propia ONU la guerra estaba siendo especialmente cruel con la población civil: había regiones donde se estimaba que el 75% de los niños menores de 2 años habrían muerto o se esperaba que murieran antes de cumplir los 2 años (párrafos 60 y 61 del informe S/2001/572); el 33% de la población congoleña tenía necesidad perentoria de alimentos (S/2000/566, párrafo 38); «Estas muertes son el resultado directo de la ocupación por Ruanda y Uganda…» (S/2002/1146, párrafo 96); y muchos ejemplos más. El objetivo de esta guerra no era otro sino saquear los inmensos recursos mineros del Congo (oro, diamantes, coltán, casiterita, cobre, cobalto…). Y por extraño que parezca, la ONU dejó pasar los meses permitiendo que el FPR y sus aliados siguieran asesinando y masacrando a la población civil congoleña. No es hasta el 9 de abril de 1999 que el Consejo de Seguridad emite una Resolución, la 1234. Es decir, deja pasar, como si no estuviera pasando nada, 8 meses en esta situación límite en donde morían cerca de 100.000 personas al mes. Y lo que pasaba era que el FPR y sus aliados, haciendo masacres sistemáticas de población civil, avanzaban a ritmo frenético apropiándose de suelo y minas congoleñas. Resulta lamentable que incluso siendo los propios informes de la ONU quienes reconozcan la responsabilidad de los ejércitos de Ruanda y Uganda como responsables de estos millones de muertos, no haya creado por ejemplo un Tribunal Internacional Independiente para que se investigue y procese a los responsables de estos millones de muertos. Muchos sospechamos que el motivo de que esto no se investigue es porque hay una trama detrás de esta guerra de invasión que salpicaría a algunos grupos de mucho poder -en Europa y EE.UU.- que apoyaron y apoyan al FPR.

Pues bien. En estos conflictos promovidos por el FPR desde 1990 resultaron ser testigos de masacres a gran escala 9 españoles. Y como eran testigos de cosas que no debían saberse, el FPR los asesinó. En 2005 el Forum Internacional para la Verdad y la Justicia en el África de los Grandes Lagos, presidido por Juan Carrero Saralegui, a partir de esas 9 muertes, interpuso en la Audiencia Nacional española una querella criminal contra la cúpula militar del FPR (cúpula que ostenta actualmente el poder en Ruanda y liderada por su Presidente Paul Kagame). Entre las organizaciones que constituimos este Forum está la Fundación S’Olivar, presidida también por Juan Carrero.

En febrero de 2008 el Juez de la Audiencia Nacional, D. Fernando Andreu Merelles, emite órdenes de arresto internacionales contra 40 altos mandos del FPR y considera a Paul Kagame, como presunto máximo responsable, pero sobre el que no puede emitir orden de arresto por ser el Presidente de Ruanda. El juez hace público el auto (puede leerse en http://www.veritasrwandaforum.org/dosier/resol_auto_esp_06022008.pdf ) en donde se habla con detalle de muchas masacres (de miles de personas muchas de ellas). Estas investigaciones del juez español son celebradas con alegría no pública por muchísimos ruandeses pues se abre una posibilidad de que sea conocida la verdad del FPR y de que su era en Ruanda acabe.

Diferentes personas -especialmente ruandeses del exilio-, miembros de algunas de las organizaciones que componemos el Forum, han sufrido persecución, amenazas o torturas a causa de esta querella de la Audiencia Nacional y de un proceso de Diálogo Intra ruandés que promueve la Red Internacional para la Verdad y la Reconciliación en África Central y que está ayudando ya a una reconciliación entre las diferentes etnias del país.

Sin embargo ahora se da una vuelta de tuerca más. La propia ONU parece que quiere arremeter contra el Presidente de este Forum, Juan Carrero, acusando a la Fundación S’Olivar que es una pequeña Fundación apenas sin recursos económicos propios, y que para impulsar la querella de la Audiencia Nacional y los encuentros de Diálogo Intra ruandés solicita subvenciones a diversas instituciones españolas. Pues bien, un Grupo de Expertos de Naciones Unidas ha enviado una carta a algunos de estos financiadores con la que se les insta a presentar toda la documentación sobre las subvenciones que han concedido en los últimos años a la Fundación S’Olivar porque habrían recibido «información fidedigna de varias fuentes independientes» que sugieren que podrían haber prestado asistencia al grupo armado FDLR. Se trata de un grupo armado de ruandeses instalado en el Congo, opuestos al actual poder ruandés y acusados de haber participado activamente en el genocidio de Ruanda de 1994.

Se trata de una acusación absurda. Está alejada totalmente de la realidad, porque sería imposible engañar a los diversos organismos financiadores durante varios años seguidos y porque todos los años estos gastos son meticulosamente justificados y no habrá problema en volver a justificarlos. Y es que no hay, realmente, sospecha de desvío de fondos, en este caso no se trata de investigar si las acusaciones son ciertas, este es un aspecto secundario pues se sabe que es una acusación falsa. ¿Qué pretenden con ello estos grupos de poder? Sospechamos que iniciar una campaña de desprestigio contra nuestro Forum y ver si de esta manera, con una «acusación de tal magnitud procedente de la Naciones Unidas» las instituciones que hasta ahora apoyan financiando nuestra causa abandonen este apoyo y dejarnos así sin medios económicos. Para cuando la ONU termine sus investigaciones y se demuestre que eran infundadas las acusaciones, el mal ya puede estar hecho y S’Olivar podría haber perdido la financiación. A otros les ha tocado sufrir las amenazas de muerte o la tortura por seguir con esta lucha por desvelar la verdad. Y a todos cuantos estamos implicados en ello nos une una voluntad férrea por no abandonar en esta causa. Son demasiados los muertos. Es demasiada la sangre vertida como para pasar página. Es curioso en estos tiempos, pero nos une un firme convencimiento de que pese a que somos pocos y casi sin medios, y ellos muchos y con muchísimos medios, intuimos que llegaremos a ver con nuestros ojos el triunfo de la Verdad y que ya no podrá ser todo igual. Pensamos que una vez destapada, la Verdad lleva consigo una fuerza sin igual, y mucho mayor que la de las armas. Veremos la caída del FPR. La Verdad hará que sus padrinos, antes o después, le abandonen y algún padrino caerá con él.

José García Botía es miembro de Umoya – Comités de Solidaridad con África Negra

http://www.umoya.org

Rebelión ha publicado este artículo a petición expresa del autor, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.