Ya lo advirtió con creces toda la prensa nacional y extranjera, refiriéndose al clima político que se iba a vivir este jueves en Costa de Marfil: «El día más peligroso en Abidjan: manifestación pro Ouattara hacia la Televisión estatal», «El secretario general de Naciones Unidas, profundamente preocupado por el impasse en Costa de Marfil», «Patrick […]
Ya lo advirtió con creces toda la prensa nacional y extranjera, refiriéndose al clima político que se iba a vivir este jueves en Costa de Marfil: «El día más peligroso en Abidjan: manifestación pro Ouattara hacia la Televisión estatal», «El secretario general de Naciones Unidas, profundamente preocupado por el impasse en Costa de Marfil», «Patrick Achi (oposición marfileña) confirma que la manifestación se celebrará», «Abidjan: perímetro de seguridad alrededor de la TV antes de la manifestación pro Ouattara», «Pulso por el sillón presidencial», «El jueves más peligroso, golpe de gracia o despedida rápida para Soro y Ouattara», «Costa de Marfil: París llama a la contención de un bando y de otro».
Manifestación pro Ouattara dispersada en el interior del país, sobre todo en Yamoussoukro. Lo mismo en diversos barrios del distrito de Abidjan. En la Riviera-Golf, se pudo escuchar un intenso tiroteo entre los ex rebeldes y las Fuerzas de Defensa y Seguridad (FDS) marfileñas. En realidad, miembros de la ex rebelión marfileña apoyados por cascos azules de la ONU que han tomado posiciones en el hotel del Golf donde están recluidos los opositores al presidente Laurent Gbagbo, dispararon hoy, alrededor del mediodía, con sus armas de gran calibre contra las FDS.
Cuarenta y ocho horas antes, un incidente similar tuvo lugar cunado ex rebeldes acompañados de cascos azules intentaron desalojar a las FDS de un puesto situado a la entrada de este hotel. ¿Hacia dónde se dirige Costa de Marfil con esta nueva subida de adrenalina? La crisis postelectoral que se ha generado tras la declaración del Tribunal Constitucional marfileño dando a Gbagbo como vencedor en las elecciones presidenciales del 28 de noviembre y como vencido a su adversario político Alassane Ouattara, no ha hecho sino crecer. De ambas partes, los partidarios de los dos rivales políticos aseguraban tener la razón: «hemos ganado», «tenemos razón»…
Los hombres del «gobierno del Golf», del presidente del RDR (oposición), aliados con los del jefe de la rebelión, el ex primer ministro Guillaume Soro, pretenden demostrar que son los dueños de la situación política.
Apoyándose en los resultados provisionales de las elecciones, dados por el presidente de la Comisión Electoral Independiente (CEI) en el hotel-cuartel general de Alassane Ouattara, en ausencia de otros comisarios y fuera del plazo establecido, se han autoproclamado en la radio de la ONU (Onuci-fm) autoridades legales en el poder. En consecuencia, nombraron en condiciones casi grotescas a los nuevos responsables de la dirección de la Radio Televisión Marfileña (RTI), a quienes pretendían colocar hoy en la sede de este medio público, en Cocody (Abidjan).
Durante una reunión de la coalición de opositores (RHDP), la consigna inequívoca dada a la población fue «acompañar» a sus líderes en esta «marcha pacífica sobre la RTI». Una marcha denominada pacífica que ha provocado este jueves varios muertos. Se habla de cuatro, de los que alguno habría caído del lado de las Fuerzas de Defensa y Seguridad (FDS).
Todo esto lleva a pensar que se trataba de una manifestación insurgente, lo que se acentúa por el hecho de que la oposición no se dignó a indicar qué camino seguir para llegar hasta la RTI. Añádase a esto el hecho de que los manifestantes fueron vistos con machetes, hondas para lanzar piedras y otras armas contundentes en la mano. Quemando mesas, bancos, madera y neumáticos sobre el asfalto, atacando a automovilistas y a quien se encontraran en las calles a su paso. En numerosas ciudades y pueblos marfileños, las fuerzas del orden les dispersaron.
Calculadora en mano, voces anónimas o de organismos llamados de derechos humanos, se van a dedicar, como es costumbre, al recuento macabro de muertos y heridos. ¿Pero no se pudo evitar esta situación? La súbita reacción de París llamando a la contención, ¿no llega un poco tarde? Sobre todo cuando la ministra de Asuntos Exteriores, Michèle Alliot-Marie ha instado este jueves a las partes a actuar con moderación.
El general Philippe Mangou, jefe del Estado Mayor de la Defensa, y los responsables de las FDS han constatado que los cascos azules de la ONU en Costa de Marfil han dejado su papel mediador para alinearse al lado de los rebeldes. Y aseguran que el representante de Ban Ki Moon, el señor Choi, «es, por tanto, el responsable de las consecuencias imprevisibles que podrían derivarse de las acciones previstas». El comunicado del Ejército es claro. Señala a Naciones Unidas, que apoya esta manifestación, como responsable de la eventual violencia.
Según el ministro Charles Blé Goudé, la ONU viste a los rebeldes de cascos azules para que lleven armamento pesado hasta el interior del hotel de Golf. Es la ONU, insiste, quien pone a disposición de los opositores su radio, llamada «radio de la paz», para que hagan su propaganda. El propio Choi llegó a asegurar a un periodista que se adhería a la idea de acompañar a los miembros de la RHDP hasta la TV para instalar allí a «la nueva dirección». Hamadoum Touré, portavoz de Choi, ha calificado de «falsas, injustas e infundadas» estas acusaciones.
Hoy, Naciones Unidas y sobre todo Francia, intentan convencer a los marfileños acerca de su neutralidad en lo que denominan «conflicto entre marfileños». ¿Son pirómanos o bomberos? ¿Dónde se sitúan los beligerantes marfileños y la comunidad (llamada) internacional frente al deterioro de la situación en Costa de Marfil? El secretario general de Naciones Unidas, «profundamente preocupado» por el impasse en Costa de Marfil, teme una «vuelta a la guerra civil» en este país sumido en una crisis institucional.
«La situación ha tomado un rumbo inquietante en razón de los acontecimientos que se desarrollan actualmente y que podrían derivar hacia una violencia generalizada», dijo Ban Ki Moon. «El secretario general reitera su llamado a todas las partes y a sus simpatizantes para que hagan demostración de paciencia y se abstengan de toda acción que pueda, de manera accidental o deliberada, conducir a la violencia», indicó su portavoz.
¿Ha sido escuchado? No. Simplemente porque la ONU se ha visto tan implicada en Costa de Marfil que el sindicato de maestros e investigadores de la enseñanza superior (Syares) ha reclamado hoy jueves a las autoridades marfileñas «la expulsión del señor Choi de Costa de Marfil» y la ruptura de «relaciones diplomáticas» con aquellos países cuyos embajadores se inmiscuyan de manera grosera en los asuntos internos de Costa de Marfil».
En términos de guerra psicológica o guerra de nervios, el gobierno de Gbagbo ha ganado la primera batalla desencadenada por Alassane Ouattara y su primer ministro Soro. Ellos pretendían «recuperar» la RTI e instalar allí «la nueva dirección». Y fracasaron.
Fuente: http://www.guinguinbali.com/index.php?lang=es&mod=news&task=view_news&cat=3&id=1267