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La Operación Chamartín devora a sus padres

Fuentes: Nueva Tribuna [Foto: De izq. a Dcha. José Luis Ábalos, Manuel Carmena, José Manuel Calvo y Antonio Béjar]

Es conocida la larga vida de la Operación Chamartín. Yo mismo me he encargado de contarla en dos libros, de momento, que relatan sus vicisitudes durante las tres décadas de su historia. Por cierto, los treinta años suele ser una edad en la que muchos padres se lamentan de que sus hijos tengan que vivir todavía con ellos por la dificultad de emanciparse. Pues bien, esa Operación Chamartín, con esa edad ya superada, todavía no ha logrado salir del cascarón y hacerse realidad en forma de construcción de todas esas maravillas que llevan ya un tercio de siglo anunciando que van a hacer.

Lo que sí ha tenido la cosa han sido padres y madres. Ministros, alcaldes y presidentes de la Comunidad de Madrid, junto con el resto de familiares, directores de RENFE, subsecretarios, secretarios de estado, consejeros, concejales, presidentes de la propia sociedad concesionaria, etc., se han sucedido para tutelar a la criatura y procurar que se emancipara antes de llegar a su edad de jubilación. Ni cambiándola de nombre varias veces ha servido, como era lógico, para hacerla realidad. Hasta ahora.

Por supuesto, esa Operación Chamartín ha durado más que sus múltiples progenitores, la mayor parte de los cuales han pasado a la historia tras cumplir sus respectivos mandatos. Alguno, por mor de la biología. Solo Franco habría podido sobrevivir, con sus cuarenta años de servicio a la patria, a tamaña duración. Y, eso, todavía está por ver, ya que RENFE, ahora ADIF, y el BBVA siguen acordando prórrogas para retrasar la puesta de largo de la Operación.

Pero, entre tanto pariente político, quisiera quedarme con la foto de familia de las cuatro personas que alumbraron la actual versión del asunto. Antes de esta, hubo diversos intentos que acabaron tropezando con la imposibilidad administrativa de ser aprobadas o en los tribunales. Pero, la actual, ha pasado todas esas barreras, aunque se encuentra detenida en los registros de propiedad por, al parecer, no estar claro cuáles son, y de quien, los terrenos donde se quiere construir. Pero, hay que reconocerlo, eso es lo más lejos que han llegado hasta ahora en su inacabada trayectoria administrativa.

Y tamaño éxito, se debe a cuatro personas que, en 2018, dieron forma a esa versión del récord. Se trata de Antonio Béjar, presidente de la sociedad adjudicataria, y empleado, lógicamente del BBVA, Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid, José Manuel Calvo, concejal de Desarrollo Urbano y José Luis Ábalos, ministro de Fomento. Falta en la foto un personaje fundamental y, quizás, el más importante de todos ellos, pero, es verdad que se ha procurado mantener en un papel discreto aunque haya aparecido, esporádicamente, en otras fotos. Se trata de Francisco González, presidente del BBVA durante dos de las tres décadas de vida de la Operación Chamartín.

Quizás algún día, la función pase de las musas al teatro y la Operación Chamartín, de momento verbo, se haga obra. Pero, ese día, ninguna de esas personas estará, ni seguramente como invitados, en la ceremonia de primera piedra.

Porque, Antonio Béjar y Francisco González están procesados en la Audiencia Nacional por algún asunto turbio relacionado con la contratación al comisario Villarejo para que investigara-espiara a diversas personas. Con lo que tuvieron que cesar en sus antiguos papeles y ser borrados de la foto.

Porque Manuel Carmena y José Manuel Calvo ya no son, respectivamente, alcaldesa ni concejal debido a que, esa comentada foto, rompió su formación política y perdieron las siguientes elecciones municipales. Con lo que tuvieron que cesar en sus antiguos papeles y ser borrados de la foto.

Y porque José Luis Ábalos, primero fue cesado como ministro de Fomento y, más tarde, como diputado del PSOE por causas, en ambos casos, que quedan en el secreto del sumario pero que pueden dar pábulo a todo tipo de imaginaciones. Con lo que tuvo que cesar en su antiguo papel y ser borrado, igualmente, de la foto.

Al final, de la foto, solo queda la maqueta, tras la que ya han aparecido otras personas con aires de importancia sin darse cuenta de que, como diría aquel personaje de “Amanece que no es poco”, deberían reconocer: Maqueta, todos somos contingentes, pero tú, eres necesaria.

No deja de ser injusta esta situación. Renuncia, como hizo Ábalos, a una trayectoria de tu partido que se había opuesto durante años a la Operación Chamartín. Incumple, como hizo Carmena, el programa electoral con el que acudiste a las elecciones municipales de 2015. Utiliza a Villarejo, como hicieron Béjar y González, para investigar al «entorno de Carmena» para intentar salvar la versión de la Operación Chamartín anterior a 2016. Haz todo eso para que, al final, desaparezcas de la foto tal como hicieron con Trotsky en aquella famosa instantánea, preámbulo de su desaparición física.

¿No les parece, al mismo tiempo, trágico y curioso el caso?

Con las pirámides pasaba algo parecido porque, aunque se tardaba menos en hacer una que en empezar la Operación Chamartín, el faraón solo la disfrutaba cuando estaba muerto.

Se dice que una revolución suele devorar a sus hijos, pero es que, la Operación Chamartín, en un gesto entre edípico y freudiano, parece haber devorado a sus padres. ¡ah, la maldición de la Operación Chamartín…! ¿Para cuándo una película sobre el tema?

Fuente: https://www.nuevatribuna.es/articulo/sociedad/operacion-chamartin-devora-padres/20240310115715224637.html