Traducido por Jesús y Mariola García Pedrajas
El 31 de octubre el jefe de la Organización del Tratado del Atlántico Norte Anders Fogh Rasmussen llegó a la capital libia Trípoli tras haberse completado siete meses de la guerra del bloque militar en el país y declaró efusivamente: «Es estupendo estar en Libia, la Libia libre.»
Lo mismo que Escipión Africano el Joven hace casi veintidós siglos en lo que hoy es Túnez, el vecino occidental de Libia, entonces Cartago, Rasmussen plantó la bandera de una potencia conquistadora en el suelo de África del norte. Puede que la OTAN le conceda a Rasmussen, también, el agnomen* honorífico Africano, después de la primera guerra y primera conquista del bloque militar en el continente.
Mientras se deleitaba con el triunfo de lo que los comentaristas occidentales han celebrado como la primera victoria militar completa e indiscutible de la OTAN – «la más exitosa en la historia de la OTAN» según las palabras de Rasmussen – en la capital libia, un periodista le preguntó al secretario general sobre los planes para replicar el modelo libio en Siria y éste declaró: «Mi respuesta es muy corta. La OTAN no tiene intención alguna (de intervenir). Puedo descartar eso completamente.»
Sin embargo, para desmentir su afirmación añadió inmediatamente: «Dicho esto, condeno enérgicamente la ofensiva contra la población civil en Siria. Lo que ha pasado en Libia envía una señal clara. No puedes descuidar la voluntad del pueblo.»
La guerra de 227 días contra Libia llevada a cabo primero por el Mando para África de EEUU (AFRICOM), del 19 al 31 de marzo, y a partir de ahí por la OTAN es, según el jefe de la OTAN, «una señal clara» para Siria, pero «la OTAN no tiene intención alguna» de iniciar acciones militares contra Siria. Escasa garantía para el gobierno de la nación y el populacho igualmente, sin lugar a dudas.
El día que Muamar Gadafi fue brutalmente asesinado, el senador John McCain, miembro de alto rango del Comité de Servicios Armados del Senado y candidato presidencial en 2008, amenazó al presidente de Siria, al primer ministro de Rusia y a líderes chinos no identificados con la más que elocuente admonición de que «tenían una razón para estar intranquilos» según un informe. El 20 de octubre declaró a la BBC: «Pienso que los dictadores de todo el mundo, incluyendo Bashar al-Assad, quizás incluso el Sr. Putin, quizás algunos chinos, quizás todos ellos, puede que estén algo más nerviosos.» Repitió el paralelismo entre Libia y Siria tres días más tarde mientras estaba en Jordania.
De haber sido Rasmussen alguien distinto de quien es, es decir, un individuo honesto, sus comentarios en la capital de Libia se habrían limitado a la postura de Tácito sobre una campaña romana en el siglo siguiente a la Tercera Guerra Púnica: Auferre, trucidare, rapere, falsis nominibus imperium; atque, ubi solitudinem faciunt, pacem appellant. (Saquearon, masacraron, y robaron: a esto lo llamaron falsamente Imperio, y donde crean devastación, lo llaman paz.) Libia ha sido destruida. Lo que queda de la ciudad de Sirte presenta una imagen vívida que se adapta perfectamente a las palabras del historiador romano.
De vuelta en casa, en el Cuartel General de la OTAN en Bruselas tres días más tarde, Rasmussen dio su última rueda de prensa mensual, en la cual afirmó:
«Déjenme recalcar que la OTAN no tiene intención alguna de intervenir en Irán, y que la OTAN no está implicada como alianza en la cuestión iraní.»
Empezó sus comentarios con esta información: «Esta semana tuve el privilegio de visitar Trípoli, la capital de la Libia libre. Era la primera vez en la historia que un Secretario General de la OTAN ponía el pie en el país y algo que ninguno de nosotros había imaginado hace solo un año.»
Durante el periodo de preguntas y respuestas que siguió a su presentación respondió a una pregunta sobre Libia afirmando:
«Estaríamos preparados para ofrecer la misma clase de asistencia que ya hemos ofrecido a otros socios dentro de las reformas del sector de defensa y seguridad. Es decir, de forma general ayudar a poner las agencias de seguridad y defensa bajo control democrático y civil. También podemos ayudar en la organización de una defensa moderna, de unas estructuras modernas. En términos más específicos podemos ayudar en lo que se refiere a la construcción de instituciones como la de un ministerio de defensa, o como organizar el Estado Mayor y las Fuerzas Armadas, por mencionar algunos ejemplos.
«La OTAN tiene mucha experiencia en la reforma del sector de seguridad y defensa, y de hecho varios de nuestros aliados han experimentado una transición similar de una dictadura a una democracia, por lo tanto tienen una experiencia muy valiosa que ofrecer. Y hablé con el presidente Jalil y dejé claro que estamos listos para asistir a Libia en estos esfuerzos reformadores si nos lo piden…»
Dado el historial de la alianza en los últimos veinte años, lo que de hecho prometió fue que la OTAN entrenará – partiendo de cero y en inglés – a las fuerzas armadas del nuevo régimen cliente libio como ha hecho previamente, y sigue haciendo, en otras naciones y provincias que ha invadido y subyugado de otras maneras: Bosnia, Kosovo, Macedonia, Afganistán e Irak.
Libia, que hasta ahora había sido la única nación norteafricana no empujada a la asociación militar de la OTAN Diálogo Mediterráneo – Egipto, Túnez, Marruecos y Argelia son miembros como lo son Israel, Jordania y Mauritania – se convertirá en el octavo miembro y en un activo conjunto de la OTAN y el AFRICOM.
El jefe de lo que es no solamente el único bloque militar existente en el mundo, sino además la mayor y de más larga vida alianza armada multinacional en la historia, puede que se haya acostumbrado a hacer públicas de forma regular negativas sobre la responsabilidad en ataques a nuevas naciones muy alejadas de la llamada zona euro-atlántica, pero el nivel de credibilidad que se le debería dar a los pronunciamientos del secretario general se ve claramente en la falta de escrúpulos con la que la OTAN mintió mientras se embarcaba sin tapujos en guerras en tres continentes durante los últimos doce años.
Con 28 miembros de pleno derecho actualmente, después de un incremento de un 75 por ciento entre 1999-2009, y unos 40 socios en todo el mundo, el bloque del Atlántico Norte ha integrado los ejércitos de un tercio de las naciones del mundo para ser desplegados en guerras y zonas de posguerra en los Balcanes y el sur de Asia, con África como el nuevo destino.
Su trofeo más reciente es el cuerpo apaleado, ensangrentado y tratado brutalmente de Muamar Gadafi, asesinado después de que un misil Hellfire de EEUU y bombas guiadas por láser francesas alcanzaran su convoy en las afueras de Sirte el 20 de octubre, ocho meses antes de lo que habría sido su septuagésimo cumpleaños. Por lo tanto, los gobiernos de Occidente y los pueblos que éstos merecen (invirtiendo el bien conocido dicho de Joseph de Maestre como hizo un escritor británico hace un siglo) se muestran desprovistos de las nociones más elementales de decencia y valores, moral y estética, de forma que los únicos estímulos que aún pueden despertar sus satisfechas y deshumanizadas sensibilidades son – puesto que se han habituado a la violencia, incluso a una escala masiva – la necrofilia y el desalmado y macabro Grand Guignol**. El escalón más bajo de la cultura estadounidense, el entretenimiento escapista de masas, está consumido por una fascinación por los vampiros, los zombis comedores de carne y cosas similares y las representaciones gráficas de antiguos líderes extranjeros siendo maltratados y asesinados son simplemente más diversiones morbosas para aburridos hastiados.
Haciendo referencia al asesinato de Gadafi y su hijo Muatassim, la exhibición pública de sus cuerpos y la celebración entusiasta como si fuera la de un acontecimiento deportivo de esos hechos truculentos por gente como la Secretaria de Estado de EEUU Hillary Clinton; el representante de Rusia para la OTAN Dmitry Rogozin arremetió contra ellos como emblemáticos de un triunfalismo sádico, el Primer Ministro Vladimir Putin los denunció como vergonzosos y el vicepresidente de la Cámara Baja Ivan Melnikok caracterizó al primero como «una llamativa ilustración de la política de los estadounidenses y sus aliados de la OTAN en el país norteafricano,» según la agencia de noticias Interfax.
Son de hecho grotescos, en el sentido en que Hegel definió la palabra, como la idealización de lo feo.
En sus propias palabras, el funcionario ruso citado en último lugar advirtió: «Creo que el mundo entero debería ver hoy las fotografías publicadas y el video grabado del asesinato de Gadafi. No se trata simplemente de un antiguo líder de Libia muerto. Es el símbolo de la soberanía de un país independiente que fue destruido por los estadounidenses.»
El día después del asesinato de Gadafi la misma agencia de noticias citó a otro vicepresidente de la cámara baja del parlamento del mismo partido comunista, Vadim Solovyov, quien afirmó: «La economía estadounidense necesita petróleo barato, por lo que el gobierno de EEUU está dispuesto incluso a hacer guerras, con tal de que el petróleo llegue….Cualquier país con grandes reservas de recursos energéticos – Irán, Siria, Venezuela o Nigeria – podría ser el siguiente.»
Las fuerzas navales, aéreas y de tierra de la OTAN continúan con su criminal destrucción en Afganistán, a lo largo de la frontera con Pakistán, en la Mitrovica kosovar, en Libia y frente a las costas de Somalia y el Golfo de Adén y en las aguas colindantes (donde la OTAN asesinó al capitán de un barco de pesca taiwanés e hirió a dos pescadores iraníes en dos ataques separados a principios de este año).
Un artículo de Stop NATO*** en agosto proporcionó una lista, reconocidamente incompleta, de naciones que la OTAN, movida por su primer Concepto Estratégico para el siglo XXI adoptado en la cumbre del bloque en Lisboa el pasado noviembre e implementado inicialmente en Libia este año, podría atacar, o en las que podría intervenir de otros modo, ésta incluye: Argelia, Bielorrusia, Bolivia, República Centroafricana, Chad, Cuba, República Democrática del Congo, Chipre, Ecuador, Eritrea, Irán, Líbano, Madagascar, Malí, Moldavia-Transnistria, Myanmar, Nicaragua, Niger, Nigeria, Corea del Norte, Pakistán, Palestina, Somalia, el Cáucaso del sur (Abkhazia, Nagorno-Karabakh, Ossetia del Sur), Sudán-Sudán del Sur, Surinam, Siria, Uganda, Venezuela, Sahara Occidental, Yemen y Zimbabwe.
Mientras tanto, la administración Obama anunció el despliegue de fuerzas especiales en cuatro de las naciones mencionadas y el día del asesinato de Gadafi el presidente del subcomité de asuntos africanos del Comité de Relaciones Exteriores del senado, el senador Chris Coons, afirmó, según informó Associated Press, que «la muerte de Muamar Gadafi y la promesa de un nuevo régimen libio son argumentos para la respuesta militar mesurada de EEUU en África central donde EEUU ha enviado aproximadamente 100 consejeros militares y comandos de fuerzas especiales» a Uganda, Congo, la República Centroafricana y Sudán del Sur.
Que las naciones del mundo requieran garantías casi diarias, aunque no sean de fiar, de que no serán atacadas por la formación militar multinacional más poderosa de la historia es una denuncia de la era que se somete a vivir bajo tales amenazas regulares y omnipresentes. Ha llegado la hora, y de hecho se debería haber hecho hace mucho, de que se haga un llamado a poner en marcha una iniciativa internacional anti-OTAN, dirigido a individuos, organizaciones, partidos políticos y gobiernos, para que se convoque una sesión extraordinaria de la Asamblea General de las Naciones Unidas para exigir la disolución de la Organización del Tratado del Atlántico Norte por ser una – la más seria – amenaza a la paz mundial.
Notas de los traductores:
* Agnomen: Término (sobrenombre) empleado por los antiguos romanos para distinguir una victoria sobresaliente de algún general.
** Grand Guignol: Teatro de París que, desde su fundación en 1897 hasta su cierre en 1962 se especializó en espectáculos de horror naturalista.:
*** STOP NATO: se puede consultar en la dirección http://rickrozoff.wordpress.com/
Fuente: http://www.globalresearch.ca/index.php?context=va&aid=27482