Traducido por Fernanda Gerpe y Democracy Now! en español.
Bonn, Alemania. El hecho de que
En 1979 el Presidente Jimmy Carter instaló paneles solares en el techo del ala oeste de
Triste pero cierto, luego de asumir la presidencia, el Presidente Ronald Reagan hizo desmontar los paneles y algunos de ellos, de hecho, terminaron en diferentes museos. El activista ambiental Bill McKibben, fundador del grupo 350.org, me preguntó: «¿Sabes dónde está uno de esos paneles? Está en el museo privado del empresario Chino que construyó la compañía termo solar más grande del planeta: Himin Solar. En China, se han instalado sesenta millones de esos paneles»
En 1990, los paneles de
Una de las promesas de campaña del Presidente Barack Obama fue que crearía millones de puestos de trabajo ecológicos. Obama contrató a Van Jones como el zar de los empleos «verdes» de
Aquí en Bonn, la respuesta no podría ser más clara: utilice el dinero de los paquetes de estímulo económico y desarrolle políticas para fortalecer la industria «verde» y generar un sector de puestos de trabajo ecológicos, por ejemplo, la fabricación, instalación y servicio técnico de paneles solares.
Alemania, una de las economías más avanzadas del mundo, hizo justamente eso.
Según informa el periódico Financial Times, el año pasado las instalaciones de células fotovoltaicas alemanas llegaron a ser más de la mitad de las realizadas en todo el mundo.
Estoy aquí para cubrir el 30 aniversario de los premios «Right Livelihood Awards», conocidos también como «Premios Nobel Alternativos», un maravilloso encuentro de decenas de activistas y pensadores de todo el mundo. Entre ellos Hermann Scheer, miembro del Parlamento Alemán.
Al recibir el premio Right Livelihood Award, Scheer dijo: «La energía solar es la energía de la gente. Utilizar esta energía no requiere grandes inversiones por parte de unas pocas corporaciones enormes, sino que requiere miles de millones de inversiones por parte de miles de millones de personas que tienen, de esta manera, la oportunidad de dejar de ser parte del problema para pasar a ser parte de la solución»
Alemania está haciendo que eso se vuelva realidad. Los equipos de energía solar a pequeña escala, tanto a nivel residencial como comercial, no sólo generan empleo, incrementan la eficiencia y reducen los costos, sino que además permiten a los dueños de estos sistemas vender el excedente de energía a las centrales eléctricas, invirtiendo el sentido de sus medidores, siempre y cuando las condiciones lo hagan posible.
Aquí en Bonn se encuentran además representantes de la organización Grameen Shakti, de Bangladesh. Esta organización otorga préstamos y ofrece asistencia técnica a personas pobres de zonas rurales para que puedan instalar sistemas de energía solar en sus casas, muchas veces brindando de esta manera la posibilidad de acceder a la electricidad por primera vez en la historia de la familia. Grameen Shakti ha ayudado a instalar 110.000 sistemas y con frecuencia es una mujer la persona contratada para mantenimiento del mismo, lo que genera fuentes de trabajo, participación de las mujeres y mejora de los niveles de vida.
También en Bonn se encuentra la sede central de
La huerta orgánica de la familia Obama demuestra que cuando la pareja pública más poderosa toma partido por algo la gente presta atención. En vez de haber dicho simplemente no, el Presidente Obama podría haber dado señales de una importante afirmación al reinstalar el panel solar en el techo de
Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.
Fuente: http://www.democracynow.org/es/blog/2010/9/16/la_pobre_energa_solar
rCR