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Entrevista con Demba Moussa Dembélé, director del Foro para Alternativas Africanas

La posición de África en la globalización dirigida por las corporaciones

Fuentes: Znet

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

Michael McGehee: Para comenzar, ¿podría hablarnos un poco de sí mismo – de dónde proviene, qué es lo que hace y cómo llegó a hacerlo?

Demba Moussa Dembélé: Soy economista, formado en Francia y en EE.UU. Trabajé para el Ministerio de Economías y Finanzas [para el gobierno senegalés] en los años ochenta. A fines de los años noventa, llegué al mundo de las ONG, haciendo sobre todo investigación y capacitación para movimientos sociales, porque allí puedo oponerme más abiertamente a las políticas de las IFI [Instituciones Financieras Internacionales]. Incluso cuando trabajaba en el Ministerio de Finanzas, solía argüir con las misiones a Senegal del FMI y del Banco Mundial. Por lo tanto, mi oposición a sus políticas data de ese período. Formo parte del movimiento social mundial opuesto al neoliberalismo o a la globalización impulsada por las corporaciones. Participé en todas las ediciones del Foro Social Mundial (FSM) desde 2001. En 2011, Senegal será anfitrión de ese evento y yo formaré parte del comité anfitrión.

MM: ¿Sobre qué políticas en particular discutió usted con las instituciones financieras, y resultó algo productivo de esas discusiones?

DMD: Las políticas incluían la liberalización del comercio; la eliminación de subsidios; el fin de la protección del mercado interior; la privatización de empresas de propiedad del Estado (EPE). El gobierno senegalés se resistió y retardó la implementación de algunas de esas políticas (privatización de las EPE y fin de la protección del mercado interior) pero finalmente sucumbió a la presión de las IFI.

MM: ¿Cómo describiría el actual estado de cosas en África; ¿qué papel juega el gobierno de EE.UU.?

DMD: En África, después de cerca de 30 años de políticas asociadas con el «Consenso de Washington» impuesto por el FMI y el Banco Mundial, la situación es muy sombría. 33 de los 49 países africanos están clasificados como «Países menos desarrollados» (PME) por Naciones Unidas.

La liberalización del comercio y de las finanzas ha llevado al colapso de industrias interiores y aumentado la huída de capitales. La imposición de cultivos comerciales ha resultado en mayor dependencia alimentaria, mientras el modelo de crecimiento basado en la exportación ha profundizado la especialización de África en la producción y exportación de materias primas y productos básicos.

La ideología del «mínimo Estado» condujo al colapso de numerosos Estados. No sorprende que África esté soportando el embate de las actuales crisis: crisis alimentaria, energética, financiera y económica. África tiene los menores indicadores de desarrollo humano. Por cierto, EE.UU. tiene una gran responsabilidad en todo esto ya que es la principal potencia detrás del FMI y del Banco Mundial. Su posición de «libre comercio» y «libre mercado» estableció los fundamentos del «Consenso de Washington». También contribuyó a la arrolladora liberalización del comercio impuesta a los países africanos. Además, subsidios estadounidenses, especialmente para los productores de algodón – han afectado a los agricultores africanos y contribuido a la caída del sector agrícola africano.

MM: Bajo el presidente Bush, unos 15.000 millones de dólares fueron entregados a África a través el Plan de Emergencia del Presidente para la Ayuda de SIDA (PEPFAR, por sus siglas en inglés). Un estudio del programa en The Harvard Law Environmental Review (Primavera de 2004) describió el programa como sigue:

    El gobierno de Bush quiere canalizar la vasta mayoría de los fondos en el Plan de Emergencia para Ayuda de SIDA a través de canales bilaterales en lugar de vehículos multilaterales, como ser el Fondo Global. EE.UU. quiere maximizar su influencia sobre otros países mediante los fondos disponibles para ser distribuidos en el Plan de Emergencia para Ayuda de SIDA. El Fondo Global y otros caminos multilaterales no poseen la misma influencia de arriba abajo como lo tiene EE.UU. en la exigencia de reformas fundamentales en el ámbito nacional.

MM: ¿Cómo responde usted a esa evaluación?

DMD: Esa evaluación es totalmente verídica porque el Plan fue utilizado como un instrumento de política exterior. Uno de los objetivos de los gobiernos Bush fue utilizar el Plan como un arma a fin de imponer lo que llaman «buen gobierno» o negar ayuda a países que consideró como «apoyos del terrorismo» o «antidemocráticos». En su jerga, «buen gobierno» no es otra cosa que un conjunto de políticas neoliberales («libre comercio»; «libre mercado»; libre circulación de capitales; etc.) Con instituciones multilaterales, como las agencias de la ONU, habría sido difícil lograr esos objetivos… Además, las encargadas de implementar el Plan, son sobre todo corporaciones privadas de EE.UU., lo que dio a esas corporaciones una influencia excesiva en las políticas sanitarias de los países receptores.

MM: ¿Hasta qué punto ha sido exitoso y efectivo el Fondo Global, y cómo puede ser mejorado?

DMD: Francamente, no puedo decirle mucho al respecto. Las ONG que trabajan en temas de salud están más familiarizadas con el tema. Mi respuesta se basaba en principios generales de las políticas de Bush y en comentarios hechos por personas que siguen de cerca los desembolsos del Fondo.

MM: El gobierno de EE.UU. ha estado tratando de establecer AFRICOM bajo la bandera de que quiere ayudar a África, pero no ha podido encontrar un país anfitrión y está actualmente basado en Alemania. ¿Cuáles son los motivos a su juicio, y cómo describiría el estado de ánimo popular ante ese intento?

DMD: He estado siguiendo ese proyecto prácticamente desde que fue anunciado por el presidente Bush. En realidad, no tiene nada que ver con la «seguridad de África.» Al contrario, su objetivo es proteger intereses vitales de EE.UU. en África. Con el pretexto de combatir el terrorismo, EE.UU. trata de conseguir bases militares en países o sub-regiones clave del continente. La misión fundamental de AFRICOM es proteger los suministros de petróleo a EE.UU. de los países africanos, desde el Golfo de Guinea (Nigeria, Guinea Ecuatorial, Gabón, Chad, entre otros). Varias fuentes han extrapolado que hasta 2015, EE.UU. podrá depender en hasta un 25% de sus necesidades del petróleo africano. Por ello, tiene que asegurar las fuentes y mantener líneas de aprovisionamiento seguras. Por eso está tan desesperado por encontrar una buena ubicación para AFRICOM. Pero muchos países clave, como ser Nigeria en África Occidental, Sudáfrica, Argelia, han dejado en claro que se opondrán a todo intento de EE.UU. de llevar AFRICOM a África. Hasta ahora, sólo Liberia ha expresado oficialmente su interés en recibirlo. Pero EE.UU. sabe que Libera es un Estado muy frágil e inestable. Además, está algo lejos del Golfo de Guinea. Sospechamos que EE.UU. está cortejando a Ghana como posible anfitrión, lo que podría explicar la visita de Obama a ese país. En resumen, el estado de ánimo es de hostilidad general al establecimiento de AFRICOM en suelo africano.

MM: En EE.UU. tenemos el Observatorio de la Escuela de las Américas que presiona por el cierre de esa institución, ¿Existen grupos y organizaciones que se concentren primordialmente en la detención de ese Caballo de Troya antes de que sea transferido?

DMD: Hasta ahora, mucha gente no tiene plena conciencia del problema de AFRICOM. La resistencia proviene sobre todo de los propios gobiernos africanos, como ser Nigeria, Sudáfrica, Argelia, entre otros. Nuestras organizaciones tratan de fortalecer esa resistencia y utilizamos todas las oportunidades (reuniones sub-regionales y regionales) para alertar a nuestros miembros ante el peligro de AFRICOM.

MM: Cada continente (y cada país) tiene sus movimientos populares, sus héroes y su historia en la que la gente lucha por la libertad. Respecto a la lucha moderna en África para escapar del neoliberalismo y del imperialismo de EE.UU. ¿existen grupos, organizaciones o personas a la vanguardia que debiéramos conocer?

DMD:

  1. Intelectuales africanos:

    Prof. Samir Amin (Egipto/Senegal); Prof. Yash Tandon (Uganda); Sra. Aminata Traore (Mali); Prof. Hassan Shivji (Tanzania); el difundo Tajudeen Abdou Raheem (Nigeria); Sra. Mohau Pheko (Sudáfrica); Thandika Mkandawire (Malawi); Adebayo Olukoshi (Nigeria); Ebrahim Sall (Gambia); Yao Graham (Ghana), etc.

    Hay muchos otros que enseñan en universidades de EE.UU.: Prof. Mahmood Mamdani (Universidad de Columbia) y en universidades europeas (París; Londres; Ámsterdam)

  1. Instituciones africanas:

– Council for the Development of Social Science Research in Africa (CODESRIA), basado en in Dakar (Senegal): www.codesria.org

– Third World Forum (basado en Dakar) dirigido por el profesor Samir Amin. Es una de las principales instituciones a la vanguardia de la lucha contra el imperialismo y el capitalismo global en África. www.twf.org

-Third World Network-Africa Office (TWN-A), basado en Accra (Ghana). Es la principal institución progresista sobre temas comerciales. Coordina una red informal llamada Africa Trade Network (ATN) que encabeza la lucha contra los acuerdos de «libre comercio» que la Unión Europea quiere imponer a África bajo el nombre de Acuerdos de Cooperación Económica (EPA por sus siglas en inglés) www.twnafrica.org

-Southern and Eastern Africa Trade and Investment Initiative (SEATINI), basada en Harare (Zimbabue), juega un papel similar al de TWN-A para África del sur y del este.

3) Revistas:

Pambazuka News, una revista semanal progresista publicada todos los jueves y que contiene artículos sobre aspectos del desarrollo africano (www.pambazuka.org)

4) Movimientos sociales:

MM: ¿Puede contarnos algo sobre el programa de la OATUU?

DMD: La OATUU es la organización que aglutina a cerca de 200 sindicatos en África, en todo el continente. Que yo sepa, los principales puntos en su programa son:

  1. Defender y proteger los intereses de sus afiliados
  2. Defender la libertad de asociación en todos los países africanos
  3. Protestar contra todas las formas de represión contra los sindicatos en África
  4. Ser el principal portavoz de los sindicatos africanos en la Organización Internacional del Trabajo (OIT)
  5. Hacer lobby en la Unión Africana sobre temas sociales
  6. Promover la solidaridad entre sus miembros y los demás movimientos sociales africanos

Esto explica por qué la OATUU es un miembro activo del Foro Social Africano (FSA). Participa activamente en la campaña contra los Acuerdos de Cooperación Económica (EPA) que están siendo negociados entre África y la Unión Europea. También es miembro destacado de Africa Jubilee South (AJS), una coalición de movimientos sociales que piden la cancelación incondicional de la deuda externa africana y el rechazo de las condiciones de las IFI.

MM: Usted ha escrito sobre los «desafíos» de la propuesta en la Unión Africana de crear los Estados Unidos de África. Creo que muchos, si no la mayoría, ignora esta propuesta. ¿Puede contarnos algo al respecto – el propósito de la propuesta, las perspectivas y los desafíos que enfrenta?

DMD: El debate sobre los Estados Unidos de África es bien conocido en África. Fue planteado hace dos años por el presidente Muamar Khadafi de Libia apoyado por varios otros. Tres cumbres africanas, incluida la última de comienzos de julio en Libia, debatieron el proyecto. La idea es que África tiene que formar un gobierno federal que coordine las políticas clave, como ser Defensa y Seguridad; Políticas monetarias y financieras; Asuntos Exteriores; entre otras. De esta manera, piensan que África puede superar su fragmentación y debilidad y ser capaz de hablar con una voz en los asuntos internacionales.

Sin embargo, otros países, como ser Sudáfrica, a pesar de que apoyan la idea de un gobierno federal, piensan que es prematuro y que los países africanos tienen que construir y fortalecer comunidades sub-regionales, que entonces serán los fundamentos para un África unida con un gobierno federal fuerte y creíble.

Un Simposio que acaba de terminar aquí en Dakar (27-30 de julio) revisitó el debate con unos 250 intelectuales provenientes de más de 50 países, incluida la diáspora (EE.UU.; Sudamérica; el Caribe). Fueron invitados por el gobierno senegalés, que apoya enérgicamente al presidente Khadafi. El Simposio instó a los dirigentes africanos a actuar rápidamente hacia el Gobierno de la Unión, a más tardar hasta 2017, es decir, en 8 años.

Se informó que el ministro de exteriores senegalés dijo que hay 20 países africanos que están listos para formar ahora un Gobierno Federal. Pero quieren dar más tiempo a los que dudan o son escépticos a fin de evitar una división sobre este tema crítico.

MM: ¿Qué piensa de la propuesta – qué quisiera que produjera, y cuál es su reacción ante el apoyo de Khadafi? ¿Piensa que su apoyo es una desventaja?

DMD: Los Estados Unidos de África es una propuesta muy popular, no sólo entre intelectuales, sino también entre ciudadanos comunes. La idea de la unidad africana es muy fuerte en la opinión pública. Todos queremos que se realicen los Estados Unidos de África. Sin embargo, personalmente pienso que tardará en lograrse porque la mayoría de los dirigentes africanos no son sinceros al respecto. Muchos de ellos prefieren mantener su propio poder en sus respectivos países y seguir teniendo relaciones estrechas con los países occidentales.

Pienso que alguien como Khadafi está comprometido con la idea pero algunos dirigentes africanos no confían en él. Y a los países occidentales no les gusta ver que ejerza un fuerte liderazgo en África. Y esos países impulsan a algunos dirigentes africanos a que no acepten seguir a Khadafi. Para mí, el apoyo de Khadafi a los Estados Unidos de África no puede ser una desventaja porque en este momento es el único que puede impulsar este proyecto. Khadafi es la principal fuerza impulsora de este proyecto, incluso si no les gusta a Occidente y a algunos dirigentes africanos.

MM: Este tema tiene que ver con visión y estrategia – ¿Qué papel pueden jugar movimientos populares de base en todo el mundo para limitar esas políticas agresivas (es decir el imperialismo y el capitalismo)? El Foro Social Mundial tiene la consigna «Otro mundo es posible» – ¿cómo ve usted el mundo en términos de participación popular en la política, la economía y el orden social?

DMD: Los movimientos populares y los movimientos de base pueden jugar un papel crucial en la lucha contra el imperialismo cuando se vinculan a organizaciones progresistas con mayor orientación política. Por cierto, para que esto suceda tiene que haber una democracia genuina y respeto para las opiniones de los movimientos populares. Pienso que dondequiera existan movimientos de base fuertes y bien organizados, pueden tener un impacto significativo sobre las políticas a todos los niveles. Pueden ejercer una fuerte presión sobre los dirigentes y responsables políticos para modificar las políticas económicas y sociales o incluso políticas de seguridad.

Pueden ser un poderoso catalizador para movilizaciones populares contra políticas impopulares.

No tengo un proyecto ideal respecto a qué rol debieran tener los movimientos populares en otro orden mundial. Sin embargo, como principio general, opino que un nuevo orden mundial debiera fijarse como prioridad una democracia genuina evitando la toma de decisiones de arriba hacia abajo. Debería haber instituciones que permitan que la gente sea escuchada e influencie las políticas que afectan su vida. Nuevas reglas democráticas deben permitir que la gente elija libremente a los que la representan. Al mismo tiempo, esas reglas deben permitir que la gente cambie su dirigencia siempre cuando se sienta traicionada por esa dirigencia o piense que no realiza su tarea con eficiencia. Pienso que todos los tipos de movilización popular en todo el mundo desde fines de los años noventa y el nacimiento del FSM han contribuido a elevar una fuerte conciencia ciudadana que ha servido para fortalecer los movimientos de base.

Demba Moussa Dembélé es director del Foro para Alternativas Africanas, e investigador colaborador para un consejo de ONG, CONGAD

Michael McGehee es escritor independiente y hombre de clase trabajadora de Kennedale, Texas. También ha establecido recientemente el Dallas/Fort Worth Project for a Participatory Society.

[email protected]

Fuente http://www.zmag.org/znet/viewArticle/22757