Roma, 28 mar (EFE).- La producción de cereales en Sudán del Sur cayó en 2017 a unas 764.000 toneladas, su nivel más bajo desde que estalló el conflicto en diciembre de 2013, alertaron hoy dos agencias de Naciones Unidas en un informe. El Programa Mundial de Alimentos y la Organización de la ONU para la […]
Roma, 28 mar (EFE).- La producción de cereales en Sudán del Sur cayó en 2017 a unas 764.000 toneladas, su nivel más bajo desde que estalló el conflicto en diciembre de 2013, alertaron hoy dos agencias de Naciones Unidas en un informe.
El Programa Mundial de Alimentos y la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) señalaron que esa producción descendió el 7,5 % respeto a 2016 y fue un 14 % inferior a la media de los cinco años precedentes.
La evaluación, realizada conjuntamente con las autoridades del país, indica que este año faltarán unas 482.000 toneladas con las que alimentar a la población, el 26 % más que en 2017.
Según cifras del pasado enero, el 48 % de los sursudaneses, unos 5,3 millones de personas, sufrían hambre de forma aguda y necesitaban ayuda humanitaria urgente, lo que representa una subida del 40 % respecto a un año antes.
El próximo julio, en el peor momento de la estación de carestía, se espera que la grave crisis alimentaria afecte al 63,4 % de la población (6,9 millones).
A pesar de las precipitaciones, la temporada agrícola de 2017 fue mala debido al reducido número de hogares que pudieron producir alimentos y a la menor área cultivable como consecuencia del conflicto, cada vez más intenso y extendido.
Los territorios más afectados por esa situación se localizaron en los estados de Ecuatoria Central (sur) y Bahr el Ghazal (norte), según el estudio, que informa de brotes de la plaga del cogollero del maíz registrados por primera vez el año pasado, lo que dañó la producción en más de veinte condados.
En los estados de Unidad (norte) y Jonglei (este), se estima que la población de ciertos condados sufre hambruna o está a punto de hacerlo, mientras que la inseguridad alimentaria la padecen siete de cada diez personas a nivel nacional.
En febrero de 2017 se declaró una hambruna (lo que en la práctica significa que ya ha muerto gente por inanición) en varios lugares del Sudán del Sur, si bien luego pudo contenerse gracias a la ayuda de las organizaciones humanitarias, por lo que la ONU ha pedido recursos para mantener la asistencia.
El conflicto en Sudán del Sur estalló en diciembre de 2013 entre las fuerzas leales al presidente Salva Kiir, de la etnia dinka, y los leales a Riek Machar, de la tribu nuer, que fue acusado de orquestar un golpe de Estado contra el mandatario.
Unos 124 millones de personas de 51 países sufrieron en 2017 graves crisis alimentarias, que continúan intensificándose sobre todo por la violencia, según un informe global divulgado por Naciones Unidas y otros socios la semana pasada.
Los peores escenarios se dieron en el noreste de Nigeria, Somalia, el Yemen y Sudán del Sur, donde había 32 millones de personas que necesitaban asistencia urgente, un 16 % más que un año antes.