Hay un abuso por parte de muchos psiquiatras para recetar solamente medicamentos para desordenes mentales, etiquetando a los hiperactivos, deprimidos y psicóticos, entre otros, de tener una base biológica, genética o desbalance químico cerebrar. Cuando hay muy poca evidencia científica al respecto y de lo que realmente se trata es de un negocio. En nuestras […]
Hay un abuso por parte de muchos psiquiatras para recetar solamente medicamentos para desordenes mentales, etiquetando a los hiperactivos, deprimidos y psicóticos, entre otros, de tener una base biológica, genética o desbalance químico cerebrar. Cuando hay muy poca evidencia científica al respecto y de lo que realmente se trata es de un negocio.
En nuestras investigaciones, uno de los estudios más completos que hemos encontrado es el del psiquiatra y psicólogo Peter Roger Breggin, de 40 años de práctica privada y uno de los más destacados críticos en EEUU en contra del monopolio de la psiquiatría y las psicofarmacéuticas. En su obra «Toxic Psyquiatry» [La Psiquiatría Tóxica] (1991) muestra decenas de estudios probando que los medicamentos que se usan para la mayoría de los transtornos mentales son más perjudiciales a corto, mediano o largo plazo que curativos y es un negocio.
Tomemos el caso de los niños que padecen del Desorden de Deficit de Atención (ADD, por sus siglas en Inglés). A casi dos millones de niños le prescriben drogas para controlar su conducta en la casa y en la escuela. Somos testigos que las drogras como el Ritalin los atonta, los tornan fuera de sí, desorientados y soñolientos. Cuando se le otorga la medicina en las escuelas en consecuencia, pierden horas de aprendizaje. Es muy frecuente que se etiquete erroneamente a cualquier niño cuando no se puede estar quieto. Cuando sabemos que es normal que los niños jueguen, corran y brinquen. Las drogas le ayudan a llevar el dolor, pero no los cura según el Dr. Breggin. En los casos de hospitalización, el Medicaid cubría en los años 80′ la cantidad de $425 diariamente, hoy es casi el triple. Un negocio redondo para los hospitales, psiquiatras y psicofarmarcéuticas.
En términos físicos, los efectos secundarios negativos que se pueden presentar son nauseas, dolor de cabeza, dolores estomacales, picason en la piel, espamos musculares y psicosis pueden aveces desarrollarse. Pueden también desarrollar dependencia según la agencia de Administración de Alimentos y Drogas, DEA). Es decir, que el niño pobablemente va a depender de las drogas toda su vida debido al «lavado de cerebro» de las psicofarmacéuticas.
La depresión y la psicósis son también un gran negocio. Las drogas, lejos de curar han llenado los bolsos de las psicofarmacéuticas, según las investigaciones del periodista Robert Whitaker. Las ventas de antidepresivos y antipsicóticos en EEUU en 1985 fué de $503 Millones y en el año 2008 fue de $24.2 billones. Por ejemplo, la famosa farmaceútica Eli Lilly en 1988 comenzó el antidepresivo Prozac y cuatro años más tarde vendió un billón de dólares. Muchos psiquiatras en alianza con las psicofarmaceúticas dicen a los medios de comunicación que son enfermedades. Cuando se sabe que hay muy poca evidencia científica de que la depresión esté causada por desequilibrios químicos del cerebro. Además se sabe que los antidepresivos tienen efectos secundarios desbastadores. Tienden a producir visión borrosa, sequedad de la boca, suprimir las funciones de los intestinos, bajar la presión, ganar peso, problemas para dormir y cardiacos. Claro, que es relativamente más fácil para un deprimido o sus familiares comprar un medicamento que prestar atención aquellas experiencias sociales y familiares que pueden insidir negativamente en las vidas de nuestros seres queridos.
En conclusión, un gran números de drogas para transtornos mentales no tienen base científica, por tanto son innecesarias, es un negocio muy lucrativo y donde no falta hasta la corrupción, como el reciente caso de la psicomarcéutica en EEUU de la compañía GlazoSmithKline que está obligada por fraude, sobornos y comercialización falsa, pagar una multa de $3 Millones al Gobierno Federal por promover antidepresivos como la Paxil y la Wellbutrin también sin la aprobación la DEA. La psiquiatría mata cuando las ganancias son más importante que la salud Para saber más, vea en YouTube el documental: «La psiquiatría industria de la muerte».
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.