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La reforma migratoria que queremos

Fuentes: Rebelión - Imagen: Mural de Lucinda Hinojosa y Melina Zuñiga

¿Qué tipo de reforma migratoria queremos?

Primeramente, se requiere de una reforma que sea pro inmigrante. Una reforma que, por un lado, evite el caos de estar transportando a los inmigrantes de un lugar a otro. Y que, por el otro lado, se evite el desastre de obligar a miles de personas a estar amontonadas en un sitio predeterminado y por largos periodos de tiempo, esperando a que sus peticiones de asilo sean atendidas. 

Queremos una reforma amplia y visionaria, una reforma que si bien traería beneficios en cuanto a la seguridad nacional y la economía en general, también pudiera traer beneficios para el sector laboral en todo su conjunto, incluyendo, desde luego a “los sin papeles”.

Una reforma que incluya el cierre definitivo de los centros de detención. Los llamados “centros de detención” se convierten muchas veces en sitios de tortura, donde cotidianamente se deja morir, se golpea, incluso, se abusa sexualmente de los reos. De esto hay infinidad de casos documentados. Uno de los grandes problemas es que para los dueños de las instalaciones de los centros de detención de la migra, las detenciones de inmigrantes es un negocio. Obviamente, entre más gente encierren, más dinero ganan estos individuos inmorales. Y eso es inaceptable.

Con la aprobación de una amplia reforma migratoria, se le cerraría el paso a ideas reaccionarias como la de “deportar ciudadanos estadounidenses de padres indocumentados” o la de “atacar con drones” a los cárteles de la droga, entre otras loqueras que hablan los conservadores.

Con una reforma migratoria amplia e inclusiva acabaríamos con la politiquería de cada cuatro años por parte del bipartidismo. Y es que cada cuatro años parece que ambos, demócratas y republicanos, se pintan como los “salvadores” que van a arreglar el inservible sistema de la inmigración, cuando en realidad sabemos que ambos partidos han tenido infinidad de oportunidades de hacer algo, pero ni uno ni otro han dado resultados que estén a la altura de lo que se necesita para contar con un sistema migratorio nuevo y actualizado.

Si el sector más progresista de los Estados Unidos no se pone las pilas, ya vendrán, entonces, los conservadores a dictar el cómo debería de ser una reforma migratoria. Y ya podemos predecir cómo sería la cosa desde una perspectiva antiinmigrante. Sería básicamente un desastre para los inmigrantes, para el sistema migratorio y en general para Estados Unidos. Una reforma migratoria impulsada por el conservadurismo solo lograría que las cosas sigan igual o peor que en la actualidad.

Es por ello que no hay que quitar el dedo del renglón, sigamos demandando una reforma migratoria amplia e incluyente. 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.