Traducido por Rocío Anguiano
En los últimos meses, Marruecos ha aprovechado que las miradas se habían vuelto hacia la mesa de negociaciones entre su delegación y la del Frente Polisario para intensificar sus medidas represivas contra la población saharaui de los territorios ocupados. Todas las manifestaciones, organizadas mayoritariamente por jóvenes, para reclamar la autodeterminación y la independencia han sido violentamente reprimidas por las fuerzas de ocupación.
Sahara occidental: Negociación y represión
Detenciones, encarcelamientos, secuestros, torturas, casas destruidas representan el día a día de los saharauis. Incluso se recurre de nuevo a las «desapariciones forzosas»: quince saharauis llevan varios meses desaparecidos sin que sus padres hayan tenido ninguna noticia de ellos. Este verano, el número de prisioneros políticos saharauis se ha duplicado y se multiplican las causas contra los defensores de los derechos humanos. Su único crimen ha sido reivindicar la retirada de la ocupación marroquí y la autodeterminación del pueblo saharaui manifestándose pacíficamente en la vía publica o repartir panfletos a favor del boicot a las elecciones legislativas por considerarlas ilegales en un territorio bajo ocupación colonial. Las numerosas asociaciones creadas por la sociedad civil saharaui contra las violaciones de los derechos humanos, por el respeto del derecho a la autodeterminación y por la protección de los recursos naturales han sido prohibidas. De este modo, las autoridades de ocupación han prohibido que el «Colectivo Saharaui de Defensores de los Derechos Humanos» (CODESA) celebrara su congreso constitutivo en el Aaiun el 7 de octubre. El poder marroquí mantiene un verdadero cerco en el Sahara Occidental ocupado, impidiendo o expulsando a las delegaciones de observadores y a los periodistas.
Esta situación, que se produce a dos horas de avión de París, no parece despertar el interés de los grandes medios de comunicación occidentales, ni de los «intelectuales» que dicen estar preocupados por los derechos humanos. Sin embargo, han sido muchos los directores y propietarios de periódicos, los responsables políticos que han pasado este verano sus vacaciones en Marruecos. ¡No han visto nada, no han oído nada de lo que pasaba más al Sur en la última colonia de África! No obstante, los ecos de la represión han llegado a Ginebra durante la reunión del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Gracias a las organizaciones que les cedieron su turno de palabra (France Libertés, Unión Internacional de la Juventud Socialista, Federación Mundial de la Juventud Democrática) algunos defensores saharauis de los derechos humanos pudieron denunciar esta represión y confirmar lo que ya había observado en mayo de 2006 la misión del Alto Comisariado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (cuyo informe todavía no se ha hecho público).
Mantener la represión no contribuye a crear el clima favorable para las negociaciones directas entre Marruecos y el Frente Polisario que se iniciaron en junio de 2007 bajo la égida de las Naciones Unidas. La base de la negociación no es el proyecto marroquí de autonomía sino la resolución 1754 aprobada por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas el 30 de abril de 2007, que reafirma claramente el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación, uno de los derechos humanos fundamentales, garantizado por la Carta de las Naciones Unidas. Ya ha habido dos rondas de negociaciones en Estados Unidos en junio y agosto. Las dos delegaciones deberían reunirse de nuevo en diciembre en Ginebra. De momento, es un dialogo de sordos. El Frente, como siempre ha hecho desde el alto el fuego de 1991, respeta la legalidad internacional y pide que se apliquen las resoluciones de las Naciones Unidas. En cambio, Marruecos sigue aferrado a su proyecto de autonomía en el marco de la soberanía marroquí. Dice que está dispuesto a negociar pero «solo sobre la autonomía, toda la autonomía, nada más que la autonomía» como señaló el rey de Marruecos en su discurso del trono el 30 de julio.
En la Asamblea General de las Naciones Unidas, muchas delegaciones nacionales intervinieron para que las negociaciones lleguen a un acuerdo conforme a la legalidad internacional que permita al pueblo saharaui pronunciarse sobre su futuro, libremente sin coacciones, a través de un referéndum de autodeterminación. La IV Comisión de las Naciones Unidas empezó sus trabajos el 7 de octubre al margen de la Asamblea General, con la descolonización del Sahara Occidental, última colonia africana, en el orden del día. De aquí a diciembre, deben llevarse a cabo acciones ante las instancias internacionales, los gobiernos de la Unión Europea (especialmente de Francia) para que Marruecos cumpla de una vez sus compromisos internacionales por el respeto del derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui y ponga fin a la represión en los territorios ocupados. En este sentido, es indispensable que las competencias de la Misión de las Naciones Unidas en el Sahara Occidental (MINURSO), que se creó para hacer respetar el alto el fuego, se amplíen a la protección y seguridad de la población saharaui de los territorios ocupados.
http://www.michelcollon.info
*Rocío Anguiano es miembro de Rebelión, Tlaxcala y Cubadebate. Esta traducción se puede reproducir libremente con fines no lucrativos, a condición de respetar su integridad y de mencionar al autor, a la traductora y la fuente.