Recomiendo:
0

La República Centroafricana y la larga mano de Francia

Fuentes: Pambazuka

Traducido para Rebelión por Jesus Maria y Mariola Garcia Pedrajas

Profundamente enterrado en la heterogénea agenda presidencial del 19 de Noviembre de 2.007, tuvo lugar un encuentro entre Nicolas Sarkozy y Francois Bozizé, de la República Centroafricana (CAR). El secretismo y la brevedad del encuentro (veintisiete minutos) oculta un cierto grado de malestar. De hecho, CAR no es, de ningún modo, un país insignificante para Francia.

CAR obtuvo la independencia en 1.960 de su antiguo amo colonial después de décadas de explotación, pero este hecho no disminuyó la influencia política y militar por parte de Francia. ¿Por qué, entonces, este encuentro se sostuvo de manera tan discreta y rápida? Parece que un abismo se ha abierto entre Francia y CAR. A comienzos de 2.007, las relaciones entre los dos países parecían ser normales. En primavera, Birao, la capital de la región de Vakaga que se encuentra en el noroeste de la frontera con Chad y la región de Darfur en Sudán, brevemente protagonizó los titulares. En ese mismo momento, Francia se encontraba inmersa en un periodo de campaña electoral y, como consecuencia, había poco interés mediático en el papel que el ejército francés estaba jugando en aquella estratégica región. Y así, el cuatro de Marzo, en la primera campaña de este tipo desde la de Kolwezi en 1.978, los franceses llevaron a cabo un asalto aéreo sobre Birao, que había sido atacada por los rebeldes de la Unión de Fuerzas Democráticas para la Unidad (UDFU).

Esta nueva fuerza rebelde se formó en Septiembre de 2.006 y unió tres grupos armados compuestos de antiguos camaradas desilusionados de Bozizé, antiguos oficiales que habían estado de servicio durante la presidencia del expresidente Ange-Felix Patassé, y soldados descontentos con su paga. Los movimientos rebeldes en Centroáfrica son heterogéneos; oscilan entre una postura pro-Patassé y una tendencia delictiva. De todos modos, con el fin de entender el ataque del cuatro de Marzo de 2.007, uno debe volver al pasado, hasta Noviembre de 2.006, cuando una fuerza compuesta por alrededor de cincuenta hombres tomaron el control de Birao y otras áreas del Noreste (Sam Oandja, Ouanda Djalle, etc.).

Llevó todo un mes al ejército de Centroáfrica, apoyado por las tropas francesas de la base de Bangui y por aviones F1 Mirage venidos de N’Djamena, expulsar a los rebeldes hacia Chad y Sudán. La tensión era palpable. Esto ocurría a pesar de que, en Febrero del mismo año, se había firmado un acuerdo de paz en Sirte, Libia, entre el presidente Bozizé y Abdoulaye Miskine, por parte del UDFU. Sobre el terreno, los rebeldes bajo el nuevo liderazgo de Damane Zacharia no respetaron dicho acuerdo.

A principios de Marzo, Damane Zacharia anunció un segundo asalto a Birao. Declaró que se estaba encargando de los franceses, por lo que veía como una interferencia por su parte en asuntos de su nación. Desde Noviembre de 2.006 los franceses habían mantenido un pequeño destacamento de fuerzas especiales de 128 unidades en Birao. En la noche del tres de Marzo, se encontró bajo un fuerte fuego de artillería.

Dos aviones Mirage F1, partiendo de Chad, rápidamente acabaron con los nidos de artillería. La noche siguiente, 50 unidades del Tercer Regimiento de Paracaidistas de Infantería de Marina fueron enviados desde Bangui hacia una pequeña pista de aterrizaje situada a doce kilómetros de Birao para establecer un punto de lanzamiento para aviones Transall y Hercules, que traían tropas centroafricanas y sobre un centenar de legionarios franceses. El ejército de CAR, con el apoyo humano y logístico por parte de los franceses, fue entonces capaz de recuperar el control de la ciudad y los alrededores.

Zacharia y sus fuerzas se dirigieron a Bangui, y si no hubiera sido por París, el gobierno de Bozizé podría haber caído. Los conflictos de CAR son vistos como guerras entre pobres. El UDFU nunca ha tenido más de quinientos combatientes, mientras que el ejército nacional tiene cinco mil hombres, de los cuales, la fuerza combatiente no es mayor de dos mil. Para un país del tamaño de Francia, esto es muy poco.

Después de los combates de Marzo, Birao quedó en ruinas: el setenta por ciento de las casas fueron quemadas y saqueadas. Hubo muy pocas bajas civiles porque todos los habitantes de la ciudad habían buscado refugio en la espesura. Sin embargo, la destrucción de las reservas de mijo, justo antes del comienzo de la estación lluviosa, provoca una cierta hambruna en una población empobrecida y totalmente dependiente de su escasa producción agrícola.

A pesar de que todas las partes negaron su responsabilidad, parece ser que el ejército nacional carga con la mayor parte de la culpa de los saqueos. En esta olvidada región de un olvidado país, los militares una vez más tienen el dudoso honor de volverse contra sus propios ciudadanos. El ejército centroafricano parece estar fuera de control. El terror provocado por el ejército es una de las causas principales de la inseguridad en la zona. Un caso de especial preocupación es la presencia ubicua e intimidadora de la guardia presidencial – formada por «antiguos luchadores por libertad» que fueron enviados desde Chad para apoyar y reforzar el golpe de estado de Bozizé en 2.003.

Ha habido masacres, violaciones, torturas y saqueos…todos perpetrados bajo el disfraz de la lucha contra los rebeldes del grupo Ejército Popular para la Restauración de la República y de la Democracia (APRD), la segunda rebelión dentro del país. La guardia presidencial han lanzado varios ataques sobre la población civil. El ejército nacional (formado por Francia) es responsable del desplazamiento masivo de civiles (200.000 desplazados en el Noroeste).

Obviamente, Francia no va a sacar nada de que se preste atención a su intervención en CAR. De todos modos, el ejército nacional se ha convertido en un dudoso aliado. Hubo varias llamadas del ministro francés de Asuntos Exteriores durante el verano de 2.007, en las que se urgía al gobierno de CAR a reconstruir la confianza entre el ejército y la población. A principios de Noviembre de 2.007, Bozizé en persona reconoció las atrocidades y tomó algunas medidas simbólicas. Invitó a los rebeldes a una mesa de negociación. Sus demandas, expuestas en primer lugar por el Movimiento de Liberación del Pueblo de Centro África (MLPC) del antiguo Primer Ministro Martin Síguele, giraban en torno a las disputadas elecciones de 2.005, las atrocidades cometidas por el ejército y la mala gestión de las reformas económicas.

Francia no parece estar preparada todavía para cortar sus lazos con la antigua colonia. Bajo el tratado de defensa de 1.960, Francia está obligada a intervenir en el caso de una agresión extranjera. La rebelión actual es, sin embargo, de origen local – y no orquestada por Jartum, como había sido sugerido en círculos oficiales. La presencia de Francia en la región ha tomado un carácter «incuestionable». La operación militar de Marzo de 2.007 es sólo un síntoma de un problema mucho mayor.

Después de la brutal colonización de los Oubangi-Chari, la primera ciudad «francesa», Bangui, fue fundada en 1.889. La independencia no acabó con el patronazgo francés, haciendo de CAR un caso de libro de lo que dio en llamarse «Franco-África». Después de la muerte «fortuita» del fundador de la República, Barthélémy Boganda, Francia siempre ha mantenido sistemáticamente el poder entre sus garras, apoyando y deponiendo a sus protegidos; David Dacko fue instalado en el poder y depuesto dos veces, Jean-Bedel Bocaza se proclamó así mismo emperador y fue derrocado por Francia en la Operación Barracuda, André Kolingba implantó un régimen militar, Felix Patassé fue el primer presidente «elegido democráticamente», y el último de la lista es Bozizé.

En un plan de revisión de la cooperación, las dos bases permanentes de Bouar y Bangui fueron desmanteladas en 1.998, como consecuencia de los «motines» de 1.996, durante los cuales los soldados franceses tomaron el control de la capital. En 2.002 un centro de operaciones que formaba parte del Comando Especial de Operaciones (COS) fue instalado durante la Operación Boali…Otra señal de la influencia continuada de Francia es la presencia del general Henri-Alain Guillou como asesor militar del presidente, junto a otros alrededor de sesenta oficiales en varios ministerios.

A pesar de que CAR se ha mantenido relativamente a salvo de la sistemática depredación industrial de sus vecinos, su posición central en el continente cuadra perfectamente con las estrategias política y económica de Francia. En el curso de los últimos cincuenta años, CAR se ha convertido secretamente en un verdadero pesebre. Los vacíos legales continuados ha favorecido la extracción gratuita de minerales, piedras preciosas y el tráfico ilegal de marfil. El asunto de los diamantes de 1.979 es tan solo la punta del iceberg de la explotación y el robo del oro y los diamantes por parte de los magnates franceses. La misma pauta? puede aplicarse a la voraz explotación de la madera y el caucho a través de concesiones otorgadas a individuos involucrados en tragedias tropicales. Los regímenes de Kolingba (1.982-1.993) y Patassé (1.993-2.003) han continuado con la misma tónica.

Francia ha mantenido, en mayor o menor medida, algún tipo de presencia militar desde la independencia, y, al mismo tiempo, ejerce la misma influencia política que en el resto de la región. Una parte importante de esta influencia es la habilidad de Francia para controlar los países vecinos. Por añadidura, Francia siempre ha considerado a África como un campo de entrenamiento militar. Hasta ahora, Francia ha sido capaz de mantener su control militar, dado que no han surgido grupos terroristas como ha ocurrido en Oriente Medio. La mano de Francia es también claramente visible en la política de los países africanos, como en los casos de Ruanda y Costa de Marfil.

Los medios corporativos franceses también tienen un papel importante que jugar: el 14 de Julio de 2.007, France 2 realizó un raro reportaje sobre CAR en el que se glorificaba el papel de las tropas francesas en la rebelión de Birao, sin analizar la principal cuestión, qué hacia allí Francia, las verdaderas causas de la rebelión, la situación en el país, o, incluso, las atrocidades cometidas por el ejército centroafricano. Si bien es cierto que la crisis en CAR no constituye una guerra generalizada del estilo de las que agitan la conciencia de la comunidad internacional, al mismo tiempo el país continúa sufriendo una pobreza demoledora. El Índice de Desarrollo Humano coloca a CAR como el quinto entre los países más pobres. La influencia estatal es casi inexistente fuera de la capital, sin proporcionar apenas ninguna asistencia a una población abandonada a sus propios medios. En Enero de 2.008 las empleadas domésticas fueron a la huelga en demanda de subidas salariales. El 18 de enero, dimitió el primer ministro. Desde 1.960 el país ha sido subyugado por líderes escogidos más por su obsequiosidad con los extranjeros que por su capacidad de gestión. Como resultado, CAR se ha empobrecido, justificando, de esta manera, la necesidad de «ayuda» militar, económica y política.

Bozizé, sin embargo, se atrevió a tomarse algunas libertades con su amo y protector colonial. En Abril de 2.007 el gobierno decidió, de repente, nacionalizar el sector petrolífero, excluyendo del proceso a Total, que, hasta ese momento, era el mayor accionista de Sogal, la compañía de gestión de hidrocarburos. Incluso más allá, el sobrino del presidente, Sylvain Ndoutingaye, ministro de minería, recibió la cartera ministerial en contra del consejo de Sarkozy y el Banco Mundial. Se impusieron, además, estrictas condiciones económicas para la explotación de la mina de Bakouma por parte de la compañía Areva. Areva ha adquirido recientemente Uramin, la compañía canadiense que mantiene la concesión para la explotación del uranio en CAR. El acto final del desafío fue la visita de Bozizé a Omar El-Bashir, su colega sudanés, a pesar de la desaprobación de Francia.

Al mismo tiempo, Francia ha sido acusada de mantener vínculos con un «régimen corrupto», gracias a sus nexos con el ejército nacional centroafricano. A pesar de los esfuerzos por aparentar transparencia, el ejército nacional permanece, en su mayor parte, impune, ya que los oficiales acusados de crímenes son, simplemente, exculpados sin cargos en su contra. El publicitado diálogo nacional sigue siendo una promesa ilusoria. A pesar de que las presiones diplomáticas internacionales están presentes, la retirada de las tropas francesas podría ser la clave. Tan solo un par de consejeros militares han sido retirados el pasado verano. Los diplomáticos de Sudáfrica, de todos modos, continúan trabajando en los pasillos del poder. Un acuerdo de paz se firmó en Marzo, cuando Thabo Mbeki visitó en secreto Bangui. Como resultado de esta visita, se puso a la guardia presidencial bajo la tutela de treinta instructores militares de Sudáfrica. La carrera para asumir el patronazgo sobre CAR está en su apogeo.

Las revueltas en CAR no son un caso aislado. El presidente de Chad, Idriss Déby , ha mostrado su vena independiente en el caso del Arca de Zoé. El presidente de Níger, Mamadou Tandja, ha buscado activamente otros socios comerciales. En este contexto, los lazos tradicionales con Francia, la cooperación militar y los nexos comerciales parecen estar en entredicho. Francia, consecuentemente, ha insistido en el despliegue de una Fuerza de la Unión Europea (EUFOR) que doblaría, en la práctica, el número de fuerzas francesas sobre el terreno en la estratégica región de Chad y CAR. Su mandato en la zona permanece poco claro mientras que la misión «Epervier» o la Operación Boali permanezcan activas, incrementando la sensación de confusión.

En 2.007, de todos modos, la simple presencia militar no es suficiente para garantizar la preeminencia de Francia en el país. Mientras que sus fuerzas paramilitares y sus soldados descendían sobre la capital y patrullaban sus calles, pasaron cerca de las ruinas del estadio de deportes, donde Bokassa fue entronizado. Este regalo por parte del régimen de Giscard-d’Estaing, continúa desmoronándose día a día, mientras que a sólo cuarenta metros de distancia se yergue el edificio más grande la ciudad: un hermoso estadio con cabida para treinta y nueve mil espectadores sentados. Un regalo de China.

Noticia original: http://www.pambazuka.org/en/category/comment/48391

Jesus Maria y Mariola Garcia Pedrajas son colaboradores de Rebelión. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y la fuente.